Estas son las aguas más contaminadas de Asturias

Elena G. Bandera
E. G. Bandera REDACCION

ASTURIAS

El río Nalón, a su paso por Trubia
El río Nalón, a su paso por Trubia J.L.Cereijido

La Confederación Hidrográfica, que prepara un nuevo plan hasta 2027, advierte de que existe un «cierto descontrol» en episodios de vertidos

03 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Un total de 22 ríos y embalses de Asturias reciben vertidos puntuales de estaciones urbanas de depuración de aguas residuales y/o vertidos sin depurar. En 13 aglomeraciones urbanas, con la zona este de Gijón a la cabeza, se incumple la directiva europea de 1991 que establece que se deben depurar las aguas residuales y son cuatro los embalses asturianos considerados como zonas sensibles ante el riesgo de contaminación. Y este es solo el balance de la contaminación de origen urbano que refleja la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) en el documento de esquemas de temas importantes con el que se abre el proceso para la elaboración de un nuevo plan hidrólogico para el periodo 2021-2027.

Ese documento, que advierte de que existe «cierto descontrol» en la vigilancia de episodios de vertidos contaminantes, recoge todos los tipos de contaminación que afectan a las aguas de Asturias. Estos son los más importantes y las aguas a las que afectan.

1. Contaminación de origen urbano

Es, junto a la de origen industrial, uno de los principales problemas de las aguas asturianas. De todos los vertidos urbanos inventariados en el documento de la CHC, se tienen en cuenta los que generan una presión significativa sobre las masas de agua causando impactos «comprobados» por contaminación orgánica, nutrientes, microbiológica, química o acidificación, además de que incumplen los indicadores biólogicos.

Vertidos urbanos en la Demarcación Hidrográfica del Cantábrico Occidental
Vertidos urbanos en la Demarcación Hidrográfica del Cantábrico Occidental

El listado está formado por los embalses de Trasona, Salime, Dorias y Arbón, además de tramos de los ríos Casaño, Sella, Alvares, Aboño, Candín, Nora, Nalón, Gafo, Noreña, Llápices de San Claudio, Onís, Navia e Ibias.

El documento, además, refleja que pese a que los sistemas de saneamiento generales han ido reduciendo esas presiones, se han puesto de manifiesto «nuevos problemas relacionados con problemas de fondo, emergentes de forma progresiva que se pueden considerar un nuevo foco de presión».

Entre ellos, el hecho de que algunas depuradoras de aguas residuales o se han quedado obsoletas o los tratamientos no son los adecuados porque no están diseñados para recibir determinados compuestos como los llamados contaminantes emergentes (fármacos, compuestos perfluorados, hormonas, drogas y productos de cuidado y de higiene personal) que recientemente han sido descubiertos en las aguas de origen residual doméstico.

Otros nuevos problemas añadidos a los que ya se vienen arrastrando son los desbordamientos de agua en los sistemas de drenaje urbano, «que también llevan una carga contaminante a tener en cuenta», y el aumento del número de puntos de vertido no conectados a la red de saneamiento en pequeños núcleos urbanos.

De las 55 estaciones depuradoras que tiene Asturias, en 12 aglomeraciones urbanas -aunque se reseñan 15 pero tres no se consideran estrictamente como tales- se incumple la directiva 91/271/CEE de aguas residuales urbanas. La más grave es la de cuenca este de Gijón, que es una de 15 zonas urbanas españolas que motivaban que en 2017 la Unión Europea impusiera una multa millonaria a España por no depurar sus aguas residuales.

