El día a día en los coles asturianos: mucho papeleo por el goteo de afectados de covid y más actividades en el exterior
ASTURIAS
«Ahora estamos un poco mejor pero las dos primeras semanas tras las navidades fueron duras», cuentan en dos colegios de Gijón, Laviada y Cervantes, y uno de El Entrego, El Bosquín, que suman 1.100 alumnos y alumnas
28 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Tras la vuelta de las vacaciones navideñas, las dos primeras semanas en los colegios asturianos han sido complicadas debido a la alta incidencia alcanzada en esta ola de la pandemia de coronavirus. «Ahora estamos un poco mejor, pero en esas dos primeras semanas el goteo era continuo», indica Ana Romero, directora del colegio público Laviada, en Gijón, al que acuden 600 niños y niñas. Hasta 70 dieron positivo en covid, sobre todo en Infantil, más los que tuvieron que confinarse por ser contactos estrechos o convivientes con otros positivos.
Al tener cinco o más estudiantes positivos o el 20% de la matrícula de una unidad, tres de las 27 aulas fueron puestas en cuarentena. «Ya están todos en clase, no tenemos ningún grupo en cuarentena y estamos teniendo menos casos de los que tuvimos en esas dos primeras semanas. A ver si vamos mejorando», confía Romero, que el pasado viernes enviaba una circular a las familias para informar de la situación en esas dos primeras semanas y también para agradecer su «ejemplar comportamiento» ante estas circunstancias.
«La colaboración y la comprensión de las familias a la hora de seguir las pautas que se les dan desde el centro, como por ejemplo en Infantil que se pidió que vinieran con mascarillas, es realmente de agradecer», valora, explicando que el coronavirus prácticamente ha centrado la gestión del equipo directivo en esas dos primeras semanas tras las navidades.
Excesiva burocracia
Una de las dificultades que ha traído esta última ola de la pandemia es precisamente el exceso de papeleo. «La burocracia es tremenda y ocupa tanto tiempo… Lógicamente tiene que estar todo muy controlado», asume, mencionando también el nuevo marco específico de contratación para todo el material higiénico que acaba de llegar a los centros, por el que tienen que pedir tres presupuestos diferentes cada vez que por ejemplo se quieran comprar geles hidroalcohólicos o mascarillas.
«Se nos complica todo un poco más, a todos los niveles, pero ahí estamos. Hay que mantener la moral alta porque no nos queda otra y porque tenemos muchas otras cosas positivas», dice Romero, que no pasa por alto cómo está viviendo el alumnado esta situación: «En el colegio, tratamos de mantener un ambiente lo más relajado posible, cumpliendo eso sí todas las normas de seguridad, la higiene de manos, la limpieza o la ventilación. Pero hay niños y niñas que no han vivido otra cosa, que no conocen a sus amigos sin mascarilla y llevamos así dos años, por eso en el centro tenemos que tratar de ser muy positivos, de transmitirles confianza y seguridad. Son muy pequeños y, ante esta situación, tenemos que tener un talante lo más agradable posible frente a ellos».
Ventilación cruzada en un frío mes de enero
Otra de las complicaciones que ha traído esta ola en este frío mes de enero es la ventilación cruzada. «Nosotros tenemos unidades de CO2 en todas las aulas y estancias del centro y sí, se mantiene el nivel de CO2 bajo, pero a costa de la ventilación y de que todos pasen un poco de frío», explica la directora del Laviada. En otro colegio de Gijón, el Miguel de Cervantes, en el barrio de El Cerillero, aprovechan que estos días fríos pero soleados para que las clases después del recreo, que termina a las 12.30 horas, se impartan siempre que se pueda al aire libre. En el patio o en el parque del Lauredal.
«Estamos haciendo cosas al aire libre porque casi se está mejor en la calle que en el cole y así todas las actividades que se puedan hacer fuera de clase las hacemos en el exterior», explica la directora del centro, Geles García, que recuerda que cuando empezó el curso escolar a mediados de octubre se había tenido que confinar una clase por el positivo de una profesora porque entonces el protocolo era diferente.
