¿Cuándo empezó la decadencia de Asturias?

ASTURIAS

Mineros leoneses se dirigen al pozo «La Escondida» antes del cierre de minas decretado para 2019
Mineros leoneses se dirigen al pozo «La Escondida» antes del cierre de minas decretado para 2019 Eloy Alonso

Fedea publica un informe sobre desigualdad y convergencia entre regiones en un largo periodo desde los años 50 hasta el presente

03 feb 2020 . Actualizado a las 09:55 h.

La Asturias del presente, que empieza a dar sus primeros pasos en el siglo XXI, afronta su entrada en la década de los 20 sin saber si serán unos «felices años» en un horizonte de incertidumbre sobre los cambios industriales que acarreará la transición energética y la descarbonización, con una situación de envejecimiento y despoblación que hace pensar que no está ya muy lejos la pérdida de la barrera psicológica del millón de habitantes y todavía sin haber recuperado el aliento de los estragos de al Gran Recesión. Las apelaciones a declive o a la decadencia son una constante en el debate político asturiano como si se tratara de una fenómeno cercano en el tiempo, pero lo cierto es que los datos revelan que los altibajos de la economía asturiana se arrastran, al menos, desde los últimos años del Franquismo, que la comunidad vivió un cierto esplendor en épocas de aislamiento internacional y que el golpe de la última crisis terminó por ahogar los inicios de una incipiente convergencia que apenas empezaba a florecer en 2007.

El economista Ángel de la Fuente apuntó algunos de estos datos en la última de las publicaciones de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA) bajo el título de «La dinámica territorial de la renta en España, 1955-2018. Los determinantes directos de la renta relativa: productividad, ocupación y demografía». En este estudio se toman como referencia tres variables fundamentales: la renta per cápita relativa (tomando la relación de cada territorio respecto a una media estatal al que se otorga el valor de 100); la población ocupada y la productividad; todo ello en el último medio siglo. Más que de comunidades concretas, el informe habla de macrorregiones e indica que el Noroeste (donde agrupa Asturias junto a Galicia, Cantabria y Castilla y León) «mantiene un patrón de suave convergencia al alza durante todo el período, aunque con ciertos altibajos». En términos generales, «las comunidades inicialmente más pobres han mejorado su situación relativa durante el período mientras que las más ricas generalmente han perdido terreno, lo que ha tendido a acercar a ambos grupos a la media, aplanando la línea de distribución».

La evolución de la renta per cápita, población ocupada y productividad de Asturias respecto a la media estatal 1950-2018
La evolución de la renta per cápita, población ocupada y productividad de Asturias respecto a la media estatal 1950-2018 Ángel de la Fuente. FEDEA

Pero ¿qué pasa en el caso concreto de Asturias? Según las cifras de Ángel de la Fuente, a mediados del siglo XX, tomando como primera referencia 1955, Asturias aparece en una situación privilegiada frente al conjunto de territorios en varios factores. Si se otorga a la media del Estado un valor de 100; el Principado lo supera tanto en el PIB (109), como en ocupación (105), como en productividad (105).

La misma tónica se mantendrá, aunque con una tendencia decreciente lenta, casi hasta el final de los años 70. Un década antes, al comienzo de los 60, Asturias vive un impulso industrial relevante y también se convierte en una comunidad receptora de emigración interior, son muchos los trabajadores procedentes de Castilla o Extremadura que se trasladan a Avilés para la puesta en marcha de Ensidesa. En el cómputo elaborado por Ángel de la Fuente, Asturias mantiene sus valores superiores a la media nacional en renta per cápita relativa y ocupación hasta 1970. Pero no es así respecto a la productividad, que ya en 1960 si sitúa ligeramente por debajo del conjunto del Estado, con leves oscilaciones, y apenas por unos puntos.

