
Son miradores privilegiados para sentarse y ver la puesta de sol
18 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.«Paraíso Natural». Este conocido eslogan que pesa sobre el Principado de Asturias no tiene nada de incierto. Pueden comprobarlo a través de un sinfín de formas diferentes. Una de ellas bien sencilla, sentados en un banco. Pero no uno cualquiera, sino en algunos situados en varios de los enclaves más privilegiados de la comunidad. Esta es una selección de cuatro con vistas increíbles al mar .
Cabo Busto, en Luarca

A poco más de un kilómetro de la capilla de la aldea de Busto se encuentra el mirador del Tiro, en plena cara occidental del cabo de Busto. Una recomendación especial pasa por acudir al lugar con los últimos rayos de sol del día y ver la maravillosa cala de Bozo.
Cabo Vidio, en Cudillero

Quizá se trate de un banco con vistas difícilmente superables en cualquier parte del mundo. Situado en Oviñana, el banco del Mirador del Sablón no es apto para gente con vértigo, ya que se encuentra al borde del acantilado. Una buena opción para ir en coche es dejar el vehículo estacionado en el Mirador de Cueva para caminar hasta el banco, situado a apenas cinco minutos.
Playa de Barayo, entre Navia y Valdés

El camino que lleva a la playa de Barayo, alberga un coqueto mirador, y justo al lado, un banco estratégicamente situado a la sombra de un árbol. Un lugar apacible, donde adivinarás las maravillas que te aguardan si decides continuar tu paseo, y hacer una inmersión en la Reserva Natural de Barayo. Podrás apreciar paisajes marítimos y fluviales, ya que es una especie de ecosistema mixto donde verás, por un lado, el tramo final del río Barayo límite natural entre los concejos de Navia y Valdés-, con todas las bondades de una ribera de aguas dulces, y por otro lado, un impresionante sistema dunar, las marismas, y una inmensa y salvaje playa de arena.
Paseo de San Pedro, en Llanes

El paseo de San Pedro es un lugar único. Por su serena belleza, por su ubicación de privilegio, por su manto de hierba, por su envolvente atmósfera, y por supuesto, por sus excepcionales vistas. Es el gran balcón de la villa de Llanes. Desde allí, tanto hacia el este como hacia el oeste contemplarás con apacible nitidez este litoral también excepcional, con sus acantilados y castros, con sus formas siempre sorprendentes, con su aire cambiante según el momento del día.