Las terapias CAR-T que va a implantar Asturias este año: para qué sirven y por qué son tan prometedoras
ASTURIAS
Sus resultados en pacientes con cánceres de la sangre que han agotado otras vías de tratamiento presentan tasas de remisión de la enfermedad de más del 50%
24 jul 2022 . Actualizado a las 19:47 h.Utilizan las células del propio paciente para destruir de forma selectiva las células tumorales. Las terapias CAR-T, que se implantarán este año en Asturias, han revolucionado en los últimos años los tratamientos de pacientes con enfermedades oncohematológicas como leucemias, linfomas o mielomas. Los tipos de cáncer en la sangre más frecuentes. Aquellos en los que los tratamientos convencionales no funcionan y en los que estas terapias avanzadas están aportando esperanza con resultados positivos al presentar tasas de remisión de la enfermedad de entre un 50% y un 90% de los casos.
Las terapias avanzadas son medicamentos altamente innovadores que se basan en el uso de genes (terapia génica), células (terapia celular) o tejidos (ingeniería tisular) y, en el caso de las células CAR-T, se utiliza terapia génica y celular. Esto permite constituir tratamientos personalizados, adaptados a cada paciente, y que además ofrecen una alternativa de estrategia terapéutica cuando se han agotado otras vías de tratamiento con respuestas superiores a las de otras terapias de rescate.
Los propios especialistas consideran que estas terapias, en tiempos en los que los avances de la medicina están siendo continuos, son uno de los más destacados y esperanzadores. Su campo de aplicación tiene un largo camino por delante como punta de lanza de la medicina de precisión y ya se está investigando su potencial curativo incluso en tumores sólidos.
En España, de momento las terapias CAR-T está aprobadas para cánceres hematológicos como la leucemia linfoblástica aguda o el linfoma B de células grandes, aunque también se espera la autorización para mieloma múltiple, y ya son una quincena los centros hospitalarios acreditados por el Ministerio de Sanidad para administrarlas. El Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), al cumplir los requisitos para ser uno de estos centros de referencia, solicitaba esa acreditación para ofrecer terapias CAR-T dentro del Sistema Nacional de Salud ya en 2019, cuando se asignaban las nueve primeras a centros de Madrid, Barcelona, Valencia, Salamanca, Sevilla y, con carácter excepcional, Gran Canaria.
Además, en Asturias -que ha incluido la implantación de estas terapias en las inversiones del presupuesto de este año de la Consejería de Salud- se daba en marzo del año pasado un primer paso para la implantación de estas terapias con la adjudicación de las obras de adecuación de una unidad de inmunidad de células CAR-T en el edificio del instituto ISPA-FINBA, dentro del complejo sanitario del HUCA, después de que en 2018 el servicio de inmunoterapia del centro hospitalario planteara esta necesidad.
Seis pacientes asturianos tratados en otras comunidades
Desde que a finales de 2018 se aprobó España el Plan de Abordaje de las Terapias Avanzadas en el Sistema Nacional de Salud, se han realizado medio millar de solicitudes procedentes de las 17 comunidades autónomas. Solo nueve pacientes eran asturianos y, de ellos, se admitieron las solicitudes en seis casos, que fueron tratados en centros de otras comunidades autónomas.
Una vez que se implanten en Asturias, se podrán investigar y desarrollar fármacos propios y personalizados en el centro como por ejemplo en el Hospital Clínic de Barcelona, pionero en la producción propia de estas terapias en España. En este sentido, estas terapias aún tienen pendiente una mayor accesibilidad para todos los pacientes que podrían beneficiarse de ellas, sobre todo si se tiene en cuenta que el coste de los medicamentos comerciales -hay aprobados dos- es extremadamente elevado y que España es un referente en la investigación de los llamados CAR-T académicos, que se realizan en hospitales universitarios con un coste mucho menor.
¿Cómo actúan las terapias CAR-T?
Lo revolucionario de esta inmunoterapia para el tratamiento del cáncer de la sangre es que modifica genéticamente los linfocitos T del paciente para sean capaces de destruir las células tumorales. El tratamiento consiste en extraer esos linfocitos, modificarlos genéticamente y reimplantarlos de nuevo en el paciente, de manera que su sistema inmunitario tenga la capacidad de reconocer la célula cancerígena y destruirla de un modo selectivo. Es una terapia individualizada para cada paciente y con una sola dosis se consigue potencial curativo en enfermedades oncohematológicas que no tenían opciones terapéuticas.
¿Por qué son tan prometedoras?
Los primeros ensayos clínicos se realizaron en Estados Unidos hace unos cinco años en pacientes menores de 25 años de leucemia linfoblástica aguda de tipo B infantil con resultados sorprendentes: en el 80% de los pacientes la enfermedad remitió al año del tratamiento. Ninguno había respondido a tratamientos anteriores. Esta leucemia tiene altas tasas de recaída y supone el 80% de los casos que se dan en menores. A partir de entonces, se han desarrollado y se desarrollan numerosos ensayos clínicos para ampliar su campo de aplicación.
En España ya se han desarrollado inmunoterapias CAR-T, aparte de para leucemia linfoblástica aguda de tipo B y linfoma difuso de células grandes, para linfomas no Hodgkin de tipo B y se avanza en otros linfomas y dolencias como la leucemia mieloide aguda o el ya mencionado mieloma múltiple con resultados muy prometedores en los ensayos clínicos.
¿Cuáles son los retos que tienen por delante?
La medicina del siglo XXI que representan las terapias avanzadas debería ser accesible y ése está siendo ya un primer reto: conseguir que los pacientes se beneficien de los grandes avances de la medicina en los últimos años. Las terapias CAR-T van a ser sin duda claves para mejorar la vida de muchos pacientes si se consigue que su fabricación sea a gran escala con una reducción de costes y, para ello, los especialistas ya están demandando que se amplíe el número de centros acreditados, en los que también harán falta equipos multidisciplinares con formación especializada y continua en estas terapias que seguirán sin duda avanzando en los próximos años. Otros retos en ese sentido son seguir mejorando el control de las complicaciones y los propios tratamientos.