El acuerdo europeo llegó casi al alba, tras 90 horas ininterrumpidas de reuniones y una tensión sostenida. El resultado vino en forma de una pila de millones de euros: 140.000 millones que puede recibir España como ayuda para superar los efectos de la pandemia. La batalla en Bruselas se traslada ahora a la piel de toro y algunos presidentes autonómicos ya dan señales de que será encarnizada y a codazo limpio. Asturias aspira a hacerse con 1.500 millones de euros, pero el resto de comunidades también han puesto el ojo en el instrumento Next Generation EU, que es como se llama oficialmente el plan de ayudas.
La cuestión es que quien aspire a absorber los fondos debe moverse rápido y con cabeza: las ayudas irán a proyectos concretos, con nombre, apellido y presupuesto. Tanto gobiernos como empresas deben ir de la mano y solo tienen un año para ponerse las pilas. El Gobierno de Asturias tiene una tarea fundamental y también las empresas, que pueden presentar propuestas. No hay por tanto mucho espacio para agravios políticos, porque un buen proyecto siempre tendrá salida. Es por tanto el momento del Gobierno de Barbón, con especial relevancia para el vicepresidente Cofiño, y para el presidente de la patronal, Belarmino Feito y las tres cámaras de Comercio.
¿A codazo limpio? Está claro que para evitar las zancadillas hay que ir muy por delante del resto. Un ejemplo es la Comunidad Valenciana, que quiere captar unos 7.000 millones de euros y ya se han puesto en marcha, según Ximo Puig. «Tenemos que ser capaces de gestionar adecuadamente y, por eso, ya desde hace meses se está trabajando intensamente en diferentes departamentos de la Generalitat para ver de qué manera podemos contribuir y avanzar en la implementación de proyectos en Europa».
En Andalucía van por la misma línea. «Andalucía no va a ser convidada de piedra ni va a aceptar que se le dé un céntimo menos de lo que le corresponde», ha sostenido el consejero de Presidencia, Elías Bendodo. Por su parte, Cataluña aspira a absorber 30.000 millones y afirma que ya tienen en marcha una veintena de proyectos articulados en torno a cuatro ejes sectoriales y un eje transversal.
Desde la Xunta, solicitan conocer ya el montante de los fondos europeos que le corresponderán a Galicia, así como las condiciones para disponer de esa cuantía. En Castilla-La Mancha, la Junta cree que el reparto de este fondo se debe hacer mediante una «reflexión compartida» entre el Gobierno central y las CCAA, y enmarca ese diálogo en la Conferencia de Presidentes. Por el contrario, Madrid exige además la convocatoria urgente del Consejo de Política Fiscal y Financiera que establezca los criterios, mientras que en Aragón, Javier Lambán apunta a que hablar ahora mismo del reparto de los fondos «quizá sea demasiado precipitado».
Cantabria ha aprovechado para cargar contra el Gobierno y Revilla espera que Cantabria esta vez no salga «mal parada» como ha ocurrido, según su punto de vista, con la distribución del fondo COVID de 16.000 millones. En el caso de Euskadi, el portavoz Josu Erkoreka ha explicado que estos planes tienen carácter europeo, por lo que se articulan desde el Gobierno central pero no a través de la Comisión mixta del Concierto. La consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, también ha explicado que la UE es la que va a articular los fondos a través de los Estados, que son los que tienen que preparar el Plan de recuperación y de reactivación de su tejido productivo.
La carrera acaba de comenzar.