El Simpa calcula que hasta 2025 se jubilarán entre 300 y 400 facultativos cada año
27 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Asturias necesitaría al menos 400 médicos más a día de hoy para cubrir las plantillas de los centros sanitarios de su servicio público de salud. Es un cálculo aproximado de una problemática que no es nueva, que asola a toda España y que empeorará en los próximos años si se tiene en cuenta que el 40% de los facultativos del Sistema Nacional de Salud tiene más de 55 años. Pero no hará falta esperar 10 años para que el déficit de médicos se agrave en Asturias. En los próximos cuatro ejercicios, según los cálculos del Sindicato Médico Profesional de Asturias (Simpa), se jubilarán entre 300 y 400 cada año. Es decir, entre 1.200 y 1.400 hasta 2025.
El consejero de Salud, Pablo Fernández, decía a principios de este mes, en una comparecencia en la Junta del Principado, que, por años de cotización y edad, calculaba que 433 médicos podrían acceder a la jubilación en los dos próximos años. Este año algo más de 300 cumplirán 65 años, aunque para poder jubilarse entran en juego varias variables como los años de cotización o las posibles prorrogas que se vayan a solicitar y que se vayan a conceder.
«En las especialidades no existe un recambio generacional adecuado. Se van más de los que pueden entrar y por eso la carencia de profesionales es importante. Esto no da para más», explica el presidente de la sección de atención especializada del Simpa, José Antonio Vidal. Los MIR de este último año, por ejemplo, no llegan a 250. La plantilla de médicos especialistas en Asturias ronda los 3.400 y, haciendo un repaso por los equipos que deberían tener una treintena de especialidades, faltarían por cubrir más de 200 vacantes. El déficit, en algunas especialidades, pasa del 30%.
«Todos los servicios que conozco están a menos tres, a menos seis, a menos diez. Es un problema enorme. Siempre hay escasez de médicos pero además, como en algunos centros la escasez ya es tremenda como puede ser en el caso de Arriondas, están obligando a ir del resto de Asturias a cubrir esos servicios», apunta el secretario general del sindicato médico, Antonio Matador, que recuerda que se han aumentado las plazas MIR pero no lo suficiente para paliar el déficit «que ahora tenemos y ya no digo nada del que nos viene».
En Atención Primaria son casi 900 médicos, en torno a 870, incluida la atención continuada y, según el presidente del Simpa, Javier Alberdi, «se necesitarían un 25% más como mínimo para poder garantizar una asistencia mínima». Es decir, en torno a 150 y 200. «Para poder dar cobertura a todo harían falta por lo menos 300 más», añade. Entre este año y el que viene calcula que se jubilarán unos 150 y, en los próximos cuatro años, un tercio de la plantilla.
La paradoja de jubilar forzosamente en 2009 a más de 300 médicos
En aquella comparecencia en la Junta de principios de mes, el consejero de Salud explicaba que para compensar esta situación se estaba trabajando en fidelizar a quienes ya están trabajando en Asturias y atraer a otros de fuera. Ponía como ejemplo los 114 facultativos que han prolongado su trabajo y se encuentran en servicio activo voluntario. «Están pidiendo a los mayores de 65 años que por favor prorroguen, pero estas prórrogas se tienen que solicitar y te la dan o no, cuando en otras autonomías se ha modificado el plan de recursos humanos y en algunas ya se plantea que los médicos sigan hasta los 67 años y en otras hasta los 70 años siempre que tengan capacidad física e intelectual suficiente pasando un examen previo», señala Matador.
También indica que, «como ahora todo son apuros y la cuestión es tener un número», se están contratando médicos que no tienen la especialidad homologada -«aunque en otras comunidades es en un mayor grado»- y se está recurriendo también a médicos jubilados. En ambos casos para realizar labores determinadas.
«Contratar médicos jubilados, que algunos hacen labores burocráticas o de atención telefónica, es una buena medida, pero es una paradoja», apunta Matador, que recuerda que uno de los precedentes más recientes del déficit de médicos se remonta a diciembre de 2009, cuando se aprobaba el plan de recursos humanos del Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa): «Ya veíamos entonces que en el 2019/2020 el problema iba a ser mayor porque aquel plan era una foto fija».
Con ese plan, se jubiló forzosamente en 2010 a todos los médicos mayores de 65 años. «Más de 300 médicos. Fue el primer gran recorte que hubo y, desde entonces, venimos repitiendo hasta la saciedad que va a haber un problema enorme, que va a haber un problema enorme y nada, ni caso», dice Matador. El lobo acabó llegando. «Desde 2009 para acá se podría haber variado el número de plazas MIR de una manera impresionante, calculando los que se iban a jubilar, pero no se hizo absolutamente nada», reitera Matador, que explica que desde el Simpa se han planteado «muchas, muchas fórmulas» de manera insistente en la última década para solucionar el déficit de profesionales médicos.
Pone como ejemplo una medida que el Sespa «anunciaba por la prensa» recientemente: «Los especialistas mayores de 55 años, hasta el 2012, cuando dejaron de hacer guardias, podían acogerse a jornadas de tarde hasta las 10 horas al mes que están estipuladas y, pese a que lo hablamos muchas veces con el Sespa y solo era en la especializada, no les dio la gana de ponerlo en marcha por una cuestión economicista pura y dura». Medidas, en todo caso, que en el Simpa son vistas como parches «que no consiguen paliar ni la mitad de los problemas».
