El secretario general de Foro Asturias, Adrián Pumares, lleva una semana sufriendo el acoso particular, focalizado en su persona, por parte de colectivos contrarios a la oficialidad del asturiano y que han repartido pegatinas con su rostro y nombre acusándoles de «vendido». Esta campaña de persecución ha despertado de hecho la solidaridad de varios adversarios políticos, de distintos partidos, que ha manifestado su apoyo a Pumares.
Pero la campaña ha dado un salto de tamaño y calibre, ya no son sólo pegatinas sino toda una valla, instalada para que la vean los conductores en Barros, en Langreo, en la que se señala de nuevo al diputado de Foro con el texto «los progres quieren imponer a un millón de asturianos una lengua que no es la suya». Y en esta ocasión no hay duda alguna sobre los patrocinadores de la valla ya que está debidamente firmada por Vox. Hasta hoy, las pegatinas eran anónimas.
A comienzos la legislatura, entonces de manera anónima pero con la misma factura que la de Vox contra Pumares, se pagaron cinco vallas identificando la defensa de la oficialidad del asturiano con el separatismo y el terrorismo.