Siempre supo que era una mujer: la lucha de Alexia pasa ahora por una vaginoplastia

Esther Rodríguez
Esther Rodríguez REDACCIÓN

ASTURIAS

Alexia Valerio González, gijonesa de 21 años
Alexia Valerio González, gijonesa de 21 años

La joven de 21 años lleva seis años esperando para realizar esta intervención quirúrgica y sus padres no pueden costear el trayecto por problemas económicos

21 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Después de seis años en tratamiento hormonal y más de 1.800 días en lista de espera, Alexia Valerio González está a punto de alcanzar uno de sus sueños: realizar una vaginoplastia. El hospital público de Málaga ya ha citado a esta asturiana trans de 21 años para realizar una serie de pruebas diagnósticas y exámenes clínicos antes de ser sometida a dicha intervención quirúrgica. Sin embargo, llegados a este punto en «esta lucha constante para demostrar quien soy», el problema está en que la joven no puede costearse los viajes a la provincia andaluza.

A través de la plataforma Go Fund Me, la gijonesa hace un llamamiento para recaudar 3.000 euros y así poder realizar tan ansiada operación. «Nosotros estamos en el paro, no tenemos coche y no contamos con el dinero para viajar desde Asturias a Málaga las veces necesarias», señala su madre antes de añadir que «confío en todos aquellos que entendéis lo que es pasar por un procedimiento médico como es éste; confío en que comprendáis que pida dinero para los viajes y estancias en esa ciudad, porque no la vamos a dejar sola en un momento como el de su operación».

«Soy mujer, no lo siento»

Aunque desde que tiene uso de conciencia Alexia Valerio sabía que era una mujer encerrada en un cuerpo de hombre, no fue hasta el año 2016 cuando decide dar el paso y decírselo a sus progenitores. «Llevaba mucho tiempo pensando en contárselo, pero no sabía poner un nombre específico a ello. Por tanto, decidí comentárselo primero a una amiga. Esta me apoyo desde el primer instante y una tarde después de venir de clase les digo a mis progenitores que no es mi género», relata la gijonesa, quien sufrió bullying durante toda su infancia debido a su identidad sexual.  

«Mis padres reaccionaron como si se les hubiese muerto la hija que han parido»

Tras esta confesión, sus padres quedaron sorprendidos. «Fue un shock. Reaccionaron como si se les hubiese muerto la hija que han parido. Es una noticia que a fin de cuentas es normal que genere asombro porque estamos en un mundo donde las personas trans estamos olvidadas», confiesa Alexia Valerio. No obstante, estos la apoyaron desde un primer momento. «Me preguntaban a diario como me podían ayudar, se iban documentando sobre el tema y  conocieron el colectivo Xega - asociación asturiana de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales-. También se movieron para buscar organizaciones y personas que me pueden ayudar a sentirme yo», agradece la joven, quien honestamente resalta que «todo ha ido muy bien porque en ningún momento hubo transfobia».

Por tanto, como Alexia Vegas quería tener un cuerpo en el que sintiese ella misma, con unos atributos de mujer, puesto como bien dice «no es algo que sientes sino que sabes», su familia removió cielo y tierra para que pudiese empezar cuanto antes un tratamiento de hormonas. «Empecé a tomar pastillas en el año 2016 para bloquear la testosterona y subir los estrógenos. Al principio, tuve bastantes cambios de humor, con altibajos constantes, también tenía calor y demás, pero ahora ya no siento ningún efecto secundario», confiesa.

En este punto, la gijonesa aprovecha para denunciar públicamente el desabastecimiento de hormonas que hay en España y que hace que se esté jugando con la vida de las personas trans. Además, lamenta que no haya un tratamiento específico para el colectivo -«yo incluso tomaba la píldora»- y que además este sea «para toda la vida». 

No obstante, aparte de empezar a hormonarse, la joven también comenzó los trámites para cambiarse el nombre y el seco en el Documento Nacional de Identidad. Tras varios meses de papeleos e idas y venidas, a finales de 2018 lo consigue. Ahora, tan solo le queda someterse a la vaginoplastia. «Espero poder recaudar el dinero para poder ir a Málaga, ya que llevo mucho tiempo esperando y es el único centro de toda España donde se puede hacer», señala Alexia Rivero, quien agradece a todos aquellos que ya han aportado su granito de arena.

Igualdad para el colectivo LGTBI

Respecto a los que no entienden  que este tipo de operaciones las debe de cubrir la seguridad social, la gijonesa defiende que «todas las personas contribuimos a gastos de todo tipo de índole. Además esto es para combatir un problema porque las personas trans tienen menos oportunidades laborales, el nivel de suicidio es mayor…».

Por tanto, aparte de reclamar fondos para poder cumplir uno de sus sueños, la gijonesa pide igualdad por las personas trans. «Somos individuos al fin y al cabo y no nos merecemos que nadie nos trate mal. En pleno 2022 no deberíamos estar pensando si es un problema ser quien somos». Además, las mujeres trans están doblemente discriminada. Por un lado, por ser trans y, por otro lado, por el simple hecho de ser mujer «con o sin pene, puesto que unos genitales no tienen que definir la persona que eres. Ningún género debería decidir cómo te comportas y lo que debes hacer», sentencia y recalca que «ningún tipo de discriminación es culpa tuya»