El inspector Pablo Martínez se había jubilado en 2018 cuando estaba destinado en Gijón. Ambas condenadas cumplen sus penas en la cárcel de Asturias
29 nov 2020 . Actualizado a las 14:23 h.El inspector de la Policía Nacional Pablo Martínez, padre de Triana Martínez y marido de Montserrat González, condenadas por el asesinato de la expresidenta de la Diputación de León Isabel Carrasco, ha fallecido tras llevar varias semanas ingresado en estado muy grave en la UCI del Hospital de León.
El hecho ya suscitó polémica el pasado martes, ya que por un error policial se informó de su fallecimiento. Por aquel entonces, su salud ya era de especial gravedad, pero hasta el día de hoy no se ha confirmado su muerte.
Martínez , de 68 años, se había jubilado en 2018 cuando estaba destinado en Gijón, ciudad a la que había sido trasladado para alejarle del foco mediático que supuso la implicación de su hija y esposa en el asesinato de la política del PP, crimen cometido en mayo de 2014.
Montserrat González y su hija Triana Martínez, condenadas a 22 y 20 años de cárcel, respectivamente, por el asesinato en 2014 de la entonces presidenta de la Diputación de León, cumplen su pena desde hace dos años en el centro penitenciario de Asturias, al que fueron trasladados desde Valladolid.
Triana Martínez había solicitado el traslado a la cárcel asturiana apelando a su arraigo familiar al residir en el Principado su padre. Madre e hija fueron condenadas por la Audiencia Provincial de León en el año 2016 y su pena fue confirmada posteriormente por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) y más tarde por el Tribunal Supremo.
La tercera implicada en este crimen, la expolicía local Raquel Gago, que fue condenada por la Audiencia de León a 5 años por encubrir el asesinato vio elevada por el TSJCyL su condena a doce años y posteriormente a catorce por el Tribunal Supremo.
Montserrat González admitió en el juicio ser la autora material de los disparos que acabaron con la vida de Isabel Carrasco sobre una pasarela del río Bernesga en León y explicó que lo hizo movida por el odio porque consideraba que la política del PP estaba cercenando la carrera de su hija. Aseguró que había actuado sola y exculpó tanto a su hija como a la policía Raquel Gago.