Jorge Guerricaechevarría: «Hay muchísimo trabajo con las plataformas y las series. El problema está en el cine»

Marcos Gutiérrez ASTURIAS

ASTURIAS

El director Daniel Monzón (d) y el guinista Jorge Guerricaechevarría posan con el Goya a Mejor Guión Adaptado, por su trabajo en  Las leyes de la frontera
El director Daniel Monzón (d) y el guinista Jorge Guerricaechevarría posan con el Goya a Mejor Guión Adaptado, por su trabajo en Las leyes de la frontera Biel Aliño

El guionista avilesino ganó el sábado pasado su segundo Goya por su trabajo en «Las leyes de la frontera», junto a Daniel Monzón

19 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Jorge Guerricaechevarría (Avilés, 1964) es uno de los guionistas más reputados del panorama nacional. Avilesino de nacimiento y vitoriano de adopción, este «contador de cuentos» ha trabajado con algunos de los directores más destacados del país, desde Álex de la Iglesia a Daniel Monzón, Pedro Almodóvar o Daniel Calparsoro. Además de seis nominaciones a los Goya, se ha llevado a casa en dos ocasiones el «cabezón». La primera en 2009 por su guión del éxito «Celda 211» y la segunda el pasado sábado por su trabajo en «Las leyes de la frontera», junto a Daniel Monzón. Guerricaechevarría tiene fe en que «todo se recupere» para el cine español tras la pandemia. A su juicio, la parte de la industria ya está a pleno rendimiento y lo que falta es que la gente vuelva a recuperar el hábito de ir a las salas.

 -¿Ha digerido ya todo lo sucedido en la gala?

-Si. Bueno, todavía estoy contestando a mucha gente que me felicita y me da la enhorabuena. Aparte de ponerme al día con eso ya estoy de nuevo trabajando.

-Ya había alzado el «cabezón» por 'Celda 211' en 2009 ¿Emociona lo mismo la segunda vez?

-Hombre, desde luego más emocionante es la primera vez. Es algo muy diferente. Por eso, aunque casi siempre la gente se queja de lo largo de las galas, la parte más emocionante suele ser la de los cortos, la dirección novel o los actores revelación, porque es la máxima ilusión, cuando empiezas y recibes un reconocimiento de este tipo es un espaldarazo. Como yo dije en la gala llevo treinta años en esto y viviendo «del cuento», de alguna u otra manera. Me han tocado muchas noches de ir a aplaudir a otros compañeros. Cuando te toca a ti es una alegría, pero desde luego no tanto como la primera vez.

-¿Lo mejor de este tipo de premios es que les coja trabajando?

-Si, precisamente se lo decía después de la gala al homenajeado de honor de la noche, José Sacristán, que lo maravilloso es que le tocara trabajando en el teatro. Quita mucho peso el estar metido en otras cosas para que, cuando llegue el día de la gala, solo te pongas el traje acudas y ya está, sin darle mayor trascendencia.  

-¿Cómo es trabajar con Daniel Monzón?

-Trabajar con él es muy intenso. Daniel se centra mucho en cada proyecto y le dedica toda su atención. Hay otros directores que plantan semillas por ahí y, mientras están en una cosa, ya van desarrollando ideas de lo próximo que van a hacer. Daniel es obsesivo con los proyectos y hasta que no termina su cabeza no se pone a buscar otra dirección. Es muy intenso y a la vez muy divertido. Me lo paso muy bien trabajando con él y compartiendo ideas. Es mucho más llevadero que estar tu solo en una habitación. Tiene además la ventaja de que, como va a ser él quien lo va a llevar a la práctica, a la vez que estás pensando el qué, estás pensando el cómo va a ser la puesta en escena. Todo eso hace que la dirección final de lo que se ve en pantalla esté más clara.

-¿En qué se diferencian Álex de la Iglesia y Daniel  Monzón?

-En cuanto a su carácter o a su forma de trabajar no veo grandes diferencias. Lo que sí que tienen son distintos universos o focos de interés. Cuando trabajo con uno u otro tengo la suerte de compartir esos intereses. Con los dos trabajo muy bien mano a mano.

-Se ha dicho que la última gala de los premios Goya ha sido la del reencuentro ¿Cree que el cine español saldrá del bache tras la pandemia?¿Volverá la gente a las salas cuando pase todo esto?

-En lo que es la industria yo creo que sí ha vuelto a la normalidad, porque hay muchísimo trabajo con las diferentes plataformas, las series y demás. Lo cierto es que la gente está trabajando a tope. El problema es el cine en sí. La vuelta a las salas del público y la posibilidad de seguir haciendo películas para el cine, que no todo sean films o series para las plataformas. Que siga habiendo ese consumo y esa propuesta para las salas. Eso es lo que creo que está costando más, porque hay un público que se fue por la pandemia y las restricciones y le está costando volver al hábito y a la normalidad de esa costumbre de ir al cine. Esperemos que en unos meses la gente vuelva a cogerlo. Era difícil ya que, después de estar encerrados en nuestras casas, hay como unas grandes ansias de salir, viajar y moverse y no llaman tanto a meterse en una sala encerrada y oscura. Pero espero que todo se recupere.

-¿Para un guionista es innegociable escribir  junto al director o pueden obtenerse buenos resultados desarrollando o comenzando el proceso a solas?

-Si, por supuesto que pueden obtenerse. En algunos casos yo he trabajado así, pero yo prefiero estar muy mano a mano con el director, ya sea compartiendo la escritura o el trabajo que voy haciendo y discutiendo con él. Es muy importante ver si estás en la misma honda y cavando la trinchera para el lado correcto. Hay que ir chequeando siempre con la persona que va a ir llevando a cabo el proyecto. Azcona decía aquello de «ni una sola página sin el director». Hay que ir viendo constantemente si estás en la misma zona.

-¿Qué proyectos tiene de cara al futuro inmediato?

-Justo el pasado lunes comenzamos dos series, una con Álex de la Iglesia, que es la segunda temporada de «30 monedas», y otra que va a dirigir Daniel Calparsoro para Netflix, que está basada en la película que hice con él, titulada «Hasta el cielo», y empieza a rodarse ahora mismo. También tengo otra película llamada «Código Emperador», que va a inaugurar el festival de Málaga y estoy trabajando en otros proyectos que tardaran un añito todavía en salir a la luz.