Un estudio elaborada por la asociación que aglutina a estos especialistas médicos dibuja un panorama muy negro y la falta de relevo generacional
14 oct 2022 . Actualizado a las 09:32 h.La Asociación Asturiana de Pediatría de Atención Primaria (AAPap) ha realizado una encuesta entre los pediatras socios del colectivo que dibuja una radiografía de la situación de los médicos especialistas en la salud infantil. Entre las conclusiones que se destacan en el informe elaborado con las respuestas de casi un centenar de profesionales está la importante presión asistencial que soportan, la falta de sustitutos cuando están ausentes del centro de salud o la falta de recambio generacional, esto último un hándicap que puede derivar en «el aumento de las desigualdades en la salud» de la infancia.
En lo referente a la presión asistencial, la encuesta determina que el 60% de los pediatras encuestados tienen una presión asistencial media por encima de las 26 consultas al día y, de ese porcentaje, más de un 14% superan las 36 consultas por día. Sólo en tres centros (Riosa-Morcín-Ribera de Arriba, Puerta la Villa o El Parque-Somió) tienen menos de 20 consultas al día. Otro dato que se refleja en el informe es que 80,6% de los encuestados «nunca son sustituidos» y han de ser los propios compañeros los que asuman la carga de trabajo generada. Ha sido un 11,9% de los pediatras participantes en el sondeo el que apunta que es sustituido «siempre» y un 7,5% los que manifiestan que son sustituidos «el 50% del tiempo».
Combinando los parámetros de sustituciones y presión asistencial, el documento saca en conclusión que la decisión de la sustitución o no sustitución se relaciona con dar cobertura a los centros de Atención Primaria que sólo cuentan con un pediatra para que siga habiendo atención a la infancia. «Pero no palía la situación en la que quedan el resto de compañeros que se ven obligados a duplicar consultas para sacar adelante los problemas de salud de la población infantil atendida», se indica.
Los pediatras también fueron consultados sobre el cupo de niños que tienen en su consulta. Sobre este extremo, el balance obtenido es que el 41% de los profesionales están a cargo de cupos que sobrepasan los 900 niños, a lo que se suma «el agravante de que justo en esos cupos mayores de 900 cartillas, el 85,7% de los pediatras nunca son sustituidos, con lo que aumenta proporcionalmente su carga asistencial en caso de que falte alguno de sus compañeros». Es por ello que al ser preguntados sobre los «aspectos negativos de su trabajo», un 43% de los que respondieron han mencionado la alta presión asistencial.
La encuesta realizada por la AAPap también deja como conclusión la falta «de recambio generacional» en una profesión en la que el 50% de los encuestados tiene más de 50 años. En concreto, los resultados indican que un 14,3% de los participantes alcanzará la edad de jubilación dentro de entre 3 y cinco años, mientras que un 35,7% la alcanzará en los próximos 10-15 años. «Si tenemos en cuenta que anualmente en Asturias se forman siete pediatras y que en el año en curso sólo tres de ellos han firmado contratos en Atención Primaria, no se puede garantizar el recambio generacional habida cuenta de que ya actualmente hay plazas de pediatría que ya no tienen garantizada la asistencia diaria y continua por este tipo de profesional», dice literalmente el informe.
La Asociación Asturiana de Pediatría de Atención Primaria señala, por tanto, como consecuencias de esa falta de pediatras en los centros de salud que se producirá «un aumento en desigualdades en la salud» de la población infantil, planteándose «dos escenarios diferentes, pero, a la par, igual de peligrosos para la calidad de la atención a la salud de los más pequeños». Uno de esos escenarios serán las «zonas rurales sin un pediatra de referencia, que conozca al niño y a su familia longitudinalmente a lo largo de su vida». El otro escenario será «zonas urbanas, más densamente pobladas, donde la saturación de las consultas se incrementará», lo que podría repercutir en que no se pueda prestar el tiempo necesario a cada problema de salud o no se puedan desarrollar actividades de promoción de la salud en la comunidad