Un equipo de científicos británicos lo descubrieron tras investigar la población de murciélagos de la cueva de Villaviciosa. «Esto aumenta la preocupación de una posible transmisión extendida en Europa», alertan.
09 may 2022 . Actualizado a las 19:34 h.Un equipo científico ha aislado por primera vez el virus Lloviu (Llov), pariente cercano del Ébola, que se descubrió en 2002 en murciélagos de la cueva asturiana del Lloviu. Según los científicos, entre ellos de la Facultad de Farmacia de Medway (una asociación entre las universidades británicas de Kent y Greenwich), la investigación pone de manifiesto que es necesario seguir estudiando y conocer más sobre la distribución de este virus, para evaluar los riesgos y «asegurarnos de que estamos preparados para posibles epidemias y pandemias».
El Llov forma parte de la familia de los filovirus, a la que pertenece el virus del Ébola. Mientras que este último (y otros filovirus, incluido el virus de Marburgo de similar patogenicidad) solo se han dado de forma natural en África, el Lloviu se descubrió en Europa. El filovirus Llov fue identificado a través de su material genético (ARN) en 2002 en murciélagos de Schreiber («Miniopterus schreibersii») en España, en la cueva asturiana, y posteriormente fue detectado en murciélagos de Hungría.
La Cueva del Lloviu o Cueva de Peón es un espacio protegido de una superficie de 68 hectáreas cerca del pueblo de Peón, en Villaviciosa. La cueva es la de mayor dimensión dentro del jurásico asturiano. Su única entrada conocida está localizada en el río España mediante un acuífero a orillas del río. Se trata de una cueva con abundantes derrumbes lo que la hace bastante peligrosa para su investigación. En la vida animal cabe destacar la presencia de murciélago de cueva, la del murciélago ratonero grande y la de murciélago pequeño de herradura.
Como virus zoonótico -se transmite entre animales y humanos- el Llov es de interés para la salud pública en todo el mundo debido a la estrecha relación de las personas con los animales en la agricultura, como compañeros y en el entorno natural, explica Medway. «Esto es aún más cierto en los últimos años con la continua destrucción e invasión de los hábitats naturales de muchas criaturas salvajes», añade.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que las zoonosis comprenden un gran porcentaje de todas las enfermedades infecciosas recientemente identificadas, así como muchas de las existentes. Simon Scott y Nigel Temperton, de Medway, formaron parte de un equipo dirigido por Gábor Kemenesi, del Laboratorio Nacional de Virología de la Universidad de Pécs, en Hungría. El equipo científico aisló el Llov infeccioso de la sangre de un murciélago vivo en Hungría.
«Nuestros datos respaldan el papel de los murciélagos, específicamente 'Miniopterus schreibersii', como anfitriones de Llov en Europa», resumen los autores en su estudio. Es significativo, señala la facultad, que el equipo haya descubierto ahora -en el laboratorio- que Lloviu tiene el potencial de infectar células humanas y también de replicarse.
«Esto aumenta la preocupación de una posible transmisión extendida en Europa y urge a realizar estudios inmediatos de patogenicidad y antivirales», añade. El trabajo también reveló que no hay reactividad cruzada de anticuerpos entre el Llov y el Ébola, lo que sugiere que las vacunas existentes contra el ébola pueden no proteger contra el Lloviu, en caso de que se transmita al ser humano.
«Es vital que sepamos más sobre la distribución de este virus y que se investigue en este ámbito para evaluar los riesgos y asegurarnos de que estamos preparados para posibles epidemias y pandemias», resume Scott. De esta investigación se desprende que existe un «considerable vacío» de conocimientos sobre la patogenicidad, los huéspedes animales y la transmisibilidad de estos virus recién descubiertos, según los autores.
El grupo se propone llevar a cabo nuevas investigaciones esenciales en toda Europa sobre los riesgos del virus Lloviu para los humanos, además de otras familias de virus como los coronavirus y los lisavirus (rabia) que tienen a los murciélagos como huéspedes. El artículo del que recientemente informó la Facultad de Farmacia de Medway se publicó el 31 de marzo en Nature Communications.