Cristina Vega, logopeda: «La pandemia ha incrementado los problemas de comunicación en los más pequeños»

E. Gutiérrez REDACCIÓN

ASTURIAS

Niños con mascarilla en el CEIP López Ferreiro, en una imagen de archivo
Niños con mascarilla en el CEIP López Ferreiro, en una imagen de archivo Sandra Alonso

La presidenta de Alpa explica que a nivel práctico se está apreciando un aumento en el retraso a la hora de adquirir el habla: «Aprendemos a hablar cuando estamos en contacto con otros entornos sociales, que ahora se han visto restringidos»

20 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

«La pandemia ha incrementado los problemas de lenguaje y comunicación en los niños, y eso deriva en una saturación de los centros de atención temprana». Así lo explica la presidenta de la Asociación de Logopedas de Asturias (Alpa), Cristina Vega, quien insiste en que «siempre hubo niños con problemas en el habla, pero los cambios que ha producido la pandemia en cuanto a socialización han afectado y las listas de espera son mucho mayores ahora».

«Lo normal es que al año digan una palabra suelta, a los 18 meses junten dos palabras y a partir de los dos años empiecen a elaborar frases más cortas. En 24 meses los niños tienen que saber palabras sueltas, si no es así hay un problema», señala.

Puntualiza, además, que «a nivel práctico, se ha apreciado un aumento en el retraso a la hora de adquirir el habla, aunque a nivel científico todavía no se ha especificado».

«Aprendemos a hablar cuando estamos en contacto con otros entornos sociales, pero ahora se han visto restringidas las experiencias, y cuantas más tengas más capacidad tendrás de adquirir vocabulario», remarca.

Problemas detectados en los menores 

La logopeda ha detallado que estos problemas en el neurodesarrollo y el retraso a la hora de aprender a hablar se observan especialmente en los menores de tres años, que son los nacidos prácticamente durante la pandemia. «El hecho de llevar mascarilla limita que reconozcan expresiones faciales o cómo se pronuncian las palabras, factores muy importantes a la hora de desarrollar el lenguaje», indica.

Ahora, teniendo en cuenta «que han estado en una sociedad donde la mayoría ha llevado mascarilla, se dificulta el reconocimiento facial, y si a esto se suma que el niño escucha palabras, pero no aprecia el movimiento de la boca, es otro obstáculo para que aprenda a pronunciar según qué fonemas», añade.

Además, Vega advertir de que estos factores no solo afectan al lenguaje, sino a su desarrollo psicomotor en general, porque «el reconocimiento de las expresiones faciales es una condición importantísima en el ser humano, ya que el niño acompaña lo que oye de todo un mensaje corporal». 

La mascarilla afecta a la calidad del sonido

La logopeda explica cómo ha podido afectar la mascarilla a nivel auditivo en el retraso de la adquisición del lenguaje, que presenta consecuencias sobre el componente verbal, porque disminuye la intensidad y «los niños oyen menos fonemas o elementos morfosintácticos»: «Algo que estamos viendo bastante, aunque no este comprobado, son niños que sí que hablan pero tienen una mala pronunciación de las palabras, creemos que se debe a esta nueva limitación social que les impide escuchar con claridad».

Asimismo, señala que la mascarilla amortigua más el sonido, «lo que hace que sea más difícil entender el habla», y termina afectando a la voz.

Vega indica, también, que otra consecuencia de la mascarilla es que disminuye la capacidad de leer labios y captar expresiones, «que es muy importante»: «Trabajo con personas sordas y es prácticamente imposible trabajar así. Las personas sordas necesitan vernos la cara y los labios, es una situación muy compleja».

Aunque, subraya que la mascarilla tiene efectos a nivel auditivo, predominan más las consecuencias visuales a la hora de aprender a hablar. «Si le ponemos delante de una tele o una cinta no va a hablar, el desarrollo del lenguaje se hace gracias a la interacción, a la parte del cerebro que relaciona lo que ve y lo imita, más que por el volumen», asegura.

Al margen de la mascarilla, la logopeda señala a las restricciones como la mayor de las causas que ha alterado el desarrollo del habla en los más pequeños. «Los niños de la pandemia han visto restringida su interacción social con otros niños de su edad, un factor determinante para el desarrollo psicomotor, porque aprende con sus iguales por imitación», insiste Vega. 

Vuelta a los juegos tradicionales

Para evitar estos posibles retrasos en el habla, Cristina Vega recomienda a las familias que vuelvan a los juegos tradicionales con sus hijos, es decir, «la estimulación de toda la vida».

Estos juegos pueden ser, por ejemplo, pintar, actividades con plastilina o sobre todo leer, ya que la lectura «es una de las actividades que más desarrolla la capacidad del lenguaje porque el niño puede relacionar lo que ve con lo que escucha y los padres pueden incitarles a imitar sonidos o palabras».

Por contra, desaconseja el uso de dispositivos móviles en niños pequeños, un hecho que ha aumentado a raíz de la pandemia y las restricciones, porque «no aportan al desarrollo»: «Los aparatos electrónicos son muy útiles para muchas cosas, no vamos a negarlo, pero hay que dejárselos a los niños en su justa medida. Los niños necesitan jugar».

Además, añade otros consejos como «hablar más alto y lento» para contrarrestar la pérdida de sonido a causa de la mascarilla, así como explicar a los niños lo que ocurre y por qué. También se deben lanzar «mensajes claros y sencillos, exagerando la gesticulación y acompañando con gestos el habla, o ayudarse con el cuerpo para transmitir la información».

Por último, resalta la importancia de trabajar con los más pequeños en el reconocimiento de las emociones, como la alegría o el enfado, «porque hay mensajes difíciles de identificar por ser sutiles a nivel visual y se deben explicar con palabras», puntualiza.