Galicia ha conseguido al fin una rebaja de peajes sustancial. El Ejecutivo de Feijoo se ha apuntado un tanto y ha conseguido que el mismo Pedro Sánchez prometiese personalmente una bonificación con cifras sobre la mesa: 2.300 millones de euros pagará el Estado a Audasa, la concesionaria de la AP-9, de aquí al 2048, año en el que termina la concesión. Una millonada para una autopista que es troncal para toda Galicia y cuya rebaja de precios ratificó ayer la nueva ministra del ramo, Raquel Sánchez, en A Coruña.
Una carretera también fundamental para Asturias es el peaje del Huerna, la vía que une la región con la Meseta. Pero el agravio de Asturias, como el del AVE, parece que no interesa a nadie en Madrid. Mientras en Galicia se encuentran soluciones, en Asturias no se avanza ni un kilómetro. Es cierto que el gran culpable es Francisco Álvarez-Cascos, que prorrogó la concesión medio siglo. Pero el Ejecutivo asturiano, que ha heredado el agravio, aún no ha conseguido avanzar ni un kilómetro. Suya es ahora la responsabilidad.
¿Cuánto podría costar eliminar el peaje del Huerna? La concesionaria arrima el ascua a su sardina y eleva el desembolso en cerca de 1.700 millones de euros. Una cifra elaborada por la propia empresa, eso sí, y presuntamente hinchada artificialmente. El dato más objetivo asciende a 437 millones, lo que le falta por recuperar de la inversión que ha hecho desde 1975. La cantidad desembolsada es de 654 millones y de esa cantidad solo ha recuperado un tercio, unos 217 millones. Por tanto, los conductores de la región deberían desembolsar otros 437 millones para que la inversión de la compañía fuese rentable. Pero la empresa lía la madeja y sigue sumando en su interés (como es lógico): otros activos como instalaciones, maquinarias y otros bienes, la deuda asumida y el lucro cesante, lo que la empresa dejaría de ganar en los próximos 29 años.
El Gobierno de Areces calculó en su día que el coste podría superar los 1.000 millones y el diputado de Podemos Segundo González lo rebajó a 750 millones de indemnización en base a la Ley de Concesión de Obras Públicas. Es decir, que con la mitad de la inversión comprometida a Galicia se podría abordar el rescate, que beneficia no solo a Asturias, sino también a Castilla y León.
En cualquier caso, el rescate total no está en la agenda y Pedro Sánchez debería dar explicaciones porque el peaje del Huerna es la prueba del algodón del verdadero compromiso de su Gobierno con Asturias. Ni se habla ni se comenta: solo el vicepresidente Juan Cofiño sostuvo hace meses que el rescate total era inasumible. Pero a la vista está: con la mitad de la inversión comprometida a Galicia se podría abordar el rescate, que beneficia no solo a Asturias, sino a Castilla y León.
Llegará el día (llegará, no lo duden) en que la pandemia será pasado y habrá que abordar el futuro. Esperemos que los agravios de Asturias no se conviertan en otro virus silencioso.