Emilio Esteban, oncólogo: «En más del 65% de los casos de cáncer se obtiene una supervivencia a los 5 años»

Esther Rodríguez
Esther Rodríguez REDACCIÓN

ASTURIAS

Emilio Estaba, profesor de la Universidad de Oviedo y jefe de Oncología del Huca
Emilio Estaba, profesor de la Universidad de Oviedo y jefe de Oncología del Huca

El profesor de la Universidad de Oviedo y jefe de Oncología del Huca, Emilio Esteban, analiza la enfermedad y señala cuáles son los mejores mecanismos para luchar contra el cáncer

04 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

A pesar de que por desgracia nos puede tocar a cualquiera de nosotros, el cáncer es una enfermedad de la que aún sigue costando mucho hablar. La mayoría de las personas utilizan eufemismos para referirse a esta patología que infunde miedo y respeto. Suele asociarse a la muerte, a pesar de que los avances médicos han permitido reducir drásticamente el número de defunciones, al mismo tiempo que han mejorado la calidad de vida de los pacientes oncológicos. No obstante, que esta enfermedad se desarrolle depende en gran medida de nuestro estilo de vida, tal y como indica el profesor de la Universidad de Oviedo y jefe de Oncología del Huca, Emilio Esteban, quien también incide en la importancia de los cribados. 

-El cáncer es una de las principales causas de muerte en nuestro país, ¿cómo se puede prevenir dicha enfermedad?

-Es algo muy sencillo y relativamente barato. Está al alcance de la mayoría de todos nosotros. Cualquier tipo de patología tumoral está relacionada con nuestros hábitos de vida que tenemos que cuidar para disminuir el riesgo de cáncer. Una vida activa, no sedentaria, en la que se evite la obesidad, se cuida la dieta para que sea rica en frutas y verduras, con productos frescos, no hipercalórica, se evite el consumo de alcohol y tabaco, se realice alguna actividad física leve-moderada durante 30 minutos una o dos veces al día, tiene un impacto claro y notorio en disminuir el riesgo de cáncer en un 30%. Algo muy importante a tener en cuenta, por ejemplo, en el cáncer de color, ya que es fundamental el consumo de dietas equilibradas, no ricas en carne roja y que tengan una buena cantidad de frutas y verduras. Pero tenemos que hacer todo lo posible porque hay gente que no tiene el privilegio de acceder a dietas adecuadas. En eso tenemos que incidir todos para que pudiésemos tener un estilo de comida uniformado con productos frescos saludables, fruta, verdura… también intentar tener ambientes sanos, libres de contaminación en donde vivamos.

-También es fundamental el diagnóstico precoz.

-Sí, no solo hay que prevenir el cáncer sino establecer el diagnóstico para que la curabilidad del paciente sea muy importante y así disminuir la mortalidad. El cribado con el que podemos estar haciendo un diagnostico precoz del cáncer de colon en una población asintomático es simplemente el hecho de analizar la sangre oculta en las heces. En nuestra región es algo estándar a partir de los 50 años y con ellos podemos hacer una detección de entre el 7 o el 10% de pacientes de cáncer de colón que sean asintomáticos. Además se puede disminuir hasta un 50% la causa de muerte por este tipo de tumor. Pero no todos los tumores tienen un cribado o diagnóstico precoz marcado o consensuado como puede ser realizar mamografías, hacer la prueba del papanicolau, la exploración ginecológica y algo más discutido pero implantado de forma generalizada por concienciación para varones de 50 años como el análisis del antígeno prostático específico. En otras patologías no tenemos un coste de eficiencia demostrado que pueda considerarse como estándar tal es el caso del cribado en cáncer de pulmón con  TC por el momento.

-¿Qué echa en falta a nivel sanitario o qué se podría mejorar en la sanidad para favorecer ese diagnóstico?

-La sanidad ya ha puesto todo lo que hay que poner. Hay que hacer los cribados, solo que la sociedad asturiana aparentemente un 40% no responde a la llamada en la que se les invita a hacer un diagnóstico precoz con una prueba de sangre oculta en heces para analizarla y detectar el cáncer de colón. Que nadie tenga miedo ni recelo porque es algo sencillo y con eso se puede hacer que aumente un porcentaje importante de curabilidad de la enfermedad diagnosticada. También hay que mantener las rutinas de revisión con los médicos y especialistas. Eso es lo que hay que hacer de mutuo acuerdo con el Centro de Salud de Primaria, aparte de hacer esos cribados estandarizados que en nuestra región tenemos previstos para que se puedan realizar en la población de forma masiva, ya que demuestran que se disminuye la mortalidad por cáncer.

-Respecto a la pandemia, ¿cómo ha afectado al paciente oncológico? ¿ha retrasado el diagnóstico de nuevos casos o impedido realizar tratamientos u operaciones?

-En nuestro caso hemos mantenido la misma actividad incluso incrementamos la recepción de primeras visitas por año así como la administración de tratamientos en nuestro hospital de día.

