Las claves del reportaje de Netflix sobre la dictadura que se ha convertido en uno de los más recomendados entre el público
14 oct 2021 . Actualizado a las 08:22 h.Se trata de un documental de historia, de cinco capítulos, en lengua alemana sin doblar que hay que ver con subtítulos y que no aparecía precisamente entre las recomendaciones principales de Netflix cuando se abría la portada de la plataforma. Pero el boca el boca, las recomendaciones a través de las redes sociales han conseguido auparlo hasta arriba, es el reportaje que todo el mundo se urge a ver; es, salvando todas las distancias, el pequeño Juego del Calamar del documental histórico: Die Wahrheit Uber Franco (La dura verdad sobre la dictadura de Franco) es uno de los éxitos del momento ¿por qué?
Quizá parte de lo seductor que tiene para una audiencia española es que ofrece un bosque a un público que está acostumbrado a ver demasiados árboles. En sus cinco capítulos (aunque el quinto es un resumen general de los cuatro primeros) repasa la biografía de Franco desde su niñez a su muerte, con los últimos estertores golpistas del régimen en el 23F, fijando un retrato del dictador con toda su crudeza, sin pretender compensar la crueldad del régimen con justificaciones sobre que la época le hizo así. Para el espectador español habitual de reportajes históricos de la Guerra Civil puede resultar incluso simplista pero probablemente su éxito se explica precisamente por ofrecer una mirada ajena y, en concreto, alemana al destacar sin circunloquios almohadillados sus vínculos con Hitler.
Asturias tiene una presencia relevante sobre todo en los primeros episodios, con algunas imprecisiones: se atribuye la preparación de la revolución de 1934 a «los comunistas», cuando en realidad eran la fuerza minoritaria de la alianza obrera en la que tuvieron mucho más protagonismo socialistas y anarquistas. Con todo, además de destacar que el dictador se casó en Oviedo con Carmen Polo tras sus primeras experiencias militares en la Guerra de África; los historiadores participantes resaltan el papel jugado por Franco en la represión salvaje que siguió a la insurrección de octubre. Si Antony Beevor dice que tras aplastar la revuelta asturiana se convirtió en el «enemigo número 1 de la izquierda», Paul Preston afirma en el documental que precisamente la represión en Asturias, con la participación de las tropas coloniales y con la carta blanca que le dio el Gobierno del Bienio Negro le sirvió como un «ensayo, una experiencia de trabajo para ser futuro dictador».
El documental alemán retrata a un Franco con actitudes sociópatas desde su participación en la guerra de Marruecos, capaz de matar de un disparo a un soldado para acallar cualquier tipo de burla respecto a su altura o el tono de su voz, a la vez que describe un carácter astuto, hábil para las negociaciones políticas, capaz de moverse entre bambalinas al comienzo del golpe del 36 hasta ser seguro de su participación y, en definitiva, como un oportunista sin escrúpulos que moldeó su régimen y al país en sus 40 años de dictadura para asegurarse su muy prolongado mandato tiránico.
La dura verdad sobre la dictadura de Franco resalta que los vínculos con empresarios nazis fueron cruciales no sólo para que obtuviera los fondos necesarios para iniciar el levantamiento, una carta personalmente llevada por dos de ellos a Hitler en Bayreuth convence a un Führer exaltado tras escuchar a Wagner de apoyar a los golpistas españoles, incluso piensan en llamar a la operación «Fuego Mágico» como uno de los movimientos de La Valquiria. Del mismo modo se señala que resulta fundamental el respaldo de la Legión Cóndor, que arrasa Gernika, para dar una superioridad aéra definitiva en el desarrollo de la guerra. Con todo también resalta la estupefacción de los fascistas italianos y alemanes al ver cómo se plantea su estrategia de conquistas España metro a metro, prolongando el conflicto todo lo posible, para asegurarse la aniquilación de sus enemigos. Uno de los hispanista destaca en este sentido que si Hitler «pensaba en un reich de mil años para Franco eso era pensar a corto plazo».
La luna de miel entre Franco y los nazis, con Serrano Suñer como padrino, duró lo que duró el éxito aleman en el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, con una División Azul que nunca terminó de gustar a Franco y a la que hizo regresar de Rusia sin desfiles y en voz baja en cuanto Estados Unidos entró en el conflicto pero condenando al exterminio en Mauthausen a los españoles allí prisioneros. El reportaje señala que tras la Guerra mundial se incrementaron los intentos de la guerrilla, a la que se tildaba de bandidos (y se acompaña una noticia con la captura de algunos en Asturias) por crear una oposición interna que nunca pudo cuajar precisamente porque el siguiente giro de Franco sería alejarse de la retórica y simbología fascista para encontrar acomodo (con gran éxito) en el anticomunismo de la Guerra Fría.
Entre las durezas de su dictadura se destacan el hambre «medieval» que atenazó a España hasta la década de los 50, una represión crudísima, con más de 200.000 fusilados, desaparecidos y encerrados en sus cárceles, el trabajo esclavo para construir el Valle de los Caídos o la trama, con intensa participación de la Iglesia Católica, en el robo de bebés, con mucha intensidad al comienzo del régimen y con una duración que llegó hasta su final. También señala su colaboración en la huida de nazis a Latinoamérica, o las facilidades que ofrecía para ocultarse de los aliados en España. A la hora de tocar el desarrollismo en los 60 y los inicios del turismo, se pone de manifiesto, de hecho, que los primeros operadores de viajes eran flamencos, colaboracionistas holandeses que habían pertenecido a las SS, y que vivía en Mallorca.
A lo crudo de la tiranía en torturas y persecución política, la obra une el desastre general de la gestión económica, desde una autarquía que condenó a España mientras Europa se reconstruía en la postguerra y un gobierno tecnócrata en manos del Opus Dei al que el documental alemán no concede gran acierto y pone el foco del crecimiento económico en las divisisas llegadas de la emigración masiva (millón y medio de españoles en el exterior en los 60) y las que entraban por el gran invento del turismo, con hasta 30 millones de visitantes al año en las décadas finales de la dictadura.
El documental toca las primeras protestas obreras y universitarias en pleno régimen, casi concediendo mas importancia a las segundas que a las primeras, y en su conclusión concede al rey Juan Carlos un papel determinante en la llegada de la democracia del modo más típico y previsible sin plantearse sombra alguna sobre su actuación.