Bernardo Díaz Nosty publica una investigación que revela los nombres de alrededor de 200 mujeres que informaron del conflicto el siglo pasado
27 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Cuenta Bernardo Díaz Nosty que la memoria es demoledora para todos con el paso del tiempo pero que en la historia suela maltratar más a las voces femeninas. El periodista y profesor de la Universidad de Málaga destaca que a comienzos del siglo XX no eran pocas las mujeres que se ocupaban, y de forma destacada, en el periodismo, en Europa, en América y también en España, y al estallar la Guerra Civil casi dos centenares «y puede que más» tuvieron su bautismo de fuego como corresponsales en la primera batalla contra el fascismo en el continente. Y también en el frente norte, en Asturias, hasta la caída de la comunidad en manos de los franquistas a finales de octubre de 1937.
Fruto de su investigación, tras tres años de encierro en el que tuvo su peso la pandemia, saldrá a luz este otoño un libro con los nombres, relatos e historias de estas mujeres, pioneras en todo «porque era época dorada para el periodismo, muchas hacían retransmisiones por radios, muchas veces en programas nocturnos, a veces en medio de bombardeos, y muchas trabajaban para los noticiarios que se proyectaban en los cines». La idea de este nuevo libro nació del anterior trabajo de Díaz Nosty, 'Voces de mujeres: periodistas españolas del siglo XX nacidas antes del final de la Guerra Civil' en el que indagó en las primeras reporteras del país el siglo pasado.
En la Guerra Civil, «las mujeres, en su narrativa, a diferencia de los cronistas masculinos, difícilmente hablan de los frentes de guerra, más bien hablan de la retaguardia de cómo sufren las mujeres y los niños, los bombardeos, la escasez de alimentos, muchas cuestiones que forman parte de los desastres de la guerra».
Díaz Nosty explicó que la mayoría, casi ocho de cada diez, de las periodistas que cubrieron la guerra en España lo hicieron en territorio dominado por la República, aunque hubo presencia en zonas de ambos contendientes. También en Asturias. En la investigación, el profesor contó al menos cinco reporteras en el Frente Norte. «La rusa Paulina Abranson, nacida en Argentina, viajó desde la URSS a España y acompañó al corresponsal del Pravda y prestigioso periodista Mijaíl Koltsov (1898-1940) y al gran camarógrafo Roman Karmen (1906-1978) a Asturias. '¡Qué paisajes! Mar y montañas. Nos sumergimos en un mundo de ensueño', escribe Paulina, que cuenta que en el camino desde Santander atropellaron y mataron a una vaca y pagaron al paisano al grito de “¡Viva la República! ¡Somos rusos!'».
También estuvo aquí la argentina María Luisa Carnelli quien «publicó varios reportajes sobre los dinamiteros antitanquistas, barreneros llegados a Madrid de Asturias. Conocía bien Asturias y en 1936 publicó un libro en Buenos Aires sobre los sucesos de octubre de 1934 (UHP. Mineros de Asturias)»; la cubana Mercedes Valero Valdés «corresponsal de Diario de la Marina de La Habana, casada con el asturiano Constantino Cabal Rubiera (1877-1967), envió crónicas y comentarios al periódico cubano desde el sector de los sublevados, pero con un tono relativamente moderado»; la mexicana Elena Garro, «entonces muy joven y casada con Octavio Paz, hará un magnífico relato de sus vivencias en Memorias de España 1936. Su relación con Asturias está en su padre, de Infiesto».
Y un caso especialmente peculiar, el de la irlandesa Gertrude Gaffney que «recorre en frente norte con los sublevados, con numerosas crónicas sobre los avances militares para el Irish Independent, en el que hace detalladas descripciones de los sorprendentes paisajes que descubre» y, para su asombro, se encuentra una Asturias tan verde como el de su isla natal.
Muchas crónicas, y es algo muy propio de la época, estaban fuertemente marcadas por la orientación ideológica de los y las periodistas, de los medios para los que trabajaban, aunque algunas corresponsales, sobre todo de países anglosajones, trataron de elaborar piezas algo más neutrales. «Si hoy en día tenemos polarización en la prensa, pues imagina en los años 30, en pleno ascenso de los fascismos, con una tensión enorme. Muchas son militantes, muchas pertenecen a partidos políticos y evidentemente manifiestan su posición en sus escritos y en ocasiones caen en la propaganda».
Díaz Nosty insistió en que «en contra de lo que piensa las mujeres estaban muy implicadas en el periodismo. En España ya desde la dictadura de Primo de Rivera, y en la II República ya hay muchas mujeres y que además están haciendo un periodismo renovador, con liderazgo, son grandes reporteras y grandes entrevistadoras».