Axuntase consiste en 36 viviendas colaborativas y desde que estalló la crisis del coronavirus se ha disparado el interés por el proyecto
12 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.La crisis sanitaria ha evidenciado que otra forma de vida es posible. Las medidas de confinamiento y de cierre de negocios han llevado a muchas personas a cuestionarse sus rutinas, de ahí que algunos proyectos que existen en España desde hace tiempo, aunque lleven años en marcha, hayan cobrado ahora actualidad. Uno de ellos es el cohousing, una alternativa a las residencias de mayores -el servicio que más ha sufrido las consecuencias de la pandemia y cuyo funcionamiento ha sido duramente criticado- que en Asturias se articula a través de Axuntase. Desde la cooperativa reconocen que en los últimos meses se han disparado las consultas y el interés de la ciudadanía por sus planes de futuro. La buena noticia para los interesados es que todavía tienen plazas libres.
Axuntase surgió hace casi seis años de la mano de seis mujeres y, si no hay contratiempos, en 2021 empezarán las obras. En 2022 será la mudanza. La idea es nueva en Asturias pero no en España, ya que existen otros nueve proyectos similares que ya están operativos. Según asegura María Asunción Rodríguez, presidenta de Axuntase, «todos los proyectos que han visto la luz están completos y tienen lista de espera», algo que espera que se repita en Asturias.
La cooperativa ya tiene una parcela en Caraviés, en el concejo de Llanera, el proyecto arquitectónico y un plan de acción detallado. Su intención es construir 36 viviendas colaborativas en las que se fomente la vida en comunidad. En Axuntase caben personas de todas edades, pero Rodríguez reconoce que es en las de más edad en las que más interés despierta. «Los mayores no quieren vivir en residencias», asegura la presidenta de la cooperativa, quien considera que proyectos como el suyo tiene muchas ventajas respecto a esas instalaciones tradicionales.
El cohousing frente al coronavirus
«El coronavirus ha puesto sobre la mesa algo que ya se sabía, un modelo que estaba caduco», afirma Rodríguez para referirse a las residencias de mayores. «Se ha visto que ante el menor problema ahí no se da respuesta, por lo que es necesario hacer una mejor gestión de los recursos públicos», añade.
La presidenta de Axuntase deja claro que el cohousing «no es la panacea, pero es un instrumento que supone una solución para las administraciones y para los usuarios, porque son autogestionados. Es más barato y placentero». En su opinión, por este motivo las administraciones deberían favorecer su desarrollo, ya que sostiene que la legislación actual dificulta cualquier proyecto y provoca que se tarde entre 9 y 11 años en llevarlo a cabo. «Hay empresas ganando millones de euros a costa de la vida de la gente y en estas cooperativas no hay ánimo de lucro», asegura Rodríguez.
En cuanto las diferentes formas en las que se ha hecho frente a la Covid-19 en las residencias de mayores y en los proyectos de cohousing, la responsable de Axuntase destaca que «todos hemos visto lo que pasó allí. Se ha muerto mucha gente y el que pudo se fue». En contraposición, Rodríguez expone el caso de Trabensol, un proyecto al lado de Madrid. «Allí también hubo contagiados, pero «han estado permanentemente atendidos por los servicios sanitarios del pueblo donde viven». Es esa vida en comunidad la que les ha permitido recibir ayuda y que «no hayan sufrido soledad ni falta de recursos», asevera. En el peor momento de confinamiento se han relacionado por medios telemáticos y, aunque el coronavirus les ha golpeado como al resto de ciudadanos «las cifras de muertes no tienen nada que ver. En todo momento estuvieron acompañados y seguros».
La gran mayoría de los integrantes de los proyectos de cohousing son personas activas, pero también tienen previsto el escenario en el que surjan enfermedades. Rodríguez defiende que en Axuntase tienen claro que «vamos a asumir la dependencia sobrevenida, tenga la edad que tenga cada persona. Para ello vamos a contar con el apoyo que pueda dar cada uno a título individual pero también jugarán un papel fundamental la administración».
Plazas libres en Asturias
A medida que el proyecto toma forma, el interés por Axuntase crece. En la actualidad son más de 200 personas las que demandan información para poder acceder a una de las 36 viviendas en régimen de cesión, pero no están cubiertas todas las plazas. El interés viene de asturianos y de personas de fuera de la región, ya que en toda España no son muchas las opciones existentes. «Es un proyecto abierto y heterogéneo», detalla Rodríguez, quien recuerda que es «intergeneracional». Es decir, está abierto a jóvenes, aunque los más interesados son los mayores.
Formar parte del proyecto requiere una aportación de 100.00 euros para acceder a una vivienda privativa de 52 metros cuadrados más otros 1.000 metros cuadrados de zonas comunes en los que se instalarán servicios como lavandería o biblioteca. Para los que no puedan aportar el dinero, la cooperativa pedirá un crédito con la banca ética, y la facilidad que conceden es que si la persona se queda en el paro, no es expulsada de la comunidad sino que la cooperativa asume solidariamente el pago.
Pero Rodríguez defiende que el requisito económico no es el más importante para formar parte de Axuntase. Su apuesta es por un proyecto biosostenible y en el que apuestan por los cocuidados, es decir, dedicar horas a la comunidad para ayudarse. «Estos requisitos humanos son los que nosotros consideramos más importantes». Además, su intención es abrirse a la población circundante y no convertirse en un gueto.
El cambio normativo en el Principado
La falta de legislación dificulta el impulso de estos proyectos, pero desde Axuntase reconocen que una medida aprobada por el Principado el año pasado les ha supuesto un gran avance. «Ese cambio ha supuesto que el cohousing sea considerado un recurso más en servicios sociales y por ello tenemos acceso a la ley de dependencia. Esto solo ocurre en Asturias, en ninguna parte más de España», añade.
Pero además de la ley de dependencia, el cambio normativo reconoce que se pueden desarrollar estos proyectos en el llamado «suelo dotacional», ya que «no es ni privado, ni tiene ánimo de lucro, ni es un geriátrico… esto facilita mucho la construcción». «Estos cambios ya suponen una revolución», defiende la presidenta de la cooperativa.