Los docentes del IES Monte Naranco en pie de guerra: exigen teletrabajar

s.d.m.

ASTURIAS

El claustro del IES Monte Naranco, cerrado por el brote de coronavirus, se celebró en el patio
El claustro del IES Monte Naranco, cerrado por el brote de coronavirus, se celebró en el patio

El profesorado denuncia que Educación solo se preocupa de que el alumnado no se contagie de coronavirus. Revela contradicciones en las instrucciones del Principado

11 mar 2020 . Actualizado a las 21:00 h.

El profesorado del instituto Monte Naranco, en Oviedo, uno de los cinco centros asturianos cerrados por un brote de coronavirus, está en sus puestos de trabajo. La notificación remitida por la dirección a última hora de la tarde del martes comunicaba la suspensión de las clases y la obligación de que acudieran al centro en su horario habitual. Esta instrucción ha causado un gran malestar entre los docentes que consideran una falta de respeto que solo se piense en la salud de los alumnos, que son los únicos que están en sus casas. La plantilla exige teletrabajar que es, en realidad, lo que está haciendo a día de hoy. Francisco Alonso, uno de los profesores del IES, señala que se encuentran sentados en sus ordenadores, preparando todo el material para los estudiantes. Lo mandarán por correo electrónicos a los equipos directivos que serán los encargados, a su vez, de enviarlo a cada alumno. «¿Toda esta labor no la podemos hacer desde casa?», se pregunta Alonso.

A primera hora de la mañana han mantenido una reunión informal, con los docentes que iban llegando. A las pocass horas se iba a celebrar ya un claustro formal, de asistencia obligatoria, en la que 80 compañeros tenían que permanecer juntos dentro de la pequeña biblioteca del centro. «¿No es una contradicción?», se cuestionaba nuevamente Alonso. Hay argumentos de peso detrás de esta afirmación. La primera es que el brote de coronavirus en el Masaveu, que es el que ha generado la transmisión entre centros de Oviedo, comenzó entre el profesorado, por lo que podría haber colegas afectados. La segunda es que, por una cuestión de edad, hay más profesores que alumnos entre la población de riesgo. La reunión del claustro se resolvió finalmente de una manera imaginativa. Aprovecharon el buen tiempo, sacaron las sillas al patio y montaron una colorida reunión, tal y como muestra la imagen que acompaña esta información.

No obstante, la plantilla ha puesto sobre la mesa más contradicciones. Las instrucciones dictadas por el propio Gobierno central por el COVID-19 recomiendan impulsar el teletrabajo y flexibilizar los turnos como medida de precaución para ralentizar la transmisión. «Sin embargo, el Principado nos obliga a permanecer todos juntos en el instituto», lamentan los docentes. Francisco Alonso recurre a la ironía para explicar todo este asunto, que ya se ha puesto en conocimiento de los sindicatos. «¿Qué le parecería a la consejería que reuniera a mi centenar de alumnos en clase para darles en persona las instrucciones de lo que vamos a hacer a través de la red en los próximos días? Pues eso es lo que están haciendo con nosotros», lamenta. 

«Los alumnos que no se contagien y los profesores que se fastidien», esa es la conclusión que han extraído y que no están dispuestos a tolerar. Reclaman que se implante de manera inmediata el teletrabajo. Si algún compañero necesita ir al centro porque necesita material o para resolver algún problema, les parece bien que lo haga pero no que se obligue a todos.