El Principado reconoce que ya está poniendo el foco en la planificación. Defiende que sea coordinada por el ministerio. La posible reapertura de los colegios es una de las prioridades a analizar
16 abr 2020 . Actualizado a las 22:53 h.Asturias defiende una desescalada del confinamiento coordinada por el Ministerio de Sanidad, con la implicación de todas las comunidades autónomas. El consejero de Salud, Pablo Fernández Muñiz, cree que «no sería buena idea» dar pasos de manera aislada. Sin embargo, ha puesto sobre la mesa una alternativa. Está convencido de que sería «interesante hacer pilotajes en zonas concretas que sirvan de aprendizaje para todos los demás». Fernández Muñiz ha reconocido que el Gobierno del Principado ya ha comenzado a planificar cómo será el final del aislamiento, con grupos de trabajo técnicos y políticos, en los que se implicarán diferentes consejerías, ya que además de Salud, es un tema que afecta a multitud de campos de gestión, desde la movilidad al regreso al trabajo o la apertura de establecimientos.
La educación es uno de los asuntos que urge. ¿Se reabrirán las aulas este curso? ¿Se está a tiempo? Fernández Muñiz no ha dado una respuesta rotunda. Se ha limitado a reconocer que es una de las posibilidades que ya está tratando. No obstante, tampoco es una decisión que vaya a tomar en solitario. Irá de la mano con el resto de regiones. Otra de esas cuestiones es si los pacientes con COVID-19 van a poder tener visitas. Aquí sí ha sido más concreto, aunque no rotundo. La experiencia adquirida puede permitir el acompañamiento, sobre todo, en casos de especial vulnerabilidad o en aquellos que se encuentren en paliativos sin riesgo de que se produzca un contagio. El sistema podría estar en disposición de autorizarlo. Es algo en lo que también va a trabajar.
El consejero ha realizado estas declaraciones al término del consejo interterritorial celebrado hoy, en una comparecencia telemática en la que también han participado el director general de Cuidados, Humanización y Atención Sociosanitaria, Sergio Valles, y el coordinador del Observatorio de la Salud, Mario Margolles. Los tres han defendido la buena evolución de la epidemia del coronavirus en Asturias, la reducción de la presión asistencial, la gestión realizada en las residencias de la tercera edad, de manera conjunta con la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar y su intención de seguir realizando pruebas para conocer la dimensión exacta de la epidemia.
El final del confinamiento
El Principado, por tanto, es partidario de ensayar cómo será ese final del confinamiento y aprender de la experiencia. Lo que no ha precisado Pablo Fernández Muñiz es si Asturias sería una buena candidata hacer ese «pilotaje», término con el que se ha referido a esa alternativa que se ha analizado en el Consejo Interterritorial. Sí ha presumido de balance. Ha explicado que se aprecia un aumento de casos notificados pero que se debe a que se están incrementando también las pruebas diagnósticas. Margolles ha precisado que esos nuevos positivos no quiere decir que en estos momentos haya más casos activos o que se haya reacelerado la transmisión sino que están detectando a pacientes que ya han podido superar el COVID-19 pero que o bien han sido asintomáticos o leves.
Esto supone que la curva está en esa anunciada fase de mesetas y así va a seguir siendo así durante semanas. Fernández Muñiz ha reconocido que no se espera que baje con rapidez y que, además, el riesgo de contagio sigue existiendo. Pero esa meseta significa que la situación, en principio, está controlada, la presión asistencial comienza a bajar y se empieza a pensar en el futuro.
La desescalada es el paso inmediato. Va a ser complejo, han explicado las autoridades sanitarias del Principado, por eso quieren extremar la precaución. El consejero ha apuntado al riesgo de que se registren rebrotes una vez que se empiece a salir a la calle. También se empezarán a detectar otros problemas de salud asociados precisamente al confinamiento. Unos podrán estar vinculados a la salud mental, a la ansiedad y a las secuelas propias de la epidemia pero otras pueden tener que ver con el estado de salud anterior de las personas y el hecho de que no se hayan podido seguir recomendaciones de vida saludables.
Todo esto se tratará en los grupos de desconfinamiento. El consejero participará en el grupo de trabajo político que creará el Ministerio de Sanidad. El director general de Salud Pública, Rafael Cofiño, hará lo propio con el grupo técnico. Pero, además, dentro de la región, habrá también equipos interdisciplinares con representantes del resto de consejerías. «Tendrán mucha participación», ha insistido Fernández Muñiz, que reconoce que Salud necesita asesoría en todo tipo de temas, desde la movilidad a la economía.
Todo ese trabajo estará preparado pero el final del confinamiento no parece estar a la vuelta de la esquina. El consejero ha reconocido que, aunque ahora mismo la línea temporal llega hasta finales de abril, es muy posible que se produzcan más prórrogas, tal y como el propio presidente del Gobierno, Pedro sánchez, ha señalado ya en alguna intervención.
Al margen, Asturias ha pedido al Ministerio de Sanidad que adopte medidas contra la especulación de precios del material de protección, que se ha disparado en las últimas semanas, principalmente, de las mascarillas. El Gobierno ha aceptado la propuesta de fijar un precio máximo y ha avanzado que trabaja en la publicación de una normativa que estará lista de manera inminente.
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