EDP pone fecha a dejar de usar carbón y aclara los usos de las centrales asturianas

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ASTURIAS

Vista del parque de carbones y de la central térmica de Aboño
Vista del parque de carbones y de la central térmica de Aboño JLCereijido

La compañía destaca que Aboño quemará gases siderúgicos y propone que Soto de Ribera almacene energía

25 feb 2021 . Actualizado a las 17:23 h.

El grupo Energías de Portugal (EDP) va a invertir 24.000 millones de euros entre 2021 y 2025, de los cuales el 80 % se dedicará a las renovables, y planea dejar de usar carbón en 2025 y que toda su que toda su producción se base en energías verdes en 2030, frente al 74 por ciento que actualmente suponen las renovables.

Este es el objetivo que se recoge en su plan estratégico 2021-2025, divulgado hoy, y que supone una mejora respecto a la meta anterior, que preveía que en 2030 más del 90 % de la producción fuese renovable.

EDP prevé sumar a su cartera 4GW por año y duplicar su capacidad instalada eólica y solar de aquí a 2025; en el caso de la «generación solar descentralizada», pretende aumentar 10 veces su presencia global.

El grupo liderado por Miguel Stilwell de Andrade abandonará la producción a carbón en 2025 y espera alcanzar la neutralidad carbónica en 2030.

EDP ya anunció el pasado verano que adelantaría el cierre de sus térmicas en España al año 2022 ante la mayor competitividad de las centrales de ciclo combinado por los precios del gas y el incremento de los costes de producción con carbón en un contexto en el que, además, la generación de energía depende cada vez más de las fuentes renovables

El grupo 1 de la térmica de Aboño, de 342 megavatios de potencia, se encuentra en proceso de transformación para que a partir de 2022 sólo queme los gases siderúrgicos procedentes de las instalaciones que ArcelorMittal tiene en Asturias, mientras que el grupo 2 se mantendrá como apoyo a cualquier indisponibilidad.

De hecho, EDP ya pidió a finales de 2019 licencia para que Aboño 1 pase el próximo año al uso exclusivo de gases siderúrgicos provenientes de los hornos altos y baterías de cock que la multinacional siderúrgica tiene en Gijón.

Los dos grupos de Aboño venían utilizando desde su puesta en marcha tanto carbón como fluidos siderúrgicos para la generación de energía, pero ninguno de ellos usaba en exclusiva los gases de ArcelorMittal.

Para el grupo 3 de Soto de Ribera, con una potencia instalada de 346 megavatios, la compañía lusa también baraja sustituir la producción con carbón por un proyecto de almacenamiento de energía.

De los 24.000 euros que EDP prevé invertir hasta 2025, el 80 % irá destinado a las renovables -eólica, solar, hidrógeno verde y almacenamiento de energía-, el 15 % a redes y el 5 % a soluciones para clientes y gestión de energías.

Por regiones, el 40 % se invertirá en Europa, otro 40 % en Norteamérica, el 15 % en Latinoamérica -incluido Brasil- y el 5 % en otros territorios.

El plan estratégico acelera la inversión prevista en el documento anterior, presentado en marzo de 2019.

Entonces, EDP estimaba una inversión anual de 2.900 millones entre 2019 y 2022, mientras que ahora prevé 4.800 millones por ejercicio.

El grupo portugués espera que, con estos nuevos objetivos, su Ebitda aumente hasta los 4.700 millones de euros en 2025.

El Ebitda del grupo fue de 3.950 millones de euros en 2020, cuando obtuvo un beneficio neto de 801 millones de euros, un 56 % más que el año anterior, según los resultados divulgados este miércoles.

EDP también quiere apostar por la innovación y la transformación digital, con una inversión de cerca de 2.000 millones hasta 2025 en «nuevas soluciones de hidrógeno, almacenamiento de energía, redes inteligentes, comunidades de energía y movilidad eléctrica».

La portuguesa EDP es uno de los gigantes energéticos europeos y tiene una filial especializada en renovables, EDPR, con presencia en España, Portugal, México, Estados Unidos, Canadá, Polonia, Brasil, Rumanía, Bélgica, Francia, Reino Unido, Italia y Grecia; informó EFE.