Una madre ucraniana a la madre de acogida asturiana: «Por favor, si me pasa algo, cuida a mi hija como si fuera tuya»

Carmen Liedo

ASTURIAS

Una mujer alimenta a su hija pequeña en la frontera entre Polonia y Ucrania
Una mujer alimenta a su hija pequeña en la frontera entre Polonia y Ucrania DPA vía Europa Press

Paula Parrondo lleva varios días haciendo un sinfín de gestiones buscando la manera de traer a Asturias a Nicole, una niña de 12 años de Kiev a la que acoge en verano desde que tenía 6

05 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Paula Parrondo lleva en un sinvivir desde que Rusia comenzó la invasión a Ucrania y la ofensiva en Kiev porque de Kiev es Nicole, una niña de 12 años que acoge en verano desde que tenía 6, con la excepción de estos dos últimos años de pandemia, en el marco del programa ‘Vacaciones en Paz’. Desde el pasado 24 de febrero, Paula mueve cada día desde bien temprano todos los contactos posibles y hace un sinfín de gestiones buscando la manera de traer a Asturias a la menor «de la forma más legal posible», aunque la conflictiva situación está complicando mucho todo el proceso.

Por el momento, Paula ha conseguido que Nicole salga de Ucrania y llegue a Moldavia, país en el que se encuentra desde el martes acogida por una familia con la que contactó por medio de otra chica asturiana.«La acogió una familia de Moldavia hasta que pueda traerla a España para que Nicole no estuviera sola, pero traerla desde ese país está resultando complicado», manifiesta esta gijonesa, que ante las dificultades para conseguirle un vuelo a la menor, ha llegado a pensar en emprender un viaje de 38 horas en coche con gente que conduzca para turnarse e ir a recogerla. «Íbamos a ir a buscarla a Rumanía, porque no tengo visado para entrar en Moldavia, pero eso supone que ella tenga que hacer muchos kilómetros sola en autobús», explica Paula Parrondo con «unos nervios tremendos» por todo lo que está viviendo la pequeña, con la que tiene contacto a través de la aplicación Viber cuando esta tiene conexión a internet o por el whatsapp de la familia que la está cuidando en Moldavia.

Pero pese a esos cuidados, que agradece infinitamente, Paula comenta apesadumbrada que nota a la pequeña «muy triste». «Me fio de todas las personas que me están ayudando, pero quiero que llegue aquí cuanto antes. Necesito meterla en un vuelo que venga a España», manifiesta con disposición de moverse a cualquier punto del país al que pueda llegar un avión procedente de Moldavia para recogerla y darle todo ese cariño que cree que necesita en estos momentos tras haber dejado a su familia en Ucrania. «Su madre es lo máximo que tiene porque se quedó huérfana de padre cuando era muy pequeña, y adora a su hermano», traslada.

Todos los papeles en regla 

Y mientras sigue haciendo todas las gestiones posibles con la ONG promotora del programa de acogida en verano, con la administración regional y con la ayuda del eurodiputado Jonás Fernández, Paula Parrondo ha logrado que todos los papeles de Nicole estén en regla: pasaporte, visado e incluso una carta de la madre de la niña autorizándola a traerla porque insiste en que quiere hacerlo de la forma más legal posible dentro del caos que hay en Ucrania. «Me da la sensación de que estoy viviendo en otro mundo porque es tremendo lo que está pasando», comenta la gijonesa con mucha preocupación por cómo llegará psicológicamente Nicole tras lo vivido en Kiev, una de las zonas más conflictivas en esta guerra, y haber dejado a su familia allí. «Quiero que llegue aquí y darle toda la ayuda que le haga falta, buscar un psicólogo que hable su idioma y que pueda entenderla porque el español lo habla muy justo», señala Paula.

Lo que Paula deseaba a mayores es que toda la familia de Nicole hubiera salido de Ucrania antes de estallar la guerra y así se lo propuso a la madre de la pequeña ofreciéndole una casa que tiene parada en Navia. «Yo vivo en Gijón y le plantee que podían ir allí toda la familia, ya buscaríamos la manera de salir adelante, pero la madre decidió quedarse en Kiev porque tiene personas ancianas a su cargo y no quiere dejarlas», explica Paula Parrondo, a la que se le quiebra la voz al comentar lo que la madre de Nicole le envió en un mensaje: «por favor, si me pasa algo, cuida a mi hija como si fuera tuya».

Desde luego asegura que aquí en Asturias estará arropada al máximo porque «Nicole es totalmente de la familia», dice Paula Parrondo, que recuerda cómo cuando venía en verano le gustaba compartir momentos con abuelos, tíos o primos, además de con ella, su marido y su hijo. «Es una niña muy alegre, sociable y muy madura, pero la edad no se puede cambiar. Hay que cuidarla porque tiene sólo 12 años», concluye.