Los mapas de AEMET muestran unas condiciones normales de carácter térmico en marzo y no está demostrada la estacionalidad del coronavirus
14 abr 2020 . Actualizado a las 18:34 h.El coronavirus COVID-19 es una enfermedad muy reciente, parece obvio pero por su enorme impacto social, y también económica, parece que en ocasiones se olvida que lo que se conoce sobre la enfermedad aún no es definitivo y que muchas de sus características y las mejores estrategias para defenderse de él avanzan a trompicones, con prueba y error en todo el globo y con los estudios, aún por concluir, de la comunidad científica. Una de las posibilidades que se barajó en un primer momento es que podría tener una incidencia ligada a las estaciones como el del resfriado (que también provocan otros tipos de coronavirus), o al clima ya que, al comienzo de la epidemia, afectó de manera especial a áreas templadas antes que cálidas o tropicales.
Hay quien ha apuntado, una vez que la epidemia llegó a España, que la extensión del contagio es menor en comunidades con temperaturas más cálidas, como Andalucía o Murcia. Pero lo cierto es que el reparto de la carga de la enfermedad por territorios debería tener en cuenta muchos más factores. Asturias, por ejemplo, en una de las autonomías en las que, dentro de la gravedad general, la epidemia está más contenida. La curva de contagios está más estabilizada y desde antes que otros territorios, y la letalidad ha sido menor aunque se trate de una de las autonomías con la población más envejecida, con diferencia, del país.
¿Ha influido de alguna manera el tiempo? Todavía esta misma semana la Agencia Estatal de Meteorología publicó los mapas de carácter térmico (respecto a anomalías de temperatura) y pluviométrico (sobre la lluvia) correspondientes al pasado mes de marzo.
En realidad, según explica la propia AEMT, el carácter térmico de Asturias el mes pasado, cuando empieza la extensión de la epidemia, fue normal especiamente en los concejos del oriente, aunque sí algo más cálido de los normal en los municipios occidentales; incluso apunta que pudo ser algo más frío de lo que es frecuente en puntos muy concretos del Oriente. En lo que atañe al área central, que es donde se concentra hasta el 80% de la población asturiano, marzo fue normal en Oviedo y Avilés aunque un poco más cálido en Gijón.
El mapa de la lluvia revela que el pasado marzo en Asturias fue «húmedo en toda la región». Y también «fue normal en insolación y recorrido del viento».
En el libro Armas, gérmenes y acero de Jared Diamond se intenta resalta la profunda influencia de la geografía en la historia de la humanidad, de cómo para que los europeos de la Edad Moderna y Contemporánea pudieran convertirse en potencias coloniales también y sobre todo fue preciso que la disposición de los continentes conquistados, África y América, fuera de norte y a sur, porque la cultura, los cultivos y los avances tecnológicos se extienden más fácilmente de este a oeste, precisamente la extensión de la gran masa continental de Eurasia que albergas las naciones que luego llegaron a ser conquistadoras. Por la fuerza de las armas superiores y, también por cierto, de la transmisión de enfermedades.
El periódico El Confidencial publicó un balance de los estudios que han pretendido ligar la expansión del coronavirus con las condiciones climáticas y de húmedas de los territorios. Pero se trata de una explicación controvertida. Se recoge un estudio de la Universidad de Maryland que sí apunta a una correlación pero también el debate con dudas en la comunidad científica sobre si el coronavirus se comportará como el resfriado con las estaciones y se atenuará cuando llegue el calor.
En su mapa por comunidades destaca que la incidencia es menor en las más cálidas, al sur, pero con una excepción que destaca en toda la cordillera cantábrica y es Asturias. El Principado aparece con una media de incidencia acumulada de 102 casos por 100.000 habitantes a fecha 6 de abril, un porcentaje sólo similar a Andalucía, Murcia o Baleares.
¿Sirve el clima para explicarlo? Probablemente no. Los territorios con mayor número de contagios en España son los que tienen también mayor densidad de población, los que acogen a grandes metrópolis como Madrid y Barcelona, o lo que, como en La Rioja, si dieron brotes muy fuertes desde el comienzo de la epidemia, siendo de forma tangencial también en este caso el País Vasco. España e Italia son dos de las principales potencias turísticas de Europa, con un número masivo de viajeros en sus aeropuertos internacionales, un factor que también debe tenerse en cuenta.
Los primeros casos de coronavirus en Asturias fueron llegados de enfermos o bien procedentes de Italia o de Madrid y cuando se declaró el primer gran brote regional, el que afectó al centro de Formación Profesional de la Fundación Masaveu se cerraron en apenas 48 horas todos los colegios. El segundo gran brote, que ha afectado a las residencias de ancianos, singularmente en Grado, ha tenido una incidencia terrible tanto en profesionales como en los residentes, que son además población de gran riesgo por su edad con lo que acumulan un número relevante de fallecidos. Asturias ha contado a su favor con un fuerte sistema sanitario público, con un laboratorio de virología en el HUCA capaz de hacer las pruebas PCR y también ha reorganizado sus áreas sanitarias sin que se haya producido una situación de colapso.