El Departamento de Economía de la universidad de Oviedo analiza el movimiento entre provincias en las primeras fases de la epidemia
16 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Antes de que se decretara el Estado de Alarma y el consiguiente confinamiento, los casos de coronavirus en Asturias todavía podían contarse como un goteo, constante pero pequeños, justo hasta el víspera inmediata de la cuarentena general. Horas antes de que se cerraran los colegios en todo el país ya se había anunciado la clausura en el Principado tras identificarse el primero de los brotes relevantes de la comunidad: el del centro de Formación Profesional de la Fundación Masaveu. Los días inmediatos a la declaración del Estado de Alarma, un 14 de marzo, sábado, fueron un reguero de rumores sobre el posible cierre de comunicaciones en las carreteras ¿tuvo impacto la movilidad de esos días en la extensión del contagio entre provincias?
A parte de esta pregunta busca responder un estudio elaborado en la Universidad de Oviedo y que apunta a que sí, a que hay un grado importante en la relación entre los núcleos principales del inicio de la epidemia en España, que son las áreas más pobladas y también las que cuentan con más conexiones internacionales, y la extensión de la enfermedad en las provincias más cercanas a ellos. Y también el peso que tuvo el traslado de estudiantes universitarios desde estas grandes metrópolis, fundamentalmente Madrid, a sus hogares familiares en la periferia.
«How effective has been the Spanish lockdown to battle COVID-19? A spatial analysis of the coronavirus propagation across provinces (¿Cómo de efectivo ha sido el confinamiento español en la batalla contra el COVID-19? Un análisis espacial de la propagación del coronavirus a través de las provincias)» fue publicado de forma muy reciente, el pasado 13 de abril, por Luis Orea e Inmaculada C. Álvarez del Departamento de Economía de la Universidad de Oviedo. El estudio trata de fijar la efectividad de la cuarentena en el freno del contagio y en sus conclusiones señala que no ha sido poco aunque podría haber sido bastante superior en el caso de que se hubiera establecido una semana antes.
¿Cuánto? La extrapolación de los autores indica que las medidas de aislamiento y de distanciamiento social decretadas a mediados de marzo han logrado reducir el número de casos potenciales de COVID-19 en un 79.5%. Pero de forma desigual en las comunidades, siendo mucho más intenso en los territorios más cercanos a los grandes núcleos urbanos.
También destaca que al anuncio de que se fijaría la cuarentena con el Estado de Alarma le siguieron muchas informaciones acerca de la movilidad de dos tipos de población, lo que dio en denominarse la «España de segunda residencia», aquellas personas y familias que trataron, y en algunos casos consiguieron, dejar las grandes ciudades para instalarse en la costa, en zonas rurales y en la periferia. Y también el regreso a casa de muchos estudiantes universitarios que dejaron las grandes ciudades (hubo casos en que se cerraron residencias y colegios mayores) para volver con sus familias.
«Cabe señalar aquí que la mayoría de los estudiantes universitarios procedentes de otras provincias están matriculados en universidades ubicadas en Madrid. Este resultado parece sugerir que el éxodo de estudiantes ha tenido un efecto significativo en la propagación de la epidemia de coronavirus en sus provincias de procedencia», recogen los autores del estudio en sus conclusiones.
Como en España, los primeros casos detectados en Asturias, eran fundamentalente de personas que acaban de viajar a las entonces denominadas zonas de riesgo en el norte de Italia, también de personas contagiadas en Madrid. Una vez decretado el Estado de Alarma y cada vez que se han sucedido periodos de festivos o de fines de semana, la expectativa de traslados de personas a viviendas turísticas ha provocado un importante impacto social y también rumores que se expanden con mucha velocidad a través de las redes sociales.
De forma reciente, en Llanes, el concejo turístico por antonomasia de Asturias, lanzó una advertencia pública y llamó a los vecinos a denunciar ante las autoridades los posibles casos de traslados a las viviendas vacacionales del municipio. Lo cierto es que la Policía y a Guardia Civil, que destacaron que habían incrementado los controles, tanto en zonas estratégicas de las carreteras como mediante la vigilancia por drones y helicóptero, señalaron que no habían detectado movimientos importantes. Pero en Llanes se rumiaba la preocupación porque muchas segundas viviendas son propiedad de personas residentes en Madrid y en el País Vasco, dos de las comunidades más afectadas por la epidemia en el comienzo de su expansión.