El futuro de las térmicas de carbón: As Pontes sí; Soto de Ribera no

Juan M. Arribas REDACCIÓN

ASTURIAS

Vista nocturna de la central térmica de EDP en Soto de Ribera
Vista nocturna de la central térmica de EDP en Soto de Ribera Eloy Alonso | EFE

15 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Las térmicas de carbón españolas estaban condenadas a muerte, pero algunas tendrán una vida extra. El compromiso del Gobierno central con la transición ecológica era firme e incluso había acelerado los plazos fijados por Europa para completar la descarbonización. Las centrales que funcionaban con este combustible fósil tenían fecha de cierre, pero la guerra de Ucrania y sus efectos sobre el suministro de gas a Europa han provocado un replanteamiento de las prioridades. Sin embargo, este cambio no tendrá consecuencias en Asturias. Con las térmicas de Lada (Iberdrola) y Soto de La Barca (Naturgy) ya cerradas, EDP mantiene sus planes de reforma en las instalaciones de Aboño y Soto de Ribera para generar energía renovable. La multinacional no tiene intención de variar su hoja de ruta, algo que sí ocurrirá en As Pontes (Galicia), donde todo apunta a que continuará la generación de energía con carbón más allá de lo previsto.

El Ministerio de Transición Ecológica ha encargado un informe a Red Eléctrica que decidirá el futuro de la central térmica de As Pontes (Endesa). Dos años y medio después de que la compañía solicitase el cierre, y cuando falta poco más de medio mes para que culminen las garantías de ocupación que había otorgado a su red de empresas, la clausura va a quedar en suspenso. De confirmarse la noticia, uno de los grupos de la central podrá seguir quemando carbón. Eso sí, el mineral llegará en su mayoría de Indonesia.

El replanteamiento de la política energética del Gobierno podría tener consecuencias en Asturias, pero no será así. Con las térmicas de Lada y Soto de la Barca ya cerradas, y a la espera de que Iberdrola y Naturgy concreten los compromisos adquiridos tras el fin de la actividad en esas instalaciones, los únicos cambios tendrían que producirse en las plantas de EDP, en Aboño o en Soto de Ribera. Pero la apuesta de la multinacional por las renovables no contempla cambios en su estrategia. Por tanto, no está previsto prolongar la quema de carbón.

Los planes de EDP pasan por invertir unos 600 millones en la adaptación de sus instalaciones asturianas. Sus planes pasan por una planta fotovoltaica, apostar por el hidrógeno verde y otros dos proyectos con baterías. El objetivo es que toda la energía que se genere en 2030 sea verde.