Los niños de Infantil y Primaria regresan a las aulas en una primera jornada con precauciones y dudas de padres
22 sep 2020 . Actualizado a las 13:16 h.El primer día de la vuelta al cole estuvo marcado por las dudas y los nervios. De grandes y de pequeños. Los últimos con la mascarilla ya siendo un elemento de la vida cotidiana con ganas, en algunos casos, de regresar a las aulas y volver a encontrarse a sus compañeros. Los primeros, los padres, con una sensación extraña, algunos de una cierta liberación después de un largo mes en el que se ha hecho más compleja la conciliación -Asturias es la comunidad que más ha aplazado la apertura de los colegios- pero también con la inquietud de que las escuelas se vean afectadas por la pandemia. En El Bosquín, en El Entrego, había muchos nervios a partes iguales, de mayores y de niños; la entrada estuvo organizada por tres accesos diferentes y los padres apreciaron que hubiera planificación adecuada pero las dudas rondaban las cabezas de todos.
Prudencia en Langreo
En el colegio Benedicto Bembribre Torre, de Langreo, hay 123 alumnos. En las clases de marcó y respetó de forma escrupulosa la distancia social entre los pequeños y su directora, Águeda Almaraz pidió «tranquilidad, prudencia y sentido común», a los padres y a los profesores que intenten llevar el año con tranquilidad, recordando además que normalmente los niños en los colegios actúan de forma diferente que en casa, «saben que hay unas normas marcadas que se cumplen igual mejor que en casa».
Con todo, Natalia Vega Riestra no podía quitarse la preocupación, su hijo tiene diabetes, y explicaba que después de todo el verano en casa llegaba con cierto miedo a la exposición en las clases «porque unos tomarán precauciones y otros no»; informó Carmen Liedo.
Los niños lo hacen «perfecto» en Avilés
En el colegio Marcelo Gago de Avilés la vuelta a clase no ha podido ser mejor. Los alumnos estaban citados de forma escalonada para evitar las aglomeraciones, y los tiempos establecidos han sido hasta más rápidos de lo esperado. «Los alumnos de primaria estaba previsto que entrasen entre las nueve menos diez y las nueve. Tenían diez minutos y estaban todos dentro en ocho», explicaba el director del centro, Javier Sarasola, según informó Carla Vega.
La puntualidad y el compromiso de padres y profesores ha sido clave, pero también los alumnos han estado a la altura de las circunstancias. «Tan solo habíamos podido enviar unos audios a las familias explicándoles cómo sería la entrada, y los niños lo han hecho perfecto. Hubo un momento en el que estaban esperando a que les echásemos gel para entrar y estaban separados sin que les tuviéramos que decir nada», ejemplifica Sarasola.
Ahora comienza un nuevo curso en el que el profesorado del colegio Marcelo Gago se centrará, sobre todo, en la parte emocional. «Las primeras semanas queremos centrarnos en que los niños estén bien. Cuando nosotros éramos pequeños y estábamos dos meses en casa se nos hacían dos años, imagínate a ellos ahora que llevan seis sin venir a clase», argumenta el director.
Protocolos de seguridad
Según recogió Efe, En Oviedo, la directora del colegio Germán Fernández Ramos, Azucena Fernández, ha explicado que el profesorado del centro, que cuenta con 400 alumnos, ha realizado un «esfuerzo enorme» por implementar los protocolos de seguridad para lo que se han tenido que acondicionar espacios como nuevas aulas.
Aunque hoy cada curso ha entrado de manera escalonada, la idea es que a partir de mañana lo hagan todos la vez por las diferentes entradas del colegio en un margen de entre 10 y 15 minutos.
Los recreos también serán diferenciados por edades y se utilizarán todos los espacios del equipamiento, el comedor escolar será por turnos y con entradas y salidas organizadas y «seguras» al tiempo que ha dicho que será «inevitable» compartir zonas pero se hará «con sentido y responsabilidad».
«Todos los profesores estamos preocupados, pero conscientes y muy responsables. También tenemos que pensar que los niños tienen una gran capacidad de aprendizaje y adaptación y enseguida van a adquirir esas nuevas rutinas», ha señalado.
Tras dejar a su hijo de 11 años a las puertas del colegio, Carmen se ha mostrado «tranquila» con los protocolos de seguridad del centro.
«Si se cumplen los protocolos, no hay temor», ha dicho junto a Irene otra madre que ha destacado la organización mostrada por los docentes a la llegada de los niños.
En Gijón, el colegio Miguel de Cervantes ha comenzado su actividad con el 99 por ciento de asistencia de los 210 alumnos matriculados en los cursos de educación primaria.
Los alumnos han ingresado al centro por tres puertas de acceso separadas decenas de metros y en distintos turnos según el curso entre las 9.00 y las 9.30 horas.
Profesores y alumnos de este colegio realizaron el pasado viernes un ensayo de la entrada de alumnos, que «favoreció» que la operación se realizara sin incidentes, ha informado la directora María Ángeles García.
En este centro se ha reforzado el cuerpo de profesores y el personal de limpieza y de comedor, se han ampliado en un aula el curso de primero y se han delimitado espacios interiores y del exterior.
El profesor de Educación Física y coordinador para el covid-19, José Ramón Alonso García, ha considerado adecuadas las medidas adoptadas para garantizar la seguridad sanitaria, a pesar de «las dudas y los constantes cambios» iniciales.
Susana, madre de un niño de 6 años que cursa primero, ha asegurado que no siente miedo, pero sí «inquietud por lo que puede pasar», aunque considera que «no queda otra» posibilidad que volver a las aulas.
Docentes de refuerzo
En Asturias se ha iniciado el curso en Infantil y Primaria, el próximo lunes será el turno de Secundaria y Bachillerato. Los colegios asturianos recuperan las clases presenciales con 511 unidades «covid» y más de 530 docentes de refuerzo. El curso comienza en Asturias con 63.929 estudiantes, de los cuales el 71% acuden a la escuela pública. El dato supone una pérdida global de 1.648 matrículas respecto al año anterior.
La reducción de la ratio a 20 estudiantes por aula en ambas etapas educativas se ha traducido en 295 nuevas aulas en la escuela pública y otras 216 en colegios concertados, para cumplir con esa ratio en Infantil y Primaria.
La dotación de personal necesaria para atender estas unidades ha supuesto la contratación de 310 docentes en la escuela pública, más de 200 en la concertada y 12 en los centros de educación especial (CEE). El Principado ha invertido 40 millones de euros y aseguran que su objetivo es llegar a los 860 docentes de refuerzo con el inicio del curso en Secundaria, Bachillerato y FP.
La consejería asegura que los equipos directivos tienen listos los protocolos con los que acogerán al alumnado el martes, elaborados de acuerdo con un plan de actuación de la Consejería de Educación visado por Salud. Esos documentos recogen las entradas y salidas escalonadas en función de los cursos, la organización de grupos estables, el diseño de un itinerario dentro de los recintos y su señalización para limitar el contacto entre aulas y el incremento de la limpieza.