Asegura ser consciente de la complejidad del momento, al que pretende aportar el conocimiento «adquirido a pie de aula»
12 sep 2020 . Actualizado a las 15:00 h.La futura directora general de Planificación e Infraestructuras Educativas, Cristina Vega Morán, ha defendido hoy la necesidad de que haya diálogo y unidad en el seno de la comunidad educativa para afrontar el «enorme desafío» que supone el nuevo curso escolar en medio de la actual pandemia del coronavirus.
Vega Morán, hasta ahora directora del colegio público Santa Bárbara, de Lugones (Siero), será nombrada para el cargo en la reunión de la próxima semana del Consejo de Gobierno para sustituirá a Ana Isabel López Isla, que ha presentado su dimisión alegando «motivos personales».
En unas declaraciones difundidas por la Consejería, la futura directora general ha agradecido la confianza de la consejera, Carmen Suárez, y la labor desarrollada por su predecesora «que sacó adelante gran carga de trabajo en las circunstancias que todo el mundo conoce».
Además, asegura ser consciente de la complejidad del momento y estar dispuesta a afrontar un desafío que no le «asusta» y al que pretende aportar «el conocimiento adquirido a pie de aula» en el centro que ha dirigido durante los últimos ocho años, «incluidos estos últimos meses de pandemia».
«Quiero poner esa experiencia la servicio de todos los centros contar con el buen hacer que todo el profesorado ha desarrollado y hacer de las aulas un lugar de trabajo lo más seguro posible para alumnado y profesorado», ha añadido tras afirmar que tiene «la mano tendida» a toda la comunidad educativa para garantizar el derecho a la educación «en cualquier circunstancia y sin dejar a nadie atrás».
López Isla renunció al cargo a once días del inicio del curso escolar en Infantil y Primaria alegando «motivos personales» para adoptar esa decisión aunque desde el ámbito sindical se venía especulando desde hace semanas con esta posibilidad ante las discrepancias con la consejera sobre la gestión del regreso de los estudiantes a las aulas tras varios meses sin actividad presencial a consecuencia de la pandemia.
El Gobierno asturiano optó por retrasar el inicio del curso -que arrancará el día 22 para Infantil y el 28 para Secundaria, Bachillerato y FP- para vigilar la evolución de la pandemia en las primeras semanas de septiembre y para disponer de tiempo para realizar la prueba PCR a la que se someterán todos los docentes antes de volver a las aulas, informa Efe.