-Los datos evidencian que aunque desciende esa mortalidad, la incidencia del cáncer aumenta. ¿A qué se debe?

-Es algo multivariable, es decir, hay varias variables que pueden influir. Obviamente es porque hacemos más pruebas diagnósticas precoces y las personas más concienciadas acuden al médico con los primeros síntomas. No obstante, el mayor riesgo de cáncer que hay en cualquier especie viva es la edad. Tenemos una sociedad que tiene una mayor longevidad que hace que tengamos una mayor incidencia de cáncer. Como tenemos una mayor supervivencia, ya que la media de edad de vida ha mejorado, arrastra que a mayor vida mayor riesgo de enfermedades y entre ellas se relaciona el cáncer. También influye el estilo de vida, el sedentarismo y la contaminación. Además tenemos problemas epidemiológicos que están en boca de muchos medios y es que tenemos una juventud y una sociedad que tiende a la obesidad., que es una de las razones, por ejemplo, para tener mayor riesgo de cáncer de colón, aparte del de riñón y otros. Todos los medios de eliminación de toxinas del cuerpo están para esto, para eliminar los contaminantes, que estén menos tiempo posible dentro del cuerpo. Hay que beber mucho líquido para eliminarlos con la orina de forma rápida y frecuente, tener una dieta que facilite un hábito intestinal adecuado facilitando las deposiciones diarias y evitar el estreñimiento o ausencia de deposición diaria habitual. La vida sedentaria y dietas sin alimentos frescos y verduras facilitan el estreñimiento y por ello es un factor de riesgo más.

-¿Qué factores se tienen en cuenta para determinar un tratamiento, si un paciente necesita radioterapia o quimioterapia, por ejemplo?

-Es un poco más complicado porque la oncología es muy compleja. Depende del estadio de la enfermedad y los rasgos del tumor. Ahora no hablamos del cribado, sino que estamos hablando de una situación de diagnóstico que puede ser de una enfermedad localizada o metastasica. Si es localizada, el tratamiento curativo se basa el la cirugía al que se puede asociar un tratamiento sistémico antes o después. Con la radioterapia el planteamiento curativo complementario está asociado a la cirugía. No obstante, el escenario en la mayoría de los casos es multimodal. Si la enfermedad es mestastásica, se realiza un tratamiento sistémico que recorre todo el cuerpo, ya bien sea por vía intravenosa, oral o por ambas. Es lo básico para intentar mantener el mayor tiempo con vida al paciente.

En algunos casos cada vez más frecuentes gracias a los avances tecnológicos, tras un tratamiento sistémico se puede hacer abordajes terapéuticos locales con cirugía u otras modalidades para conseguir eliminar completamente la enfermedad mestastática y poder hablar de curabilidad o largos supervivientes. En más del 65% de los casos se obtiene una supervivencia a los cinco años. Eso se ha conseguido por las cirugías son mejores, las radioterapias también, el tratamiento sistémico no solo se basa en el tratamiento con quimioterapia sino que tenemos otro tipo de estrategias terapéuticas basadas en anticuerpos, antiangiogénicos, antifactores de crecimiento o también la inmunoterapia modulada. La evolución es enorme y eso hace que, por ejemplo, el carcinoma de colón tenga mayores posibilidades de curación. El tratamiento se amplía a más allá del tratamiento de quimioterapia para favorecer las perspectivas de supervivencias.

-¿Qué terapias se aplican ahora en Asturias y cuáles tienen una mayor efectividad?

-Todas ellas son importantes, ninguna destaca sobre otras porque avanzan sustancialmente.  Los que principalmente se aplican son los tratamientos sistémicos, basados en anticuerpos, antifactores de crecimiento y la inmunoterapia cuando la enfermedad ya está avanzada.

-¿Hay algún tipo de cáncer que sea incurable?

-Todos los tumores son curables en la enfermedad localizada y cada vez más tumores incluso en enfermedad avanzada puede conseguirse la curación o una situación de largos supervivientes con la estrategia multimodal antes mencionada como es el caso del cáncer colorrectal. Con todos los avances que tenemos, hacemos para que cualquier tipo de tumor sea curable. Otra cosa es la posibilidad de mayor o menor supervivencia. Si hablamos de mayor mortalidad sería el de cáncer de pulmón, pero también está el carcinoma de páncreas. Por su parte, el de colon es el que mayores posibilidades tiene de tener largos supervivientes por las características del tumor y los recursos terapéuticos que tenemos en esos momentos, aparte de los grandes avances en los tratamientos sistémicos. El cáncer de colon cuando es una enfermedad avanzada tiene probabilidad de curarse un 20% si aplicamos estrategias multidisciplinarias, como el tratamiento sistémico, las radiocirugías o las cirugías para eliminar residuo de la enfermedad para así optar a curaciones o a largos supervivientes.