Matador vuelve al plan de recursos humanos para explicar lo que ocurre ahora: «No era un plan de recursos humanos porque lo que había que hacer era planificar en función de lo que se te venía encima y no se planificó nada. Simplemente se dejó así para llegar a este déficit conscientemente con el único fin de ahorrarse dinero. Se sabía perfectamente. Lo hemos dicho hasta la saciedad».
Recuerda que entonces, con aquella jubilación, «se quedaron hasta sin servicios, por ejemplo en cardiología infantil: jubilaron forzosamente a los dos pediatras que realizaban la especialidad de toda Asturias y nos quedamos sin ella». Y ahora, dice, también «hay hospitales comarcales que se están quedando sin especialidades».
¿Por qué no se encuentran médicos?
«Cuando los médicos se van jubilando no hay personal suficiente para suplirlos». Lo decía en una reciente entrevista con La Voz el presidente del Gobierno asturiano, Adrián Barbón, recordando que cuando Pedro Sánchez llegó al Gobierno, María Luisa Carcedo como ministra de Sanidad aumentó las plazas en formación para compensar la falta de médicos tras haberse reducido en 2012. «Nos dicen ‘contraten más médicos’ pero es que no los hay», añadía.
Matador dice que no se encuentran médicos porque se juntan varios problemas. Por un lado, recuerda que se ofrecen la mitad de plazas MIR que licenciados. «Si hay 14.000 médicos sacan por ejemplo 7.000 plazas y son muchos los que se quedan sin poder hacer la especialidad». Pero, además, no todos los MIR que hacen la especialidad se quedan. «Se forman y se marchan, es algo que está ocurriendo. Los países de nuestro entorno tienen mejores condiciones laborales, de trabajo y de sueldo. Trabajo fijo, cuando aquí los siguen contratando como eventuales, estando unos días aquí, otros allí, moviéndote por varios sitios… Pasan años dando vueltas y, a la mínima oportunidad en la que les ofrezcan mejores condiciones, se van».
Reconoce que les llama la atención la cantidad de médicos que están pidiendo acreditaciones al colegio profesional para irse al extranjero o a otras comunidades autónomas. O que incluso repiten el MIR «en muchos casos porque hacen medicina de familia y, como no les gusta lo que ven, se vuelven a presentar o bien se van a la urgencia hospitalaria». En el Simpa tienen claro que se necesita formar todavía a más MIR y, sobre todo, conseguir «que se queden».
«Parece mentira que estemos gastando un dineral en formar médicos, que además salen muy bien formados, y que tengan unas condiciones de trabajo enormemente penosas, con sueldos mileuristas. Les salvan las guardias, es la única opción que tienen -señala Matador-. En el Ministerio de Sanidad no se hace nada que pueda mejorar medianamente lo anterior, siempre se va para atrás. Es un panorama tremendo».
La ley de la triple atracción de los MIR
Si en Asturias se jubilan 300 y los MIR no llegan a 300, los números son negativos. «Hemos estado peor porque han aumentando un poco las plazas, pero no todos se quedan. Es la ley de la triple atracción de los MIR: atraídos por otras comunidades, por otros países y por la actividad privada. Debe hacerse el esfuerzo de retenerlos o nos quedaremos los viejos», añade Vidal, para quien el plan de recursos humanos que se aprobó en 2009 fue una «auténtica barbaridad» debido al «cortoplacismo político». «O tenemos una visión a muchos años o esto lo veremos cíclicamente. Los mayores no se pueden jubilar y los jóvenes no quieren trabajar aquí».
Y, en medio, los pacientes, con lo que ha supuesto encima para todos dos años de pandemia de coronavirus. «Cada vez que llamas a un centro de salud o quieres ir a un especialista es un peregrinaje. Si quieres hablar con el médico, o simplemente consultar algo, es tremendo», reconoce Matador, que recuerda el puñetazo en la mesa que pegaban recientemente los médicos de familia al solicitar más de 450 la reprobación del consejero de Salud por los problemas de saturación en los centros de salud.
«Ahora estamos mejor de cifras, pero podemos estar peor en unos meses», dice, en referencia a la reciente avalancha de casos de coronavirus y la consiguiente burocracia que también trajo consigo las miles de bajas y altas que se tuvieron que tramitar, además de lo que han supuesto estos dos años de pandemia. «Enfermos crónicos mal controlados, pacientes que hacen lo posible para molestar lo mínimo, alargando las consultas, con lo cual hay patologías que pueden estar enmascaradas o sin diagnosticar porque las listas de espera, que son altas, en especialidades son altísimas -enumera-. Y como se suspendió una parte importante de la actividad quirúrgica, hay un retraso y un acumulo importantísimos».
De ahí que en el Simpa, donde tienen pedida una reunión con el consejero de Salud, vean urgente un plan especial para activar las listas de espera y una reorganización, entre otras cuestiones, en los centros de atención primaria. «Los servicios de urgencias afortunadamente están funcionando muy bien porque al final es lo que queda. Están saturadísimos, pero funcionan bien y actúan de colchón para paliar todos estos déficits», aprecia Matador.