Alarma por la expansión de la cepa británica del COVID-19: podría ser la dominante en Asturias en menos de un mes

Carmen Liedo REDACCIÓN

ASTURIAS

Pruebas PCR en el HUCA
Pruebas PCR en el HUCA J. L. Cereijido

Los epidemiólogos consideran que se trata de una variante del virus «más transmisible» que contagia a grupos más amplios de población, como pueden ser los jóvenes

07 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La cepa británica del virus SARS-CoV 2 «avanza a un ritmo acelerado» en Asturias y «está logrando desplazar a la variante tradicional». Lo advierte con estas palabras el exdirector de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Daniel López Acuña, pero otros epidemiólogos y expertos coinciden en señalar que dicha variante podría convertirse en la dominante en la región. Acuña va más allá incluso: añade que eso podría suceder en torno «a la segunda quincena de febrero o principios de marzo» viendo el ritmo al que gana terreno. Según apuntó el propio presidente del Principado, Adrián Barbón, la cepa británica ya suponen el 40% de los contagios que se producen en nuestra comunidad autónoma.

Una de las características de esta variante del virus es que parece ser «más transmisible» que la que circulaba hasta comienzos de año, indican los expertos. En concreto, el epidemiólogo y director de la Unidad de Investigación en Emergencias y Desastres de la Universidad de Oviedo, Pedro Arcos, manifiesta que «al ser más transmisible contagia a grupos más amplios de población, como pueden ser los jóvenes». Lo que aún está por determinar, comenta el mismo, es si efectivamente esta nueva variante es menos virulenta o mortal.

Arcos ahonda en la explicación de por qué es más transmisible. Según dice, «algunas mutaciones hacen que la espícula se adhiera más fácil a las células de la mucosa, y si se adhieren más fácil, con menos virus hay más probabilidad de que entre en las células y las infecte. Otras variantes del virus, en cambio, no se adhieren con tanta facilidad. Es ahí cuando empiezan a replicarse y hacen que la carga viral circulante sea más amplia».

Santiago Melón, responsable del laboratorio de virología del HUCA, también considera que la cepa británica podría llegar a ser la dominante en la región como lo fue la que se dio en la primera ola de la pandemia que, matiza, «no fue la primigenia que llegó de China. Se quedó una variante y en septiembre hubo otro cambio», precisa. Él mismo traslada que efectivamente la nueva variante «estuvo ganando potencia en enero», si bien señala que ahora «se está ralentizando su crecimiento» según se desprende del análisis que se hace de las muestras PCR que resultan positivas, ya que Melón asegura que «el 90% de las pruebas se serotipan». Respecto a si es menos transmisible y menos agresiva la cepa británica, el mismo argumenta que el proceso suele ser que «cuando un microorganismo es más transmisible, suele ser menos agresivo. Es decir, cuanto mejor se implanta, menos daño hace. Es la forma de evolucionar de los virus». No obstante, apostilla que todavía habría que hacer estudios para confirmar esa teoría en el caso concreto de este coronavirus y si efectivamente esta variante «tiene más facilidad de afectar a cierta gente y ocupar el nicho de la otra variante».

El epidemiólogo Usama Bilal, profesor asistente en la Drexel University (Filadelfia, EEUU), traslada coincidiendo con sus colegas que efectivamente «la variante británica podría acabar convirtiéndose en dominante», y ve «preocupante» que «al transmitirse con mas facilidad, y también al transmitirse mas de lo que se transmitía la otra», pueda tener más afección «en niños». Sin embargo, añade que «las tendencias actuales parecen esperanzadoras y esperemos que con la vacunación consigamos proteger a colectivos vulnerables».

Hasta entonces, la recomendación del exdirectivo de la OMS, Daniel López Acuña, es «promover el confinamiento» para tratar de reducir la incidencia. De igual modo, considera muy importante hacer una vigilancia y rastreo de todas las variantes que puedan estar circulando a través de la secuenciación genética de las variantes, como pueda ser también la brasileña o la sudafricana, «para tener una noción de a qué nos estamos enfrentando». Por ese motivo, Acuña pide que se mantengan las restricciones en función de la procedencia de los viajeros, «para aislar los casos diseminados» y evitar una incidencia que conlleve más saturación para los hospitales o más letalidad.