«Mejor al aire libre que en sitios cerrados», dice la alcaldesa
05 oct 2020 . Actualizado a las 20:44 h.La situación de alerta naranja que se acaba de declarar esta tarde en Gijón y Ponga, además de prorrogarse hasta el 13 de octubre en Langreo, Laviana y San Martín del Rey Aurelio, es una llamada de atención para extremar las medidas de vigilancia, de control y de detección ante esta segunda ola de la pandemia de coronavirus.
Tanto en Gijón como en Ponga, durante los próximos 14 días en los que estará activa esta situación, se hace una llamada a las instituciones locales, a los sectores socioeconómicos y a la ciudadanía para que, de manera conjunta y coordinada con la autoridad sanitaria, realicen una vigilancia intensiva y extremen las medidas de control.
La alcaldesa de Gijón, Ana González, ha recordado que la declaración de alerta naranja en el concejo no implica nuevas restricciones pero sí es una seria llamada de atención a que se cumplan todas las medidas de control, seguridad e higiene «a rajatabla» para evitar tener que entrar en una situación «mucho más complicada y en la que no queremos estar».
Además del uso de la mascarilla, el lavado frecuente de manos con agua y jabón o la distancia de seguridad entre personas, González ha destacado también que «está claro que mejor al aire libre que en sitios cerrados y, en estos, tener las ventanas abiertas y ventilar muchísimo». Además, ha puesto énfasis en que en las dos próximas semanas habrá que intentar reducir las relaciones sociales al menor número de personas. En este sentido, ha recordado la recomendación de la autoridad sanitaria de establecer grupos burbuja de seis personas, en el caso de quienes no son convivientes.
«Se trata de relacionarnos con el menor número posible de personas y es muy importante porque lo que pretende el Principado es que esto no vaya a más, justamente para no tener que aumentar las medidas», ha indicado la alcaldesa de Gijón. Además de que las reuniones se limitan a seis personas, se prohíbe servir en la barra a los establecimientos hoteleros.
En agosto, cuando esta misma situación de alerta naranja se estableció en concejos del oriente de Asturias, se creó un comité de seguimiento para, en caso de persistir una evolución epidemiológica desfavorable, estudiar otras medidas como cierres perimetrales. También se había instado entonces a las administraciones locales a identificar sus «zonas calientes».
La alerta naranja también implica que las autoridades sanitarias intensificarán la vigilancia epidemiológica, extremarán las medidas de protección entre los colectivos más vulnerables e incrementarán la presencia de las fuerzas de seguridad en los municipios citados. También se contempla recurrir al movimiento vecinal y asociativo, así como los consejos de salud de las diferentes zonas, para reforzar los mensajes preventivos y de protección a la población.