El asturiano socio de Jesús Gil que vende pisos, cachopos y quiere llevar jóvenes trabajadores a Asturias
ASTURIAS
A los 14 años se fue de Cangas del Narcea rumbo a Madrid y desde entonces ha ido progresando hasta ser socio de un gran grupo inmobiliario junto a Jesús Gil Marín y de un emporio gastronómico junto al cocinero Urrechu. Se trata de Manuel Marrón, socio de la inmobiliaria Glmar y del Grupo Urrechu, cuya última conquista ha sido reabrir hace unos días el mítico restaurante Zalacaín. Un local que fue una referencia durante años del lujo gastronómico y un punto de encuentro de las élites madrileñas y que había cerrado sus puertas tras un concurso de acreedores, apuntillado por la crisis.
Natural de Piñera, un pueblo de Cangas del Narcea, Marrón emigró junto a su hermano Tino, socio también del Grupo Urrechu, con varios restaurantes en Madrid en zonas como La Moraleja, Pozuelo (donde cocina un celebrado cachopo) o el barrio de Salamanca, (entre ellos La guisandera de Piñera, en homenaje a su madre) y en Marbella, en el hotel Don Pepe. El director gastronómico es Ïñigo Urrechu y entre los empresarios está el también asturiano Antonio Menéndez. Al frente de Zalacaín, el primer restaurante en tener tres estrellas Michelin en España, está ahora el jefe de cocina Jorge Losa y el sumiller Raúl Revilla, que susitituyen a dos mitos: Benjamín Urdiain y Custodio López-Zamarra. El restaurante mantiene platos como el búcaro Don Pío, que emocionaba a Jesús Oyarbide, su fundador en los años 70: una combinación de consomé gelée, huevo de codorniz, salmón ahumado y caviar. El plato cuesta 48 euros.
Pero la otra pata de los negocios de Manuel Marrón es el inmobiliario. Junto a Jesús Gil Marín, hijo del también empresario, expresidente del Atlético de Madrid y exalcalde de Marbella, regentan Gilmar. La inmobiliaria, con casi 40 años de historia y más de 35 agencias propias en todo el país, mantiene acuerdos con 24 países en todo el mundo para comercializar y expandir su negocio.
Su último proyecto se llama Vente a vivr a un pueblo, una plataforma para repoblar los pueblos aprovechando el bum del teletrabajo y de los bajos precios de alquiler que presenta la zona rural frente a las grandes ciudades. El proyecto cuenta con bolsa de trabajo y otra de vivienda y quiere añadir nuevos servicios como oficinas bancarias o farmacias. El objetivo es que jóvenes mileuristas y familias a los que les cuesta llegar a fin de mes en las grandes ciudades, se instalen en concejos en los que la vida es más barata y atractiva, con buenos servicios, comunicaciones y conectividad. Entre los concejos asturianos aparecen tres: Cangas de Onís, Ribadesella y Villayón.