El consejero de Salud, Pablo Fernández, destaca que son más fiables y que el HUCA tiene capacidad suficiente para desarrollarlas
25 mar 2020 . Actualizado a las 13:36 h.El Servicio de Salud del Principado (Sespa) seguirá basando toda su actuación en la lucha contra el nuevo coronavirus en las pruebas PCR que actualmente se están realizando para detectar la presencia del COVID-19 por ser más fiables que los test rápidos que el Gobierno central ha comprado en el mercado chino para distribuir entre las comunidades autónomas.
Durante su visita al Centro para personas con Discapacidades Neurológicas de Langreo, que desde hace dos días acoge a enfermos leves con coronavirus, el consejero de Salud, Pablo Fernández, ha señalado que esos test rápidos pueden ser muy interesantes para las comunidades autónomas donde las pruebas de PCR están muy limitadas, pero que ése no es el caso de Asturias.
El laboratorio de virología del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), que es de referencia nacional, tiene posibilidad de hacer muchas más pruebas PCR de las que está haciendo, ha asegurado Fernández antes de incidir en que por eso no están «tan nerviosos como en otros sitios» por recibir los test rápidos.
Éstos últimos, que dan el resultado en menos de media hora, no son tan fiables como las pruebas PCR, aunque ahorren tiempo, ha señalado el titular de Salud a la hora de defender la continuidad de la pruebas que se están llevando a cabo en Asturias para conocer si un enfermo es portador o no del nuevo coronavirus; informó EFE.
¿Cómo funcionan y en qué se diferencian los tests rápidos y los PCR?
Son dos las pruebas que se están utilizando para diagnosticar la infección por coronavirus, PCR y tests rápidos, cuyo funcionamiento y tiempo de obtención del resultado difieren, ha explicado este martes el Ministerio de Sanidad.
Los tests rápidos son más sencillos de utilizar y dan el resultado en 10 o 15 minutos, frente a las varias horas y la necesidad de personal entrenado que requiere la realización de la técnica PCR.
En la técnica PCR (siglas en inglés de «reacción en cadena de la polimerasa»), que se utiliza de forma frecuente desde hace años para diagnosticar enfermedades infecciosas, se puede detectar un fragmento del material genético del virus, en concreto de su ARN.
En esta prueba se localiza y amplifica un fragmento del ARN del virus, tiene alta especificidad y sensibilidad y permite detectar la infección incluso en sus primeras fases, pero requiere de personal entrenado para su utilización, dada su complejidad, y el resultado no se obtiene hasta horas después de su realización.
La investigadora del Área de Virología del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), Inmaculada Casas, informa en el comunicado de que esta es la prueba que se ha utilizado desde los primeros días de la epidemia porque los tests rápidos no han estado disponibles desde un primer momento.
«Hasta que no se ha contado con un buen número de pacientes infectados para poder caracterizar los anticuerpos no se ha podido desarrollar», destaca.
Estos test rápidos detectan anticuerpos producidos frente al virus utilizando una muestra de sangre o proteínas del virus presentes en las muestras respiratorias de exudado nasofaríngeo.
Sus principales ventajas son que se pueden realizar en el domicilio del enfermo y que sus resultados se obtienen en 10 o 15 minutos.
«Se basan en una inmunocromatografía en papel, es decir, una plataforma que tiene 'pegadas' las proteínas del virus para detectar anticuerpos o anticuerpos específicos para detectar las proteínas del virus. Su funcionamiento es similar al de los test de embarazo», matiza la investigadora.
«Gracias a estas herramientas rápidas se podrá mejorar el cribado en la población y limitar los ensayos de PCR sólo a aquellos pacientes que, con sintomatología, den un resultado negativo mediante los test rápidos, lo que permitirá liberar profesionales y recursos en el Sistema Nacional de Salud», concluye.