La red con raíz asturiana que evacua civiles de Ucrania: «Nos es imposible sacar a todos los que nos piden ayuda»

Esther Rodríguez
Esther Rodríguez REDACCIÓN

ASTURIAS

De izquierda a derecha: Javier González, Carlos Fernández y Javier Fernández, fundadores de Help To Ukraine
De izquierda a derecha: Javier González, Carlos Fernández y Javier Fernández, fundadores de Help To Ukraine

El gijonés Carlos Fernández constituyó con la ayuda de sus socios Javier González y Javier Fernández la plataforma Help To Ukraine con la que facilitan la salida de españoles y ucranianos del país del este

25 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Con el objetivo de evacuar a aquellos españoles en Ucrania, que no pudieron abandonar el país a través de la Embajada, el gijonés Carlos Fernández y sus socios Javier González y Javier Fernández constituyeron Help to Ukraine. Una red exprés de trabajo que ha facilitado la huida de la invasión rusa no solo a sus compatriotas sino también a ciudadanos ucranianos. Sirviéndose de los contactos que ellos mismos tienen en Kiev, dado que allí contaban con una asesoría donde llevaban años trabajando, han conseguido poner a salvo un total de 237 personas, entre las que se encuentra el langreano Beni Brito. Una cifra que podría ser mucho mayor si contasen con el correspondiente apoyo institucional. «En estos casos hay que primar la necesidad no la formalidad», resalta Carlos Fernández.

Esta humanitaria labor surgió a raíz de un grupo de Telegram. «Antes de que estallase todo esto, cerca de 100 españoles en Ucrania estábamos conectados a través de esta red social. Cuando empezó la guerra, la Embajada organizó para traer a los españoles de vuelta. Salieron dos autobuses pero muchos españoles como estaban lejos de Kiev se quedaron ahí, ya que alguno no les dio tiempo ni a llegar e incluso otros ni se enteraron», cuenta Carlos Fernández, quien abandonó el país por sus propios medios un mes antes de que comenzase la invasión.

Ante esta situación y dado que la ofensiva militar rusa se recrudecía aún más, el gijonés y sus dos socios comenzaron a hacer las gestiones pertinentes para facilitar la salida de aquellos españoles que no pudieron abandonar Ucrania. «Como no sabían que hacer ni a donde ir empezamos a derivarlos a distintos sitios donde allí estaría alguien que les ayudase personalmente o bien para darles alojamiento, indicarles dónde coger el autobús o el tren, o incluso para proporcionarles garrafas de gasolina, ya que las gasolineras dejaron de funcionar y algunos tenían coche», detalla Carlos Fernández.

Bajo esta premisa, el gijonés resalta que «operamos a modo de agencia de viajes, ya que hay mucha gente que si no les dices a dónde tienen que ir, a quién deben de dirigirse para que los orienten al respecto no se apañan». Además, también les compartían información a través del grupo de Telegram de lo que estaba pasando. Dónde bombardeaban, qué carreteras tenían mayores atascos, qué zonas estaban cerradas al tráfico… para que así la salida fuese, dentro de lo posible, mucho más fácil y rápida.

De esta manera, Help To Ukraine con la predisposición de «cerca de 80 voluntarios» ha conseguido que cientos de personas -españolas y ucranianas- abandonasen Ucrania. Una ayuda que por supuesto no se queda ahí. Concretamente, a los ucranianos que llegan a España, les asesoran y les gestionan los trámites para sacar la condición de refugiados. También les facilitan alojamiento. «Hay familias españolas que ofrecen sus viviendas, entonces lo que hacemos es ver quien necesita un hogar y ya les ponemos en contacto directamente», apunta Carlos González.

Además, la plataforma cuenta con un teléfono de atención de habla ucraniano y castellano (con llamadas a coste cero en el que «cualquiera nos puede solicitar información y donde aconsejamos cuál es la opción más idónea para poder salir». También tienen una página web y de Facebook donde comparten noticias e informaciones acerca de la invasión rusa, que pueden ser especialmente relevantes para aquellos 29 ciudadanos españoles que aún permanecen en Ucrania. «No han querido salir, pero estamos en contacto con ellos. Uno desapareció hace una semana, en el norte de Kiev, donde hay combates muy duros pero esperamos que sea porque no haya luz y no tenga batería en el móvil», afirma el gijonés.

Al fin y al cabo, se trata de una red de trabajo cuyo engranaje funciona perfectamente pero que se ve perjudicada por los trámites burocráticos. Help To Ukraine tiene la opción de sacar de Kiev entre «30 y 40 personas» en coches del ejército gracias a contactos que tienen en la Brigada Territorial. Pero para hacerlo necesitan chalecos y cascos que se puedan reutilizar, ya que como los rusos disparan «a todo lo que se mueve» deben de ir protegidos durante esos 25 kilómetros que dura el viaje. Sin embargo, «aunque ya nos pusimos en contacto con el Ministerio del Interior, de Defensa… no hay forma de que nos los faciliten», lamenta Carlos González, quien manifiesta que «si nos lo proporcionasen esa ayuda podíamos sacar muchísimas más personas por día».

Bajo esta premisa, el gijonés señala que «el 95% del mundo está de acuerdo que está pasando algo que no es junto. Que una potencia nuclear machaque a un país europeo con aspiración a formar parte de la Unión Europea y de la OTAN no es normal. Pero el problema está en que la política va muy despacio. Es cierto que cuando el Gobierno español decide hacer algo se proporcionan todos los recursos necesarios, pero en este caso, toca ir más deprisa. Nosotros empezamos a operar en el momento uno que vimos la necesidad. No esperamos a constituir una ONG en Madrid, que todavía estamos pendientes de hacerlo, porque si no se acaba la guerra».

Y mientras que esperan a que les proporcionen dichos chalecos y cascos, Help To Ukraine trabaja para facilitar la salida a un grupo de personas en Dimitrov y otro en Zoporista. «Hay también ciudades ucranianas en las que personas mayores o con movilidad reducida nos piden que les ayudemos, pero nos es imposible. Ya es difícil hacerlo con gente que se vale por sí misma, así que imagínate, se nos parte el corazón. También recibimos llamadas para sacar a niños, pero esto lo derivamos a Acnur porque siempre tienen que ir acompañados de su madre, padre o tutor legal ya que como hay mafias operando con niños preferimos evitar estos problemas», pormenoriza Carlos González, quien apunta que «hay gente que incluso se dedica a subir a su coche particular a personas y a medio camino pedirles dinero para traerlos a España».

En este punto, el gijonés señala que «los individuos que sale de Ucrania están rotos. Son familias, el 90% formadas por madres, abuelas y niños, que dejan allí a parte de sus miembros. Algunos porque no quieren huir, sobre todo la gente mayor que como está tan arraigada al país les da igual lo que pase, y otros porque están obligados a quedarse como los hombres de entre 16 y 60 años que deben servir en el ejército», apena. Es por ello que clama porque ante esta situación vaya antes la necesidad que la formalidad. «El Gobierno debe apoyar a organizaciones como la nuestra que se ve que realmente funcionan, ya que al fin y al cabo se trata de solucionar, que es lo más bonito de todo», sentencia.