Usama Bilal: «Si queremos tener la hostelería abierta, hay que tenerla solo en espacios exteriores»
ASTURIAS
El epidemiólogo es uno de los once miembros del Comité asesor del Principado para hacer frente a la segunda ola del coronavirus
16 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.El Principado se ha rodeado de un equipo de expertos en diferentes materias para hacer frente a la segunda oleada del coronavirus que incluye desde enfermeros hasta veterinarios. Uno de esos integrantes del Comité Asesor y de Seguimiento de la covid-19 en Asturias es Usama Bilal, un epidemiólogo que considera que las restricciones aprobadas hasta ahora por el Gobierno autonómico van en la buena línea. Aunque reconoce la dificultad de realizar predicciones, se muestra esperanzado en que el ritmo de contagios haya tocado techo en la región y alerta de que ahora llegará lo peor en los hospitales y en lo que a fallecidos se refiere.
-Como epidemiólogo lleva meses asesorando al Principado. ¿Tiene en cuenta el Gobierno autonómico la opinión de los expertos?
-Yo creo que sí, de ahí que Asturias tomara medidas antes que otras comunidades en muchos casos, aun teniendo una situación epidemiológica no tan mala como esas otras comunidades. Es posible que los aumentos que estamos viendo ahora hubieran sido peores si no se hubieran aplicado esas medidas. Pero tenemos que tener en cuenta que no existe un «experto monolítico», que diferentes personas priorizan unos aspectos sobre otros. La clave, y lo difícil de manejar la administración pública, es como se toman esas recomendaciones y se juntan en una política coherente. Por ejemplo, si ponemos un toque de queda pero dejamos los bares abiertos, estamos sometiendo a la población a una restricción de movilidad mientras la animamos a consumir en entornos de mayor riesgo. Si, por el contrario, cerramos esa actividad económica de alto riesgo, le estamos diciendo a la población alto y claro dónde están las zonas de mayor riesgo.
-En este nuevo comité hay profesionales de ramas muy diferentes. ¿Cómo se organizan el trabajo?
-Todavía no puedo responder a esta pregunta, pero mi experiencia previa es que esta multiprofesionalidad es clave. Cada persona del comité tiene su rama de especialidad, y es muy enriquecedor juntar a gente de diversas ramas, dado que se aumenta esa diversidad de conocimientos y prioridades. Yo aprendí mucho durante el comité de desescalada, al compartir reuniones con sociólogas, economistas, personas vinculadas a ONGs, etc.
-Asturias lleva dos semanas cerrada perimetralmente; Oviedo, Gijón y Avilés tres semanas; está el toque de queda... pero el número de contagios sigue disparado. ¿Cuándo se verán los efectos de estas medidas?
-Parece que la curva de contagios va mejorando, pero eso solo significa que nos queda lo peor por venir: los aumentos grandes de presión hospitalaria y de mortalidad. Esperemos que no sean muy altos, y para ello lo fundamental es proteger colectivos vulnerables.
-¿Ha tocado techo Asturias en lo que a contagios se refiere?
-Es difícil hacer predicciones de futuro, pero esperemos que así sea. Se han tomado medidas duras, y sabemos por previas experiencias que estas tienen efecto especialmente tras 2-3 semanas después de su implementación.
«No podemos aumentar la capacidad hospitalaria indefinidamente»
-Aunque se controle la curva, vienen semanas duras en cuanto a presión hospitalaria. ¿Tiene la región capacidad para hacer frente a esta situación?
-Creo que esto va a depender menos de la capacidad, que está siendo aumentada con diversas medidas (por ejemplo el hospital de la feria de muestras), y más de cómo de bien funcionen las actuaciones de mitigación de la epidemia, especialmente en residencias de la tercera edad. No podemos aumentar la capacidad hospitalaria indefinidamente, principalmente porque sabemos que tenemos muy limitado el recurso más importante (el personal).
«Toda esta actividad en interiores debe limitarse lo más posible»
-Asturias ha pedido el confinamiento domiciliario. ¿No hay alternativa?
-Creo que lo más importante es limitar la actividad económica, no tanto donde estén las personas, sino qué estén haciendo. Es decir, si la gente está en el parque San Francisco comiéndose un bocadillo, corriendo por el muro de Gijón, o sentado en la plaza de la Baragaña de Candas, el riesgo de infección es enormemente más bajo que si hace lo mismo sentado en la mesa interior de un bar (o corriendo en la cinta de un gimnasio). Si el tipo de trabajo permite el teletrabajo, es importantísimo que lo favorezcamos e incentivemos. Toda esta actividad en interiores debe limitarse lo más posible. Si confinamos a la gente en sus hogares, pero luego la obligamos a ir a trabajar a interiores, o le dejamos los bares abiertos, ¿qué esperamos que haga la gente? Y más importante, ¿por cuánto tiempo esperamos que lo hagan sin resultados?
-¿Qué opina de que el Gobierno central todavía no haya autorizado ese confinamiento?
-Mi respuesta anterior cubre mi opinión sobre este confinamiento, pero quiero añadir que tenemos una tensión constante de gobernanza en salud pública entre los diferentes ejecutivos (autonómico y estatal) y entre el poder ejecutivo y el judicial. Creo que parte de esta tensión se debe a una falta de desarrollo legislativo de la ley general de salud pública, y subsecuentes leyes de salud pública autonómicas. Mi gran esperanza a medio plazo es que esta pandemia nos empuje a hacer este desarrollo legislativo.
