Los nuevos casos de coronavirus registrados en la región presentan diferencias importantes con los de la primera oleada
03 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.El riesgo a un nuevo confinamiento se ciñe sobre España. En Asturias, la situación es menos asfixiante que en otras comunidades, pero ha empeorado en los últimos días y ya se han activado las primeras luces de emergencia. La apertura de fronteras -nacionales y exteriores- ha provocado el incremento del número de nuevos casos de coronavirus y las cifras comienzan a parecerse a las registradas durante los meses del estado de alarma. Sin embargo, la situación presenta diferencias importantes. La gran mayoría de infectados son asintomáticos o presentan sintomatología leve, la edad media ha descendido significativamente y prácticamente no hay ingresos en los hospitales. Esta «mutación» de la pandemia ha provocado que, a diferencia de hace unos meses, no exista un riesgo tan elevado de colapso del sistema sanitario. Por tanto, y aunque la situación es cambiante y puede dar un giro rápidamente, a día de hoy los responsables de Salud en el Principado no barajan la opción de otro cierre total. Mantener controlada a la Covid-19 en las residencias se presenta clave para contener la cifra de fallecidos.
La nueva normalidad en Asturias
Los contagios por coronavirus en Asturias no cesan y las cifras se aproximan ya a las del mes de abril, el epicentro de la pandemia, aunque sin la tasa de mortalidad de entonces. El Principado ha detectado desde el pasado 7 julio, cuando se rompió la racha de 25 días seguidos sin infectados, más de un centenear de nuevos positivos por Covid-19. El Ejecutivo autonómico mantiene en seguimiento a centenares de contactos estrechos -la últimas cifra, del pasado viernes, era de 400- de esas personas en las últimas semanas y hay activos 6 brotes: uno relacionado con una cervecería en Oviedo; otro con un viaje de estudios a Málaga; un tercero en un bar de Gijón; el cuarto en la empresa Grúas el Roxu, el quinto por el positivo de una trabajadora de un geriátrico de Siero y el último es el de un grupo de jóvenes de Castropol.
Desde que Asturias rompiera el 7 de julio la racha de 25 días sin positivos, se han contabilizado 115 infectados en la región. El ritmo de nuevos casos se asemeja al de algunos días de abril, pero la gran diferencia es la gravedad. A modo de ejemplo, el 18 de abril se contabilizaron en la región 26 nuevos casos, los mismos que el viernes pero por aquel entonces había ingresadas en las plantas de los hospitales asturianos 360 personas y 56 en la UCI. Esa jornada se saldó con 9 muertes por coronavirus. El viernes, fecha en la que el Principado facilitó el último dato, había 3 personas en planta y otras 3 en la UCI y solo se había registrado una muerte en las tres últimas semanas. La diferencia es evidente.
El riesgo está, una vez más, en los geriátricos. Las personas mayores fueron las que más sufrieron los efectos del coronavirus. Desde hace semanas la situación parece controlada en estos centros, ya que no se han registrado nuevos casos, pero todo puede cambiar con el aumento de los infectados en el conjunto de la población de los últimos días. Controlar la expansión de la Covid-19 en estos establecimientos se presenta como un objetivo clave para evitar que la situación vuelva a desmadrarse, ya que las personas mayores suelen presentar otro tipo de patologías y son más vulnerables a la enfermedad.
Desde el Principado han llamado a la prudencia en todo momento y no sacaron pecho cuando la región fue la única libre de coronavirus -por llevar 14 seguidos sin nuevos casos-. Ahora, a pesar del incremento de positivos, Rafael Cofiño, director general de salud pública del Principado, ha afirmado que «no hay transmisión comunitaria descontrolada». Eso sí, ha reconocido que «estamos en semanas críticas» y por ello ha pedido a la ciudadanía que extreme las medidas de higiene y distancia social. También ha asegurado que esperan que en el mes de agosto aumenten los casos, pero dibuja un escenario que espera que puedan controlar.
Cofiño ha pedido responsabilidad y prudencia, pero ha reconocido que los casos registrados en las últimas semanas son menos graves que los de la primera oleada de coronavirus. Suelen ser asintomáticos o con sintomatología leve, ha descendido la edad media y en los últimos días no ha habido hospitalizaciones.
Las opciones de un nuevo confinamiento
Por su parte, el jefe del servicio de Epidemiología de Asturias, Ismael Huerta, no cree que España se encamine a un nuevo confinamiento, porque, a su juicio, se ha aprendido que las medidas drásticas generales no son la solución y que es preferible actuar en los territorios y las situaciones concretas. En declaraciones a Efe, el epidemiólogo ha indicado que, a priori, no cree que vayamos a un nuevo estado de alarma como consecuencia del coronavirus, si no a poner coto a las situaciones en las que se desborde el contagio, sin ir a un confinamiento general como el que vivió el país.
Según su valoración, la situación que vive actualmente Asturias es muy similar a la del resto de España, aunque con diferente magnitud, y se debe principalmente al movimiento de las personas que provoca algún brote, de momento, «bastante limitado». Que Asturias se mantuviera como uno de los territorios menos afectados durante el estado de alarma se debe precisamente a su carácter más bien aislado y al poco tránsito de personas durante ese periodo, ha indicado. «Por el verano sí que recibimos gente de fuera, pero durante el resto del tiempo no tenemos tantos visitantes como reciben otras zonas», ha indicado el epidemiólogo.
Más allá de las aglomeraciones de jóvenes, a Huerta le preocupa el movimiento de personas en general, «con independencia de que se junten o no», aunque es un riesgo que no se puede evitar, según ha precisado.