-¿De qué depende de que una persona supere la enfermedad? ¿Cómo de importante es afrontar la enfermedad con positividad?

-Depende de un conjunto de variables que si están bien alineadas mucho mejor la curación. Pero una situación emocional estable es mucho más que la inestable para afrontar las problemáticas. Aquí cabe destacar el papel de la psicooncología, que apoya a los pacientes en todo el proceso del tratamiento para plantear decisiones terapéuticas y de cómo va la enfermedad para afrontarla de la mejor manera posible. La estabilidad emocional en ese ambiente es muy importante.

-Los pacientes señalan que el tratamiento personal como el médico es muy importante en esta enfermedad. ¿Qué papel juega el oncólogo?

-El oncólogo debe plantear una situación de empatía, de confianza con el paciente o que el paciente tenga la confianza con el médico que le va a atender. A partir de ahí hay que establecer una relación que sea sincera y adecuada en cada momento. La enfermedad pasa por episodios y estados diferentes que tanto el paciente como el oncólogo ven de forma diferente, hay distintos puntos de vista sobre la enfermedad. Por eso, todo empieza desde el primer momento,  el oncólogo debe ayudar al paciente a llevar la enfermedad de la mejor forma posible, curándole o mejorando la calidad de vida. Con una vocación de ayuda y entendimiento es donde se establece la empatía. Al final se trata de hacer un equipo que lucha conjuntamente contra la enfermedad.

-¿Cuál cree que es la mejor forma de decirle a un paciente que sufre cáncer?, al fin y al cabo se trata de una enfermedad muy dura de asimilar…

-Es muy importante tener en cuenta y resaltar que el paciente tiene derecho a ser informado pero también a no ser informado. Además tiene derecho a recibir información que sea más asumible para él. No puedes utilizar las mismas palabras, formas de información de una persona a otra. Nunca puedes mentir, es lo más importante, no se puede permitir. Tampoco se puede no respetar el nivel de información que el paciente quiere recibir. Aparte, obviamente, hay escenarios distintos de cómo dar información: si se puede curar o si se trata de una enfermedad que tratada se pueda prolongar la vida. Ahí hay que estar preparado para saber cómo trasmitir este tipo de información y psicológicamente yo desearía tener un apoyo importante en esta situación para hacer el mejor planteamiento y mostrar el mejor escenario posible. Es muy importante y a veces con un especialista en el tumor no es suficiente, por eso está la psicooncologia para poder hacer frente a casos concretos.

-Existen también los tumores benignos. ¿Qué probabilidad hay de que se conviertan en malignos? ¿Cómo se controlan?

-Hay una serie de condiciones que hacen que haya lesiones premalignas y eso hace que haya que considerarlas como factores de riesgo. Cuando hablamos de cáncer de color, los pólipos son benignos pero en un porcentaje importante se pueden malignizar y hay que descubrirlo. Se hereda y hay casos que cuando se diagnostican con sangre oculta en heces, hay que eliminarlas. También está el carcinoma in situ de la mama. Hay condiciones donde el cribado nos puede ayudar eliminar esas lesiones premalignas, erradicarlas para evitar desarrollar un cáncer.

-¿Cómo ve el futuro del cáncer? ¿Logramos vencerlo o que por lo menos se convierta en una enfermedad crónica?

-Tendremos que acostumbrarnos a que la incidencia de cáncer en el mundo, de primer nivel, aumente. Esto tiene que ver con que vivimos más tiempo, que tenemos un estilo de vida sedentaria, con una dieta hipercalórica…, pero a la vez estamos viendo que la mortalidad se disminuye, que quiere decir que el estilo de vida nos permite vivir más tiempo con un mayor riesgo de desarrollar más enfermedades. Avanzamos en los métodos de cómo hacer un diagnóstico precoz, en la prevención fallamos pero tenemos esa capacidad y estrategias terapéuticas locales sistémicas para que la gente no se muera tanto como antes. La asignatura pendiente es la prevención. También hay que mejorar los cribados de tumores y el diagnóstico precoz, seguir avanzando en conocimiento y estrategias terapéuticas para hacer una medicina con la mayor precisión posible y por supuesto fomentar la investigación. Hay un porcentaje importante de médicos en esta especialidad que son oncólogos cirujanos, radioncólogos, médicos de atención primaria, paliativista… que hacen que todos busquemos lo mismo: la curación o la supervivencia con calidad de vida.

-Por último, ¿qué le diría a aquellas personas que ahora mismo están atravesando por esta enfermedad y que no están leyendo?

-Me sale simple y llanamente decirles que hay mucha gente involucrada en el día a día para que pueda superar la enfermedad.  Desde las personas que hacen que esté todo limpio, hasta las auxiliares, celadores, enfermeras, médicos… son gente -cada una en lo que sabe- concienciada en querer ayudar. Todos intentamos que se sientan arropados y que se sientan ayudados para llevar de la mejor manera posible y con mejores resultados la enfermedad.