«Nadie con 450 euros tiene un proyecto de vida digno. Está intentando sobrevivir»

Carmen Liedo

ASTURIAS

María Pedreda

La Fundación Mar de Niebla hace un llamamiento a las administraciones para que atiendan y movilicen recursos que ayuden a las familias en situación de vulnerabilidad y pobreza energética

04 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

«No se trata sólo de pobreza energética. En Asturias hay pobreza». Así define Héctor Colunga, presidente de la Fundación Mar de Niebla, la situación en la que se encuentra un porcentaje muy importante de personas en la región, familias que «si en 2020 se encontraban en una situación vulnerable por factores «x», ahora por «x» más «y» están teniendo más problemas para afrontar pagos como el de las facturas eléctricas». Y no solo eso, destaca el representante de dicha entidad que hacer frente a esos pagos conlleva «la privación de otro tipo de cosas, como pueden ser los alimentos, por abonar las facturas de unos servicios que son básicos».

Así, en tanto que la media de ingresos de las familias vulnerables no ha crecido y los consumos, como los energéticos, han aumentado, Héctor Colunga estima que «la pobreza va a aumentar» porque «las familias tienen que distribuir unos recursos que son bajos». Y es que el mismo incide en que mientras aumentan los precios del alquiler o de los servicios, «los ingresos son los mismos» y «las ayudas no cubren lo mínimo». Es por ello que el presidente de la Fundación Mar de Niebla manifiesta que «nadie con 450 euros tiene un proyecto de vida digno. Está intentando sobrevivir».

La percepción de Héctor Colunga es que esa situación ha aumentado entre las familias asturianas desde que comenzara la pandemia: «ahora hay más personas que demandan ser escuchadas porque tienen una situación delicada». En su opinión, lo que ha pasado es que antes de la pandemia mucha gente necesitaba apoyo pero «la propia pandemia les desconectó de la ayuda que recibían porque no se podían mover» y que ahí fue importante «que todas las organizaciones se movilizaran para ayudar a personas que nunca antes habían sido ayudadas».

Sin embargo, el mismo apostilla que desde las entidades y organizaciones «no tenemos capacidad para ayudar a todo el mundo» y, en concreto, señala Héctor Colunga que en la Fundación Mar de Niebla «estamos a tope. No cabe un alfiler en los huecos que tenemos». Es por ello que lanza un mensaje a las administraciones, a quienes insta «a escuchar más la realidad de la gente y a movilizar más recursos para dar respuesta a las personas desde el enfoque de los derechos», ya que advierte que hay familias «que no contactan con las organizaciones y tienen un mayor sufrimiento».

Como apunte, añade que las soluciones que han de aportar las administraciones deben ser sin tantas exigencias burocráticas como hay en la actualidad, cogiendo «altura de miras y poniendo a las personas en el centro del foco». Y es que a su entender, el problema que hay ahora es que «dentro de las administraciones hay muchas administraciones y no dialogan entre ellas. Esa ineficacia de la administración la trasladan a la gente», lo que explica, según dice, que las peticiones de ayuda estén tan sometidas a burocracia cuando «deberían ser automáticas», como es el caso, por ejemplo, del bono social térmico. Las estimaciones que tiene su organización es que si actualmente se benefician de él unas 33.000 familias de la región, podrían tener derecho a él hasta 160.000 familias.

Por último, Héctor Colunga lanza un mensaje también a que las familias que necesiten ayuda por estar en una situación de vulnerabilidad «reivindiquen sus derechos y se movilicen» porque, concluye, «hay cosas que están pasando que no tendrían que pasar».