La decadencia de Asturias, aunque no un desplome repentino sino un declive constante pausado, se confirma en los estertores del Franquismo y la región no aparece entre los territorios beneficiados por el desarrollismo. La reconversión industrial golpea con crudeza en los 80 y las constantes de empleo y renta comienzan un descenso paulatino que, en todo caso, se hace más evidente a partir de los 90.

Es en la última década del siglo pasado cuando la riqueza de Asturias se encuentra en peor situación respecto al resto del país. Las peores cifras respecto a renta y población ocupada (con valores de 83 y 86 respecto al 100 promedio del Estado) se dan entre 1999 y los primeros años tras el 2000. Sin embargo, es durante ese periodo cuando la productividad de Asturias inicia su proceso de convergencia con el conjunto del país y se va acercando cada vez más a la media.

Los dos primeras décadas del XXI (el estudio se detiene en 2018) son de un crecimiento muy lento para Asturias. La productividad es el factor que demuestra un mejor comportamiento y, de hecho, llega a superar ligeramente la media del país en 2006. Con todo, ni la renta ni la población ocupada volverán a recuperar las posiciones de pujanza que tuvieron en la postguerra, siendo además un país totalmente distinto al actual, sumido en el aislamiento de la autarquía y sin relaciones con Europa.

Es en 2007 cuando se dan los mejores valores para Asturias en todas las variables, después de muchos años por debajo de la media estatal, pero no hubo tiempo para que arraigara esa recuperación. 2007 fue el comienzo de la Gran Recesión que afecto de manera singular a España por el estallido de la burbuja inmobiliaria y sus demoledores efectos sobre el empleo se hicieron notar también en Asturias. La caída en la renta se hace notar especialmente desde 2013 hasta una leve mejoría en 2018; menos intensas son las bajadas en población ocupada y productividad pero hacen volver de nuevo a Asturias a posiciones inferiores respecto a la media nacional.  

¿Y si se mira más atrás en el tiempo? El economista Carlos Canino ha recopilado una serie de gráficos sobre la evolución del Producto Interior Bruto (PIB) de cada una de las actuales comunidadades autónomas en dos siglos, desde 1800 al año 2018.

En esa gráfica se puede apreciar que el camino de Asturias parte de una situación de relativa pobreza en el inicio del XIX, pero que con la revolución industrial inicia un despegue espectacular. Aquella región aislada y eminentemente ganadera se convierte en uno de los puntales de la extracción minera y asciende desde 1860 hasta 1900 hasta la octava posición en cuanto a PIB per cápita. El ascenso sigue hasta los años 30 en que llega a ocupar la séptima posición, pero en el bloque que llega hasta finales del siglo XX se aprecia una caída constanteque toca suelo con el cambio al siglo XXI, en el 2000, Asturias vuelve al decimotercer lugar, apenas por encima de donde estaba en los inicios de la centuria decimonónica.

«El deterioro del factor de ocupación relativa, por su parte, es especialmente importante en un grupo de comunidades de renta intermedia (Asturias, Valencia y Cantabria) y en Extremadura, Canarias y Andalucía, donde modera los efectos de las ganancias de productividad», señala el estudio de Ángel de la Fuente para FEDEA sobre el periodo que va de 1950 a 2018 que destaca el efecto especialmente negativo en el Principado del envejecimiento de la población. Y es algo que no se ha detenido en el presente. Aún este viernes, los datos de la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei) ponían de relieve que Asturias perdió en el año 2019 un total de 7.742 habitantes, lo que supone la mayor perdida desde que existen registros que contabilizan la diferencia entre nacimientos y fallecimientos.

Durante el pasado año se registraron en el Principado 13.006 defunciones, frente a sólo 5.264 nacimientos, lo que ofrece un saldo negativo de 7.742 personas, superior en 237 al que se había registrado en 2018. Según recogió Efe, respecto a 2018, los nacimientos cayeron un 8,1%, muy por encima de la bajada del 1,8% de las defunciones. 2018 había sido el primer año de la serie histórica en que Asturias había registrado menos de 6.000 nacimientos anuales