El PP se lía con las nacionalidades y deja a Asturias como «comunidad»

ASTURIAS

F. Sotomonte

Feijoo se desdice de la definición de «plurinacionalidad» ante los ataques de Ciudadanos y Vox

18 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Pocas cosas más constitucionales puede haber que hablar de «nacionalidades y regiones» dentro de la organización del estado en España ya que así se recoge, literalmente, que se integra el país en el artículo segundo de la Carta Magna. Y, sin embargo, una referencia en este sentido del presidente del PP, Alberto Núñez Feijoo (que se refirió en Barcelona [minuto 12] como «comunidades históricas» a Galicia, Cataluña y País Vasco) y una declaración de su coordinador general, Elías Bendodo, hablando de España como «estado plurinacional», ha desatado una tormenta en el espectro conservador, con Ciudadanos y Vox, tratando de arrinconar a los populares que ha obligado a Feijoo a rectificar. ¿Y qué pasa con Asturias? Para el partido, que trató de restar importancia a la polémica, el Principado debe quedarse definida como «comunidad autónoma como establece nuestro Estatuto de Autonomía», según dijo el diputado Pablo Álvarez-Pire.

En rigor el estatuto asturiano define el territorio como «comunidad histórica» con una denominación singular, la de Principado, por un vínculo histórico con el título que se daba al heredero de la corona española aunque en la actualidad es simbólico y no feudal. El pasado mes de septiembre, cuando todavía estaba abierto el debate para la reforma del estatuto, para incluir cambios como la oficialidad del asturiano, Podemos lanzó la propuesta de cambiar la de denominación a nacionalidad histórica aunque no encontró mucho eco. Izquierda Unida, aunque no se negó a valorarla, pidió dejar esas discusiones para el final, en términos similares PSOE y Foro reclamaron posponerlo y no enturbiar el diálogo; y PP, Ciudadanos y Vox realmente nunca participaron en los debates de la reforma.

Sobre la tormenta desatada esta semana, Álvarez-Pire indicó que «creo que sinceramente no es necesario darle más vueltas a esta cuestión, ya que el posicionamiento del PP es claro y está explicitado negro sobre blanco en nuestra Constitución. España es una nación indisoluble, compuesta por distintas realidades que nuestra Carta Magna reconoce ya en su artículo 2»; e insistió en que «tenemos claro que se puede defender la unidad de España y, al tiempo, respetar sus diferencias territoriales, así lo hemos demostrado allí donde gobernamos. Ni combatimos las particularidades territoriales como hacen algunos, ni creemos que unos deban ser más a costa de otros, como dicen otros».

Feijoo, como expresidente de Galicia, trató de imprimir al PP en su nuevo mandato un tono respetuoso con la diversidad lingüística y territorial de España, en muchas ocasiones ha presumido del modelo de oficialidad de la lengua gallega como un éxito de convivencia frente al de comunidades gobernadas por partidos nacionalistas como Cataluña y País Vasco. Aunque en el Principado, el presidente Adrián Barbón, indicó que quería tomar como ejemplo de redacción para la oficialidad del asturiano el de los artículos del estatuto gallego, el PP regional se ha negado de forma tajante a aceptar que se equipare y consideró por boca de su presidenta Teresa Mallada que «en Galicia se oficializó una realidad que existía en la calle, en Asturias el Gobierno socialista quiere recorrer el camino contrario, imponiendo una realidad que no existe».

Por el momento, para el PP, Galicia es una nacionalidad histórica pero Asturias no y el gallego es una lengua pero el asturiano no.

En plena campaña de las elecciones andaluzas (comunidad, por cierto, que también se define en su estatuto como nacionalidad histórica), las declaraciones de Feijoo y Bendodo despertaron una reacción inmediata por parte de Ciudadanos y Vox que trataron de presentar a los populares como «equidistantes con los nacionalistas». 

Según citó Efe, Iván Espinosa de los Monteros, portavoz en el Congreso de Vox, ha acusado a Feijoo de crear un «lío propio de quien no tiene las ideas claras» y ha argumentado que España es una única nación, dentro de la que hay regiones históricas que han formado parte de España «desde hace milenios», pero «nada tiene que ver con nacionalidad», que es la española.

Para Vox, «esto es lo que pasa cuando pones al frente a una persona que dice que Galicia es una nación sin Estado» y que «va a Cataluña a intentar agradar a empresarios diciendo que Cataluña es una nacionalidad».

«El nuevo PP parece que no es más que el viejo PP, el PP de siempre, el de las cesiones y concesiones al mundo nacionalista con tal de conseguir que te aprueben unos presupuestos o te voten una investidura», ha censurado por su parte Edmundo Bal, portavoz de Ciudadanos.

La formación de Inés Arrimadas ha acusado al PP de asumir «las tesis, palabras y vocabularios de nacionalismo de Podemos, ERC , PNV» y, frente a la definición que Feijóo hizo de Cataluña como una «nacionalidad», los naranjas han recalcado que no usan «palabras ambivalentes» ni las «equidistancias» del PP para «intentar contentar no se sabe a quién en Cataluña».

Tanto Vox, que rechaza el Estado de las autonomías, como Ciudadanos fueron críticos con el discurso en el que Núñez Feijóo definió a Cataluña como una «nacionalidad histórica» y defendió el tratamiento que da la Constitución a nacionalidades, autonomías y regiones frente a «posiciones centralistas o independentistas».

Feijoo ha definido como un error «rectificado» que se pretende ahora aprovechar, tras la afirmación hecha por Bendodo en «El Mundo» de que España es un «Estado plurinacional», que el propio coordinador general del PP matizó ayer, asegurando que no se había explicado «correctamente» y que «España es una nación indisoluble de 17 autonomías con identidades propias».

«Es evidente que España no es un Estado plurinacional, es una obviedad», ha recalcado Feijoo en declaraciones a los periodistas desde Ceuta, donde ha indicado que el PP defiende la concepción de España recogida en el artículo 2 de la carta magna, una nación «indivisible» que «reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran».