Todavía con una perspectiva lejana para los comicios autonómicos dentro de un año, los grupos no ven víable extropolar la experiencia andaluza de candidatura común a la izquierda del PSOE
25 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.A diferencia de otras comunidades, en Asturias Podemos e Izquierda Unida nunca llegaron a hacer buenas amigas, ambas formaciones pasaron momentos de tensión, de abierto enfrentamiento, aunque también es cierto que evolucionaron hasta la coexistencia y la colaboración puntual en determinadas ocasiones. El gobierno de coalición en La Moncloa fue el pegamento más eficaz para que, al menos, las rozaduras no dirimieran en público. Si compartieron cartel electoral fue a regañadientes y sólo para comicios nacionales, nunca para concurrir al parlamento asturiano ¿podría cambiar eso de aquí al próximo mes de mayo?
De momento, no. Luego, ya veremos. Desde el entorno morado se ve como «una situación nada extrapolable» el precedente más cercano de la unión de varias fuerzas a la izquierda del PSOE en las elecciones andaluzas, agrupadas bajo la marca Andaluces levantaos. Los asturianos seguirán sentados cada uno en su propia silla «porque el mapa electoral es totalmente distinto».
Semanas atrás, en un acto celebrado en las comarcas del oriente de la comunidad, el coordinador de Izquierda Unida de Asturias, Ovidio Zapico llamó a buscar la unidad de distintas fuerzas políticas y colectivos progresistas de cara a las próximas elecciones pero lanzando un dardo al señalar que «Unidas Podemos era algo electoralmente agotado, algo que había que superar».
En las horas siguientes pareció que se acrecentaba de nuevo la distancia entre ambas formaciones con especulaciones sobre que IU sólo aceptaría una coalición si era liderada por un candidato de su grupo aunque secretario de estrategia política de IU Asturias, Alejandro Suárez, lo negó de forma tajante e insistió el asunto ni se había llegado a tratar y que «en estos momentos; las cosas tienen que hacerse con más calma y tienen que hacerse con el concurso de la militancia, de forma democrática y participando el mayor número de personas y militantes posibles de todas las fuerzas políticas que se involucren en un posible acuerdo».
Podemos Asturies e Izquierda Unida de Asturias comparten un mismo espectro electoral en el que pescar pero parten de culturas y tradiciones políticas muy distintas y eso es algo que pesa mucho a la hora de fraguar encuentros y desencuentros. Ambos dos se han reconocido, en todo caso y al menos en los últimos meses, en la figura de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz que sólo hace uno días dio un paso definitivo para lanzar una candidatura bajo el nombre de Sumar.
Sobre el papel, el discurso del entorno de IU y de los morados en Asturias es casi calcado. Ambos dicen querer pasar de las musas a los hechos, ambos quieren alejarse de confrontaciones partidistas que generan desafección entre sus posibles votantes y pasar a ofrecer propuestas concretas, también ambos dicen que trabajan de forma abierta para tratar de unir a grupos y colectivos que están la reivindicación social para recoger sus iniciativas e, incluso si llegara el caso, formar parte de sus listas. Pero, de momento, lo hacen por separado.
Los dos partidos, tanto Podemos Asturies como Izquierda Unida de Asturias están terminando de digerir, cada una en distinto grado y a distancias temporales muy diferentes, los procesos orgánicos que les llevaron a dirimir la intensidad de contrapesos internos. Mucho más asentada ya es la situación de IU, relativamente apaciguada la querella con el garzonismo que llevó a repetir la elección de la coordinadora. Pero a nivel estatal el propio Garzón tampoco aparece como posible líder postpablismo. En Podemos Asturies, Sofía Castañón se impuso por pocos votos de diferencia y en unas primarias muy embarradas al anterior secretario general, Daniel Ripa. Tras meses de ásperas declaraciones los ánimos parecen más calmados.
Castañón, diputada en el Congreso por Asturias desde la entrada de los morados en la cámara baja, regresó a Asturias con el discurso de fortalecer la organización y de templar ánimos en las relaciones con otros partidos y sindicatos. El diputado Rafael Palacios es el diplomático para estos menesteres. Mucho tiempo atrás, Palacios ya formó parte en coalición con IU de un gobierno socialista, bajo la presidencia de Vicente Álvarez Areces. Pero es una época totalmente distinta. El «yolandismo» se prepara como un movimiento, salvando todas las distancias ideológicas, a la manera con el que Emmanuel Macron ha llegado a la presidencia de Francia, muy basado en el liderazgo personal. En Andalucía ya se encontró no pocos problemas para servir de argamasa, en Asturias tiene todavía un año por delante pero también muchos problemas singulares para conseguirlo.