Liberbank y Unicaja aceleran la fusión a la espera de resolver los dos puntos más conflictivos

La Voz

ASTURIAS

Manuel Menéndez, Consejero Delegado de Liberbank, y Manuel Azuaga, presidente de Unicaja
Manuel Menéndez, Consejero Delegado de Liberbank, y Manuel Azuaga, presidente de Unicaja

Las entidades podrían tener los informes de auditoría listos en un mes. El cargo que ocupe Menéndez y la ecuación de canje accionarial, los puntos de posible fricción

09 oct 2020 . Actualizado a las 11:53 h.

Liberbank y Unicaja podrían tener listos los informes de auditoría de sus respectivas cuentas o «due diligence» en un mes o como mucho cinco semanas, con lo que podrían convocar los respectivos consejos de administración ya en noviembre para aprobar la fusión, según fuentes consultadas por Efe.

Las empresas que están trabajando en ello, PwC y Deloitte respectivamente, son las mismas que en el anterior intento de fusión, frustrado en 2019, por lo que ya manejan mucha información y, a pesar de que hay «variables» que podrían influir, como el parón económico por la pandemia, las fuentes no esperan que se encuentre ningún «esqueleto» en el armario.

Y una vez hecho esto, comenzaría la negociación entre los bancos de inversión, que son Mediobanca y Deutsche Bank, respectivamente.

Para que la fusión llegue a buen puerto, las entidades tienen que resolver dos puntos conflictivos: el reparto accionarial de la entidad fusionada o la ecuación de canje, que ya dinamitó el anterior intento, y el cargo que ocupe Manuel Menéndez, consejero delegado de Liberbank y que aspiraría a hacer las mismas funciones en el nuevo Unicaja Banco.

En el primer intento, el reparto iba a ser de un 60-40 a favor de Unicaja Banco, que sería en la práctica la entidad «compradora», en una fusión por absorción de Liberbank que incluso se llevaría por delante el nombre de esta última, pronostican las fuentes.

Pero la ecuación de canje no depende solo del valor que se le calcule a cada entidad, sino que cuentan otros factores como la marca, la calidad de los activos, el negocio de fondos, los pleitos pendientes que tenga cada entidad o la cartera hipotecaria.

La unión entre Unicaja Banco y Liberbank tendrá, como es lógico, un impacto en las plantillas, en las oficinas y en los servicios centrales de ambas, aunque podría ser leve, debido a que son bastante complementarias en términos geográficos y también a que ambas entidades ya han hecho recortes recientemente.

Según fuentes sindicales consultadas por Efe, la mayor preocupación la plantearían las duplicidades en los servicios centrales de la entidad fusionada, así como la posible ubicación de los mismos.

Unicaja, con sede central en Málaga, tiene sus servicios centrales repartidos entre esta ciudad y Madrid, mientras que Liberbank -resultante de la unión de Cajastur-Banco CCM, Caja Cantabria y Caja Extremadura- los tiene en Asturias y en Madrid, aunque con más peso en el Principado, donde tiene un hondo enraizamiento.

En cuanto a las oficinas, Cáceres, Ciudad Real y Madrid son las áreas en las que se darían los mayores solapamientos, que las fuentes confían en que se resolverán sin necesidad de despidos.

La unión de estos bancos de antiguas cajas daría lugar al quinto grupo financiero español, con unos activos totales de unos 100.000 millones de euros, una red de más de 1.600 oficinas y una plantilla de algo menos de 10.000 trabajadores.