«La posibilidad de un tsunami en el Cantábrico es mínima pero al cien por cien nunca se puede estar seguro»

ASTURIAS

«De Avilés hasta A Coruña hay mucha sismicidad porque hay una falla», afirma la geóloga asturiana Gabriela Fernández

19 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La profesora asturiana Gabriela Fernández (Pola de Lena, 1968) forma parte del equipo de geólogos que firman una carta al presidente de la Xunta sugiriéndole la posibilidad de poner en marcha lo que ellos llaman red sísmica de Galicia. Creen que la tierra en esta esquina de la Península se mueve lo suficiente como para justificar la creación de este organismo.

—¿Por qué le han hecho esta propuesta a Feijoo?

—Nosotros hemos terminado este año un proyecto sobre la sismicidad del noroeste de la Península. Para ello instalamos una red de once estaciones en el oeste de Asturias y cuatro en la costa. Solo con eso pudimos saber de dónde provenían esos terremotos con la mayor resolución posible. Lo que necesitamos son estaciones en el norte para tener registros en 360 grados. Y se nos ocurrió que sería una buena propuesta para Galicia. El País Vasco tiene su propia red sísmica. Cataluña y Andalucía también. Pero en Galicia, donde parece que hay bastante sismicidad, no existe nada más que las seis estaciones del Instituto Geográfico Nacional. Por eso pensamos que debería tener una red propia.

—¿De qué serviría esa red?

—Los terremotos de Galicia, de momento, no son peligrosos, pero estaría bien saber más para actualizar la norma sismorresistente o por si alguna vez se plantean efectuar infraestructuras en la plataforma submarina, para saber dónde están esas fallas.

—La frecuencia de los terremotos justifica esa red...

—Yo creo que sí, que merece la pena. De Avilés hasta A Coruña hay mucha sismicidad en el mar, porque se corresponde con una falla que hay por el norte. Y luego está el núcleo de Becerreá, donde también hay terremotos, aunque de otro origen. Allí se registró uno de magnitud de más de cinco.

—¿Montar esa red sería caro?

—Ni caro ni difícil de mantener, diría yo. Depende de si las estaciones se compran o se alquilan. En este estudio, nosotros alquilamos 20 estaciones por unos 20.000 euros. Pero para una cosa oficial deberían comprarse y estudiar muy bien dónde se instalan, y requeriría dos o tres operarios, alguien que sepa de terremotos, y tener una conexión con el IGN. A un proyecto así se le pueden sacar cosas.

—No se podrán predecir.

—No, pero sabremos mejor de dónde vienen. Con más instrumentos de detección cerca del foco, sabremos mejor dónde están. Además, en los mapas de peligrosidad sísmica, Galicia aparece toda igual y no es así.

—Hace unos meses, la Universidad de Alicante publicaba un mapa sobre la posibilidad de colapso en edificios a causa de terremotos y Galicia salía como zona de peligro escaso. Comparado con Lorca, por ejemplo.

—Pues el terremoto de Lorca tuvo una intensidad parecida al de Triacastela en 1997.

—Pero el de Lorca tuvo consecuencias terribles.

—Porque allí construyen mal. Es verdad que en Galicia la sismicidad no es muy importante, pero existe. Y si pones más estaciones, vas a detectar más. Con la red que pusimos en Asturias vimos 73 terremotos en menos de un año, de los cuales 24 no habían sido detectados por la red nacional. Son pequeños, no hacen ningún daño, pero están ahí y te están diciendo que hay una estructura en el subsuelo que produce sismicidad. Desde luego, comparados con el sur de España, aquí no hay terremotos y los que hay son poco destructores.

—¿Es plausible un tsunami?

—Tsunamis hubo uno cuando fue el terremoto de Lisboa en 1755. Los terremotos en el mar se dan más en el Cantábrico, y para que haya un tsunami, la falla o la estructura tienen que moverse en vertical para que el agua suba y la ola llegue amplificada a la costa. En el Cantábrico no hay este tipo de movimientos, por lo que la posibilidad de tsunami es mínima. Aunque al cien por cien nunca se puede estar seguro.

—Así que asturianos y gallegos pueden estar tranquilos.

—Yo diría que sí. Es difícil que un terremoto destruya gran cosa. Pero la red es porque sí que hay sismicidad y hay que estudiarla. Monitorizar y ver dónde están las partes inestables, a la hora de planear infraestructuras, tiene su importancia. Un pequeño terremoto puede producir un deslizamiento de tierras.