«Luego no tuvimos ningún caso hasta la última semana de diciembre, cuando empezó a haber un goteo, no de positivos, sino de contactos estrechos. Y, a la vuelta de las vacaciones, tuvimos cuatro profesores de baja -tres ya se han incorporado- y ahí ya empezó a darse un goteo más constante de casos», indica. Este jueves, tras el periodo de cuarentena, se retomó la actividad en la única clase que, al tener cinco positivos, quedó confinada. «En el resto no se llega a los números por los que hay que confinar, pero hubo uno o dos afectados prácticamente en buena parte de las aulas», indica.
En el colegio, al que acuden unos 200 alumnos y alumnas, se está intentando volver poco a poco a la normalidad. «Lo más difícil es que toda la gestión de los casos lleva su tiempo, pero esta es una situación extraordinaria en la que todos tenemos que arrimar el hombro. Además ahora nos facilitan los positivos a través de la Consejería de Salud y el proceso se agiliza con la declaración responsable que hacen las familias para comunicar los casos», valora García, que considera que en el día a día «lo más complicado es convivir con el frío, porque mantener la ventilación cruzada exige todo abierto y, aunque la calefacción funciona muy bien y tira mucho, evidentemente con todo abierto estamos con abrigos, bufandas y lo que haga falta».
En esa vuelta a la normalidad pese al coronavirus, García señala que se han mantenido todas las actividades extraescolares y complementarias. El 1 de febrero, si el tiempo lo permite, se celebrará una salida en bicicleta (Conoce la ciudad pedaleando) que había quedado pendiente para uno de los quintos y también va a dar comienzo el plan escolar de natación en la piscina municipal de La Calzada con el segundo curso. «También vamos a retomar actividades deportivas que quedaron paralizadas el año pasado y estamos pendientes de celebrar la semana blanca, en la que íbamos tres días a la nieve y en principio vamos a pasar solo un día», explica, recordando que entre la resolución de la Consejería de Educación de este mes no se recomendaban actividades en las que hubiera que pernoctar hasta el 8 de abril. «A no ser que vayan mejor las cosas y eliminen esa recomendación, por lo menos se organizará para un día, ya que el año pasado no pudieron ir».
«El alumnado necesita socializar»
En el colegio El Bosquín, de El Entrego, las dos primeras semanas de curso escolar tras las navidades también han sido duras en cuanto a la incidencia de covid. «En diciembre habíamos tenido algún caso esporádico, pero sobre todo fue a la vuelta de las navidades. El comienzo fue complicado por varias razones», dice el director del centro, Samuel Sánchez, que menciona por ejemplo los cambios de protocolos, la confusión que se ha podido generar por ello entre la comunidad educativa y el constante goteo de casos.
«Y todas estas circunstancias conllevan papeleo, papeleo y papeleo», indica, explicando que además ahora los equipos directivos sumarán más gestión burocrática en otros asuntos que no tienen que ver con el coronavirus al tener por ejemplo que justificar los apoyos de PT y AL para los fondos sociales europeos.
Agradece no obstante que se haya modificado el protocolo de manera que un aula quede en cuarentena con cinco políticos o un 20% de la matricula. «Estábamos olvidando un poco el tema mental del alumnado. Esta situación les afecta y necesitan socializar. En casa, cuando se confinaba un aula por un positivo, no podían hacerlo», indica, explicando también que realmente creyó que no se alcanzarían esas cifras en El Bosquín, que tiene 300 alumnos y alumnas. «Pero al final sí no afectó, sobre todo en clases de Infantil con dos aulas en cuarentena, porque en Primaria no hemos tenido ninguna. Esta última semana parece que se está relajando un poco todo, aparece algún caso pero ya no son tantos como en las dos semanas anteriores», dice.
También agradece la responsabilidad que están demostrando las familias, «que ya antes de la declaración responsable nos avisaban», y no se olvida del frío que está haciendo en El Entrego. «Por mucha calefacción que tengas, que está a tope, da igual. Al tener la ventilación cruzada con estos días tan fríos, imagínate». Sánchez también pone en valor el trabajo que está realizando el profesorado: «Después de los enfermeros, son los próximos candidatos al Premio Princesa de Asturias. Desde la dirección es una locura, pero con los tutores y los especialistas hay que quitarse el sombrero por cómo están trabajando y llevando la situación».