Una ganadería asturiana, la mejor de España por la calidad de su ganado

E.R. | X.R. ALVITE REDACCIÓN

ASTURIAS

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Vacas ANGEL MANSO

Asturias es también la comunidad con más granjas incluidas en el ranking nacional de las 100 mejores explotaciones

07 ene 2022 . Actualizado a las 09:14 h.

Asturias es líder indiscutible en la calidad de su ganado. Así lo desprenden los datos definitivos sobre valoración genética de la cabaña frisona, publicados recientemente por la Confederación de Frisona Española (Conafe). Un ránking nacional de las 100 mejores explotaciones en cuanto a la clasificación morfológica de sus vacas en el que El Principado es la comunidad con más granjas. Además, la lista es liderada por una estabulación asturiana.

Se trata de la ganadería Badiola, situada en la localidad gozoniega de Condres, que con 359 vacas ocupa el liderato con una media de 87,61 puntos. También de entre las cinco mejores explotaciones de las 11.500 granjas productoras de leche existentes a día de hoy en el conjunto del estado se halla una asturiana. Situada en la cuarta posición, Casa Flora, en Valdés, alcanza un promedio de 86,80 para sus 242 reproductoras.

El resto de explotaciones asturianas que figuran en el listado son: Toño Pataño (Cudillero), Ganadería Cantina (Tineo), Ganadería Manolero (Tineo), Ganadería El Pedregal (Carreño), Ganadería Casa Venturo (Salas), Samasilva (Parres), Casa Coto (Tineo), Ganadería Ventura (Coaña), La Pienda (Las Regueras), Llariba (Gozón), Ganadería Eloy (Coaña), Casa Luis, Lucho (Tineo), Ganadería Casimira, Ganadería Fele (Avilés), Ganadería Bernabé (Carreño), Casa Peto (Tapia de Casariego), Los Abedules (Siero), Casa Ferreiro (Tineo), La Soledad (Tineo), Ganadería Baldomero (Tineo), Casa Celedonio (Salas) y Ganadería Los Laureles (Villaviciosa).

Para lograr este reconocimiento por parte de Conafe, las granjas han sido objeto de varias visitas de clasificación por parte de los técnicos de esta entidad gestora oficial del libro genealógico de la raza frisona. En ellas, los especialistas revisan y puntúan cada uno de los animales atendiendo a más de una veintena de rasgos diferentes de la morfología de la res. Así, por ejemplo, de la ubre -el sistema mamario aporta el 42% de la puntuación total- se revisan aspectos como su profundidad, la colocación de los pezones, la calidad de los ligamentos suspensores o su altura e inserción. Importantes son también las patas y pies -de su calidad depende el 28% de la valoración global- la estatura de la vaca, la fortaleza del lomo, el ángulo de la grupa o su costillar.

La suma de todos estos aspectos, unido al análisis de otras variables como su edad, el número de partos o el estado de lactación, permite conocer la calificación final de cada res o lo que viene siendo lo mismo su grado de perfección morfológica. Si no alcanza los 70 puntos será considerado como un animal insuficiente, si se sitúa entre 70 y 74 será clasificado como regular y como bueno si obtiene entre 75 y 79. Entre 80 y 89 obtienen la etiqueta de buenas o muy buenas y solo las que superen los 90 puntos alcanzarán el grado de excelentes.

En este sentido, según apuntan desde el departamento técnico de Conafe, puede resultar relativamente sencillo conseguir animales sueltos con puntuaciones muy altas aunque lo verdaderamente complicado, y aquí es donde destaca el trabajo de las granjas gallegas reseñadas, es alcanzar clasificaciones por encima de los 85 puntos para la totalidad del rebaño. De hecho, tan solo una docena de explotaciones de todo el estado han logrado sobrepasar esta puntuación media.