«Sin un sistema de salud pública fuerte a nivel nacional, parece que sí que vamos a tener alguna oleada más que esta segunda»
-La segunda ola está en su momento más fuerte pero, basándose en la experiencia de otras epidemias, hay expertos que ya apuntan a una tercera ola. ¿Es inevitable?
-El hecho de que haya lugares donde siguen manteniendo esto a raya, o donde ni siquiera han tenido una primera oleada en sí misma, nos hace pensar que nada es inevitable. Ahora bien, sin un sistema de salud pública fuerte (a nivel nacional), parece que sí que vamos a tener alguna oleada más. Mi propia predicción a futuro es que la intensidad de estas oleadas irá disminuyendo, gracias a la población total o parcialmente inmune. La pregunta es cuánto nos va a costar llegar a ese punto en términos de vidas y efectos a largo plazo. Los que proponen dejar que el virus circule libremente para alcanzar esa inmunidad parecen ignorar que en los peores momentos de la primera oleada se perdieron hasta 15 años de esperanza de vida media semanal en Madrid, y hasta 3 años de esperanza de vida media anual.
-Asturias debate si reabre el comercio. ¿Cuál es su recomendación?
-En 1918, las ciudades que adoptaron medidas más restrictivas ante la pandemia en USA, abrieron antes tras la pandemia, y recuperaron su economía antes, que las ciudades que adoptaron medidas más laxas, incluyendo re-abrir en medio de la pandemia. Si queremos una economía fuerte, necesitamos medidas fuertes de salud pública. Hay muchos comercios que suponen riesgo más bajo con el uso de mascarillas, buena ventilación, evitar aglomeraciones, etc. Las diferentes fases (1 y 2 especialmente) tienen estipulaciones específicas sobre estos comercios. Pero por otro lado está la hostelería…
«Si queremos tener la hostelería abierta, hay que tenerla solo abierta en espacios exteriores»
-¿Y respecto a la hostelería?
-La hostelería es un punto caliente. Sale hoy precisamente un artículo en Nature mencionando que el 80% de las infecciones de la primera oleada en USA ocurrieron en el interior de hostelería y gimnasios. Si queremos tener la hostelería abierta, hay que tenerla solo abierta en espacios exteriores. Si no hay espacio en la acera, la pregunta no debería ser si abrimos el interior o no, la pregunta debería ser si peatonalizamos la calle o no. No hay que plantearle a la gente el falso dilema de hostelería sí o no (con lo que ello conlleva en términos de empleo), sino extender ese dilema a qué otras cosas podemos hacer para permitir su actividad en exteriores. Aquí en Filadelfia se han cortado muchas calles, quitado plazas de aparcamiento, para poder permitir la actividad de la hostelería en exteriores. En septiembre llegamos a una positividad del 1% y re-abrimos la hostelería en interiores a mediados de septiembre. Ahora ya estamos otra vez al 10% de positividad.
Por supuesto, esta incentivación de exteriores se aplica cuando la situación epidemiológica está controlada. Ahora mismo, tal como están las cosas, es una buena decisión la que ha tomado Asturias de solo permitir comida para llevar, hasta que logremos mitigar esta segunda oleada y podamos volver a abrir exteriores.
«La prioridad debería ser apisonar la curva ahora mismo para llegar a la navidad en la mejor situación posible»
-Miles de españoles ya tienen la mirada puesta en las navidades. ¿Podrán juntarse las familias?
-De nuevo, predecir el futuro va a ser difícil. Mi recomendación, más allá de cómo lleguemos a diciembre, es que consideremos que esto es una situación pasajera y que habrá más navidades. Pero, ante la perspectiva de que mucha gente se va a acabar reuniendo en lugares interiores y mal ventilados, incluyendo personas mayores, la prioridad debería ser apisonar la curva ahora mismo, para llegar a la navidad en la mejor situación posible. De nuevo, por aportar un poco de perspectiva exterior, en 2 semanas es la celebración de Acción de Gracias aquí en EEUU, que sería el equivalente de la navidad en España (en cuanto a gente viajando, reuniéndose en interiores, etc.). La ciudad de Filadelfia y mi propia universidad han recomendado a la gente que no se junte para celebrarla, que la hagan virtual y esperen al próximo año.
-La gran esperanza es la vacuna y el anuncio de esta semana de Pfizer. ¿Es optimista o se toma la noticia con cautela?
-Todo avance es positivo, pero como con todo avance médico, hay que tomarlo con cautela. La eficacia parece muy buena, y tenemos que tener en cuenta que el gran beneficio de las vacunas no es la eficacia individual que te aporte como individuo, sino la efectividad colectiva que aporte inmunidad de rebaño. Es decir, con la grandísima mayoría de vacunas, es menos importante que te funcione a ti, y muy importante que le funcione a la población. Parece que ya hay un plan de compra y de priorización, lo cual es buena noticia, ahora habrá que ver cómo se lidia con la pesadilla logística de mover una vacuna que requiere -70 grados de refrigeración. Tampoco quiero que se nos escape una cosa: la importancia de financiar bien la investigación y de tener en sí mismo un sistema de investigación robusto. Esta vacuna fue producida por una biotecnológica alemana que recibió fondos públicos, que es la historia de cómo se han producido avances farmacológicos en las últimas décadas. España haría muy bien en tomar nota y en empezar a priorizar esta financiación pública de la investigación, con los mecanismos subsiguientes que permitan recuperar parte de esta financiación una vez se comercialicen los descubrimientos.