El Conseyu de la Mocedá del Principáu d'Asturies (CMPA) ha presentado una guía sobre cómo influye la pornografía en el imaginario sexual de los jóvenes y la necesidad de la educación sexual
04 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.La pornografía forma parte del imaginario sexual de los jóvenes y, a su vez, es un agente educador. Una práctica que genera un gran problema, ya que lo representado no corresponde a la realidad y fomenta conductas estigmatizantes. Frente a ello, el Conseyu de la Mocedá del Principáu d’Asturies (CMPA) ha editado una guía para abordar dicha actividad desde la perspectiva de la educación sexual. «Se está convirtiendo en una de las principales fuentes de información y aprendizaje de los adolescentes y este no está hecho para educar porque solo enseña qué es el sexo, cómo tenerlo, con quién, en qué situaciones, en qué lugares, con qué partes del cuerpo o para qué», asegura María Rodríguez Suárez, sexóloga y autora del manual.
La guía consta de una parte teórica y divulgativa y de una unidad didáctica con diferentes actividades diseñadas para repensar críticamente la pornografía con personas jóvenes a partir de 16 años. Asimismo, contiene un glosario de términos donde se aclaran algunas de las categorías pornográficas más populares y un apartado de información sobre los servicios de asesoramiento sexual gratuito para jóvenes en Asturias. Esta nueva publicación está dirigida a profesorado, familias y otros agentes sociales. «Es una herramienta pedagógica para educar sexualmente, resolver dudas y dar pautas porque el porno se puede consumir, pero hay que interpretarlo de forma crítica, con criterio», explica Rodríguez.
Las edades de inicio de consumo de pornografía son cada vez más tempranas, con una media de edad de 12 años. Además, el visionado es frecuente. «Las investigaciones apuntan que los chicos buscan porno casi a diario y las chicas semanal y mensualmente», reconoce Rodríguez y argumenta que el problema es que «con el porno se normaliza unos tipos de prácticas, de cuerpos, de relaciones e imaginarios simbólicos cargados de estereotipos. Nos está dando mensajes distorsionados de la sexualidad».
La masculinidad que representa el porno es la hegemónica. «Se valora la fuerza, el vigor, la actividad e incluso la forma de practicar sexo de manera violenta». Por su parte, la feminidad es representada «desde la sumisión y la complacencia. Además, los cuerpos están convertidos en fetiches. Casi nos encontramos en catálogo de mujeres, que definen los cuerpos de las chicas y solo una categoría del cuerpo de los hombres: pollas grandes», explica la sexóloga.
En términos de genero plantea un sistema de desigualdad. Por eso, la guía trabaja también en cómo presenta la pornografía el consentimiento sexual. «El porno presenta la sexualidad desde la inmediatez. Una idea de que apetece siempre, en todo lugar y momento, parecen máquinas sexuales». Además, cuando una persona dice que no, «vemos como esa situación se fuerza y muestra que acaba gozando esa persona. Reduce la comunicación», apunta Rodríguez.
Al tratarse de un imaginario que se reproduce una y otra vez, y del que bebe la mayoría de la sociedad, es fundamental proporcionar mucha educación sexual. «No solo hay que hablar de los peligros de la sexualidad como, por ejemplo, las enfermedades, embarazos indeseados… sino que, también, hay que mostrar el aspecto positivo de esta práctica», afirma la experta, quien aboga por trabajar desde contenidos que son significativos para los jóvenes como series donde aparece el sexo o, incluso, programas de televisión en los que figuran parejas para explicar qué es y en que consiste el sexo.
«No hay que ponerle puertas a Internet porque ahora está al alcance de todos sino dar pautas para desincentivar la pornografía o a lo sumo que sepan lo que es. Hay que romper el tabú del sexo porque los jóvenes lo que necesitan es dialogar. No solo hay que basarse en la práctica sino en cómo vivimos nuestros cuerpos, las identidades, la sexualidad o la relación con otra persona, entre otros. Por eso, hay que integrar todo lo relacionado a él de una manera más natural. Debemos de adaptarnos a los tiempos e ir educando en valores. Antes de la pandemia el sexting era lo peor del mundo, pero ahora con el distanciamiento físico hubo muchas personas que lo vieron como una oportunidad. Hay que incorporar las nuevas prácticas relacionadas con la tecnología a los contenidos con los que ya estamos trabajando. De esta manera, los aprendizajes son significativos», sentencia.
Sobre la guía
«Construcción del imaginario sexual en las personas jóvenes: la pornografía como escuela» tiene como objetivo facilitar la reflexión sobre cómo influye la pornografía en el imaginario sexual de las personas jóvenes y sobre la necesidad de que la educación sexual sea la alternativa a los mensajes distorsionados sobre la sexualidad que ofrece. Álvaro Granda, Presidente del CMPA, afirma que «es fruto de un largo proceso de reflexión y análisis de los datos extraídos de los muchos años de trabajo realizado en las aulas de Enseñanza Secundaria Obligatoria de Asturias, en las que se desarrolla el programa de educación sexual Ni ogros ni princesas».
Para Granda, «la experiencia de estos años, tras cientos de talleres e intervenciones con las y los jóvenes en las aulas, nos sirvió para cerciorarnos de la omnipresencia de la pornografía en la construcción de su imaginario sexual, además de la urgente necesidad de que tanto las familias como la escuela contrarresten mediante una verdadera educación sexual la visión reduccionista y distorsionada que la pornografía nos ofrece».
El texto aborda cómo la pornografía jerarquiza y normaliza las prácticas y las relaciones entre los cuerpos, qué visión ofrece de la sexualidad, cómo influye en la normalización de prácticas de riesgo, de qué manera escenifica la violencia sexual a través de los roles sexuales en función del género o cómo privilegia el deseo masculino heterosexual frente a la diversidad sexual. También se centra en los límites difusos del consentimiento y la simplificación de las relaciones interpersonales que presenta. Además, insiste en la importancia de transmitir la idea de que el porno es una ficción y que lo que vemos ahí representado es un modelo de sexualidad hiperbólica, donde los tamaños, los tiempos, las poses, las relaciones de poder o las formas de violencia son exageradas y desproporcionadas.
La guía estará disponible en la web del CMPA para su descarga y los ejemplares en papel serán distribuidos a los centros de profesorado de Asturias, oficinas de Información Juvenil, entre otras entidades. El diseño y la maquetación es de Studio Llunik. Además, el prólogo es de Benito Aláez Corral, Catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Oviedo, que indica que la guía ayuda de formación «a quienes tienen la responsabilidad directa o delegada de impartir esas enseñanzas sobre sexualidad lo hagan como se debe: con objetividad, con rigor científico y con racionalidad».