La isla fue la primera en endurecer las restricciones ante el avance del virus
04 nov 2020 . Actualizado a las 22:40 h.El incesante aumento de los contagios por Covid-19 durante algo más de un mes llevaba a Irlanda a imponer importantes restricciones el pasado 20 de octubre, restricciones de nivel 5 que le convertían en el primer país europeo en volver a una situación muy próxima al confinamiento con el cierre de la actividad no esencial y la implantación del teletrabajo para todos los que pudieran tener esa alternativa. Las duras restricciones del Ejecutivo de Dublín, de coalición entre centristas, democristianos y verdes, está surtiendo efecto y los últimos datos del país ya reflejan un descenso de los positivos. Es decir, Irlanda está consiguiendo un gráfico descendente en apenas dos semanas, si bien las restricciones en este país se establecieron para un total de seis.
De alguna manera, Asturias, que en evolución de la incidencia de la COVID-19 se compara con Europa y se sitúa en un nivel de alerta 4, está siguiendo el modelo irlandés para tratar de reducir los contagios y doblegar la curva, fijando limitaciones que en muchos puntos coinciden con las que están vigentes en ese país. Cabe recordar también que la comunidad asturiana fue la primera comunidad en solicitar al Gobierno de España el confinamiento domiciliario, aunque esta medida ha sido rechazada por el momento hasta ver los resultados de las restricciones que comenzaban en la medianoche del miércoles.
Las restricciones impuestas en Irlanda y en Asturias tienen símiles como la obligación del cierre de comercios no esenciales, así como de los bares y restaurantes, que sólo podrán ofrecer comida para llevar. En el país irlandés, al tomar medidas para el ámbito nacional, se implantaba el teletrabajo para quienes puedan realizarlo y los desplazamientos han de tener como justificación el acudir a trabajar. En la región asturiana se da una restricción similar aunque sólo para las tres ciudades (Oviedo, Gijón y Avilés), de dónde sólo se puede entrar y salir por una serie de motivos, como pueden ser laborales, médicos o para realizar trámites administrativos. No obstante, si afecta al ámbito regional la suspensión de manera temporal de la celebración de manera presencial de encuentros, reuniones de negocios, reuniones profesionales, seminarios, reuniones de comunidades de propietarios y eventos similares.
Cierre de espacios públicos y suspensión de espectáculos
En ambos casos, cines, teatros, museos, polideportivos u otros espacios, establecimientos, locales e instalaciones públicas vuelven a estar clausuradas, y solo los comercios de productos considerados esenciales pueden seguir funcionando durante las semanas de restricciones, en el caso de Irlanda de seis semanas, mientras que en el de Asturias se han fijado dos semanas por el momento. La suspensión temporal afecta también en el país irlandés y en la región asturiana a la celebración de forma presencial de espectáculos públicos y actividades recreativas, deportivas y de ocio, así como a locales de juegos y apuestas o centros comerciales.
Pese a las restricciones que se han impuesto en el país irlandés y en la región asturiana, en ambos casos continúan abiertas las guarderías, escuelas e institutos. También se han dejado activos sectores como el de la construcción.
Los expertos de salud de Irlanda recomendaban a comienzos de octubre introducir restricciones de nivel 5, las más severas, para frenar el imparable aumento en las infecciones por COVID-19 en el país. Esto ha implicado limitaciones muy cercanas al confinamiento, ya que no solo se han cerrado las tiendas y peluquerías (sector que en Asturias sigue funcionando), sino que se aconseja a las personas que se queden en casa, algo que se recomienda también desde el Gobierno del Principado. En Irlanda, incluso, la ciudadanía solo puede realizar ejercicio en un radio máximo de cinco kilómetros de distancia de sus hogares.
Un punto en el que difieren las restricciones de Asturias y de Irlanda es que mientras que en nuestra región pueden reunirse hasta un máximo de seis personas, en el país irlandés están prohibidas todas las reuniones bajo un mismo techo y visitas a otros domicilios. Es decir, las personas que vivan en una misma casa no podrán mezclarse con nadie, ni en interiores ni en exteriores. Otra diferencia es que aquí se ha impuesto el toque de queda entre las diez de la noche y las seis de la madrugada, medida que el primer ministro irlandés, Micheal Martin, no ha contemplado en las limitaciones que tiene activadas para frenar la evolución del coronavirus. El objetivo de Martin al implementar las restricciones e instaurar, según sus propias palabras, «probablemente el régimen más estricto de Europa» es lograr un respiro de cara a la Navidad, unas fechas especiales que están en la mente de todos los dirigentes a la hora de imponer medidas restrictivas.