La pandemia y la flexibilidad en las evaluaciones pasan factura a los estudiantes asturianos dos años después

Carmen Liedo REDACCIÓN

ASTURIAS

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Escolares con mochilas, en Oviedo EFE | Paco Paredes

Los profesores de secundaria detectan consecuencias «tanto a nivel académico como a nivel social»

02 may 2022 . Actualizado a las 22:37 h.

Los efectos que podía tener la pandemia en la educación es algo que ha ocupado y preocupado a todos los agentes involucrados en el sistema educativo. Dos años después se empieza a ver que la flexibilización en las evaluaciones de los dos cursos anteriores y también la brecha digital están teniendo consecuencias en las aulas asturianas. Algunas de esas consecuencias están relacionadas, por ejemplo, con la reducción del número de repetidores, por lo que alumnos que en una situación normal se hubieran quedado en el mismo curso, pasaron al siguiente después de los tres meses de confinamiento, y nuevamente en junio de 2021, porque aunque ya se planteaban matices a la hora de evaluar, se seguía teniendo en cuenta la situación de pandemia. 

Profesores de primaria y, sobre todo, de secundaria no tienen duda de que eso se ha notado en clase durante este curso, efectos «tanto a nivel académico como a nivel social», manifiesta César González, presidente de la Asociación de Cargos Directivos de Centros de Secundaria de Asturias (Adespas). González señala que la pandemia ha generado diferencias importantes entre alumnos, por la flexibilización, que derivó «en que hubiera alumnos que superaran material más fácilmente», y porque al cambiar las condiciones de evaluación y hacerlas más laxas pero no modificar los criterios para acceder a programas de refuerzo «muchos alumnos no fueron a cursos de mejora del aprendizaje», produciéndose una mayor desigualdad en los conocimientos.

La semipresencialidad que tuvieron que afrontar muchos alumnos de la ESO también está teniendo sus consecuencias este curso, añade César González. Como ejemplo pone a los alumnos de cuarto de ESO que en el curso 2020/2021 tuvieron semipresencialidad y este curso están en primero de Bachiller. «Pues bien, en asignaturas como física y química, que es una materia compleja, vemos que hay grandes lagunas», comenta el presidente de Adespas, que plantea lo dificultoso que puede resultar sacar adelante la asignatura a un alumno que tenga más dificultades en el aprendizaje.

Otra situación que expone es que la flexibilización en la evaluación del pasado curso hizo «que hubiera alumnos que se vieron con el título de la ESO cuando no contaban sacarlo tan fácilmente. Eso les llevó a cursar bachiller, pero acaban abandonando para ir a un ciclo formativo porque bachiller es muy potente».

El presidente de Adespas no pasa por alto la brecha digital, otra razón de que «muchos alumnos se quedaran atrás» tanto durante los tres meses de confinamiento del curso 2019/2020, como los que tuvieron semipresencialidad en el curso 2020/2021. «Se ha producido una mayor distancia entre quienes tenían medios y quienes no los tenían. Ahora se intenta paliar esa distancia, pero es complicado», apunta.

Retraimiento social del alumnado

César González hace especial hincapié en los efectos sociales y psicológicos que ha tenido la pandemia en los chavales. En este sentido señala que en los institutos han detectado un aumento de los casos de salud mental: «Dependencia de las redes sociales, trastornos de la alimentación y también del sueño. Esto depende del ámbito sanitario, pero nosotros detectamos muchos más problemas que antes y nos preocupa», indica. Todo eso, sumado al hecho de tener que llevar mascarilla, asegura que ha cambiado la forma de relacionarse socialmente de los jóvenes. Si bien no considera que haya un aumento de la conflictividad, sí percibe «un mayor retraimiento por parte del alumnado, que no ha sabido abandonar las redes sociales y retomar las relaciones personales». Un hecho que le llama la atención es que, en el caso del instituto en el que es director, «el 80% de los alumnos sigue con mascarilla en los recreos pese a no ser obligatoria llevarla». Otro dato que aporta es que los casos de absentismo también se han incrementado y hay «entre tres y cuatro veces más casos que hace tres años».

Así, la conclusión que saca el presidente de Adespas es que «académica y socialmente, la pandemia pasa factura» y que «los problemas que nos estamos encontrando son preocupantes». «Hay que recuperar a una generación que ha pasado una época muy mala», manifiesta González, que insiste en que si bien «existen problemas académicos, también hay problemas terribles socialmente hablando».

«Están empezando a salir problemas, pero van a salir más»

En Primaria también se han notado las consecuencias de la pandemia: al alumnado le ha costado seguir el ritmo de las clases y se ha percibido una bajada del nivel de concentración. Así, ante un ejercicio que tuviera varias partes, «ahora el profesor tiene que ir fraccionando el ejercicio para que lo completen», comenta Samuel Sánchez, director del colegio público El Bosquín, quien no obvia que «la mascarilla ha tenido un efecto negativo para la pedagogía» y, por tanto, para el aprendizaje de los más pequeños. Lo preocupante para Sánchez es que si bien ahora «están empezando a salir problemas en ese sentido, la sensación que tenemos el profesorado es que van a salir más».

Beatriz García, delegada de Primaria del sindicado ANPE, considera que la pandemia, y en concreto el confinamiento, ha conllevado «pérdidas en el aprendizaje» porque los alumnos «necesitan la presencia física del profesor» en su proceso educativo y madurativo, al igual que necesitan la relación con sus compañeros, por lo que García se muestra convencida de que las adaptaciones que se hicieron educativamente hablando con motivo de la pandemia han tenido «consecuencias que se siguen pagando hoy» pese a «la gran labor que ha realizado el profesorado».

Cuidado socioemocional para garantizar el éxito escolar

Desde la Consejería de Educación, por su parte, recuerdan que el refuerzo del sistema educativo asturiano este curso con fondos europeos se ha centrado en especialistas en Pedagogía Terapéutica y Audición y Lenguaje, precisamente con la intención de respaldar a aquel alumnado más vulnerable que pudiera estar teniendo más dificultades debido a la pandemia. 

Más allá de eso, Educación considera que es necesario ocuparse del impacto de la pandemia y de ver cuál es el clima en nuestros centros educativos para garantizar el éxito escolar, un éxito escolar que la administración no supedita sólo a aprobar o pasar de curso, sino a impulsar competencias como la socialización, la mejora del clima de convivencia o favorecer el desarrollo emocional para que, en conjunto, revierta sobre en lo curricular. «Un alumno que sabe relacionarse entre iguales, que trabaja en un buen clima y logra un equilibrado desarrollo emocional es más probable que obtengan mejores calificaciones», apuntan desde la Consejería.

Educación tendrá en cuenta también las conclusiones de los dos estudios se presentaban hace unos días sobre el impacto del confinamiento en el alumnado y en el profesorado, estudios que destacan la relevancia de reforzar el cuidado socioemocional del alumnado. «Es algo que ya sabíamos pero que la pandemia nos ha hecho mucho más evidente. Como también somos más conscientes que nunca de la necesidad de contar con las familias, de digitalizar nuestro sistema educativo o de la importancia de la presencialidad», añaden desde la Consejería.