La «Blancanieves gore» de un colegio de Avilés que nunca existió

Luis Ordóñez
L. Ordóñez REDACCION

ASTURIAS

Vox lleva a la Junta General un bulo como ejemplo de «adoctrinamiento» en el sistema educativo asturiano

18 mar 2024 . Actualizado a las 12:30 h.

Una de las primeras cuestiones que se debatieron en el pleno de la Junta General del Principado el martes fue la denuncia, llevada a los tribunales por el PP, de un manifiesto leído en el instituto de Ribadesella el 8M. El caso sirvió al portavoz de Vox, Ignacio Blanco, para afirmar que había un «adoctrinamiento» sistemático en la sistema educativo asturiano, asegurando que recibía denuncias «todos los días»; cargó contra un concurso de relatos organizado por IU en Siero dirigido a estudiantes de Bachillerato, reprodujo críticas pasadas a los talleres de Soisex en Gijón e introdujo un episodio novedoso: «Colegio público Enrique Alonso, se lee un cuento de Blancanieves, tipo gore, para adultos pero contando a niños de infantil y de Primaria, algunos con problemas ya psicológicos».

Suena terrible, pero lo cierto es que el cuento gore de Blancanieves nunca existió ni se leyó a niños de ninguna edad en ningún colegio. Puestos en contacto con el centro en Avilés para conocer los detalles de la escabrosa fábula, la dirección explica que el pasado curso, al estar marcado por la pandemia y el confinamiento, todas las clases se realizaban de forma telemática y un padre se puso en contacto con los responsables del colegio para exigir poder usar el denominado pin parental de manera que su hijo, en 4º de primaria, no participara en ninguna de las actividades relacionadas con el Día de la Mujer. Algo a lo que la dirección del centro se negó. El hombre aducía que su hijo «se había puesto enfermo» con las actividades y, al siguiente curso sacó al pequeño del colegio.

La críticas del hombre, según explica la dirección, se enfocaban contra «el adoctrinamiento» de carácter feminista y «de género», cargando contra las iniciativas llevadas a cabo en el colegio por la asociación Xurtir que en varios cursos habían ofrecido a los escolares distintas actividades relacionadas con la promoción de la igualdad. Pero no aquel año en el que todo quedó afectado por la pandemia. 

Las responsables de Xurtir explican a La Voz de Asturias que, en aquella época, recibieron llamadas en un tono amenazante por parte de un padre de ese colegio, con varias consideraciones despectivas hacia su formación profesional e insinuando que eran «un chiringuito». Intrigados por las quejas, los responsables señalaron que en su página, donde se habían recogido actividades de cursos anteriores, el hombre podía haber relacionado sus protestas con otro cuento distinto, «La Cenicienta que no quería comer perdices», una obra en la que se revisa el relato clásico para hablar contra el maltrato. 

Pero ningún niño en el colegio de Avilés tuvo ninguna actividad relacionada con ese cuento aquel año. No hubo Blancanieves gore ni tampoco Cenicienta feminista. La dirección del colegio defiende todas las actividades llevadas a cabo en el centro por parte de la asociación Xurtir destacando que siempre han contado con el respaldo y la aprobación de la comunidad escolar. Aquel año apareció en el centro, sin que nadie supiera explicar su procedencia, un folleto de HazteOír de la campaña «Los niños tiene pene, las niñas tienen vulva, que no te engañen». Todos ellos recalcan su preocupación por el hecho de que un bulo así «no se está comentando entre un grupo de amigos en un bar sino en el parlamento asturiano».

Bulos constantes sobre la escuela

Lo cierto es que en los últimos años las manipulaciones, tergiversaciones y en muchas ocasiones directamente falsedades sobre los contenidos que se ofertan en las escuelas públicas de Asturias han sido una constante en el debate político. La petición de Vox (traslada a varias comunidades) de que se establezca un pin parental que permita a los padres de alumnos vetar el acceso a determinadas actividades pone especialmente el foco en los talleres de educación sexual dirigidos a adolescentes, a menudo afirmando falsamente que se ofrecen a niños más pequeños o usando los textos que están preparados para el profesorado como si fueran los que se imparten a los alumnos. En verano de 2019 se llegó a decir que «si mandas a tus hijos a un colegio público en Asturias, les obligarán a asistir a estos talleres de sexualidad y fomento de la pornografía, las relaciones sexuales adolescentes variopintas y la masturbación», algo sin conexión con la realidad y difundido en su cuenta de Twitter por uno de los dirigentes de Vox Asturias, que luego borró el mensaje.

En la víspera del estallido de la pandemia, en febrero de 2020, alcanzó enorme notoriedad en redes sociales y también en medios nacionales de carácter conservador un supuesto test pasado a alumnos de un instituto de Oviedo para saber si eran «fachas»; aunque en realidad se trataba de una adaptación en formato pregunta-respuesta de un famoso texto de análisis político obra de Umberto Eco sobre las ideas claves para la formación del fascismo.

Respecto al caso del Instituto de Ribadesella que abrió el debate en el pleno de la Junta, la consejera de Educación, Lydia Espina, insistió en que «en los centros educativos asturianos no se adoctrina, se educa» y afirmó que todo lo ocurrido en el instituto de Ribadesella se hizo de acuerdo a la legalidad vigente y que incluso el Consejo Escolar así lo ha certificado. Según citó Europa Press, en el centro se leyó un manifiesto un del Sindicato de Estudiantes el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. El texto, que fue leído en clase, acusaba a PP y Vox de esparcir «el veneno de la LGTBIfobia y el machismo, gracias a la cobertura política que les otorga el régimen del 78. Y esto también se traduce en una escalada de agresiones físicas, incluso asesinatos, por nuestra orientación o identidad sexual que quedan impunes».

La consejera reconoció que no comparte el contenido del manifiesto del Sindicato de Estudiantes y que la jefatura de estudios del instituto también dejó claro que las afirmaciones que se incluían no eran la posición del centro. Con todo, Espina dijo que el objetivo de la educación en Asturias sigue y seguirá siendo que los alumnos sean «libres, felices y demócratas».