Mapa de incumplimientos de la directiva europea de aguas residuales urbanas de la Demarcación Hidrográfica del Cantábrico Occidental
Mapa de incumplimientos de la directiva europea de aguas residuales urbanas de la Demarcación Hidrográfica del Cantábrico Occidental

El listado de las aglomeraciones urbanas asturianas que incumplían esa directiva por no tener completa su infraestructura incluye también Avilés, Las Arenas (Cabrales), Sella-Piloña, Castropol, Gijón este, Frieres (Langreo), Luarca, Ría de Navia, Nora-Noreña, Las Caldas (Oviedo), Tapia de Casariego y Villaviciosa. No obstante, el documento especifica que las EDAR de Villaperi, en Nora-Noreña, y Las Caldas ya están en servicio o remodeladas.

Asimismo, la CHC considera como zonas sensibles los embalses de Trasona, Alfilorios, Rioseco y Tanes, debido al riesgo de eutrofización de sus aguas. De ellos, el de Trasona es el único que no cumple con los objetivos medioambientales.

2. Contaminación de origen industrial

Puntos con autorización de vertidos industriales en la Demarcación Hidrográfica del Cantábrico Occidental
Puntos con autorización de vertidos industriales en la Demarcación Hidrográfica del Cantábrico Occidental

La Confederación, además, identifica las masas de agua que soportan presiones significativas por vertidos industriales, que prácticamente coinciden con las de los vertidos de origen urbano. El río Pinzales, no obstante, se suma al recibir exclusivamente vertidos industriales y, de todos los ríos y embalses ya mencionados, tramos de los de Alvares, Nalón, Aboño, Nora y Navia, presentan el peor estado químico. Además, los embalses de Arbón, Doras y Salime destacan sobre el resto por su contaminación en tributilestaño (que se suele utilizar como conservante de la madera y pesticida), al igual que el embalse de Priañes por la presencia de cadmio.

En este sentido, el documento indica que, dentro de los vertidos industriales directos inventariados, los sectores con mayor representatividad son los de producción y transformación de metales, la fabricación y transformación del papel, el sector químico, el de la energía, la industria textil, el tratamiento de residuos y las industrias agroalimentaria y ganadera. También se destaca la contaminación industrial por vertidos de las centrales térmicas, aunque «se van a ver muy minorados en un futuro próximo» como consecuencia de la nueva política energética.

3. Contaminación difusa

Así es como se denomina a la contaminación que procede de la actividad ganadera, agrícola y forestal, que se sitúa principalmente en las masas de agua de las zonas rurales de Asturias. En el caso de la que tiene origen agrario, se atribuye a una «inadecuada gestión» de los purines y las prácticas de explotación forestal en determinadas circunstancias. El documento, en todo caso, refleja que, ante «la poca relevancia de la actividad agrícola en la demarcación», no existen zonas declaradas vulnerables a la contaminación por nitratos. Aún así, una treintena de ríos estarían en riesgo de no cumplir los objetivos medioambientales por este tipo de contaminación en combinación con otros contaminantes, mencionando además los casos de eutrofización de los embalses de Trasona y La Barca.

También se destaca el mal estado del estuario del Esva, que supera los límites establecidos de nitratos y nitrógeno, y las subcuentas que vierten a los del Eo y Tinamayor, en el límite entre Asturias y Cantabria, por presentar una alta carga ganadera.

4. Otras fuentes de contaminación

En este apartado, la principal fuente de contaminación es la minería con una decena de masas de agua afectadas por vertidos puntuales procedentes del agua de achique de minas y el arrastre de sedimentos y subproductos de las canteras. «Su presión e incidencia sobre la calidad de los recursos hídricos y el deterioro de los ecosistemas y zonas vinculadas con la dinámica fluvial es importante en algunos casos», indica el documento de esquemas de temas importantes, que calcula al menos 41 cuencas ocupadas por algún tipo de minería en funcionamiento o simplemente cerradas pero «con nulo mantenimiento».

Vertidos de achique de minas en la Demarcación Hidrográfica del Cantábrico Occidental
Vertidos de achique de minas en la Demarcación Hidrográfica del Cantábrico Occidental

Uno de los casos más representativos de la incidencia en los ríos de estas fuentes potenciales de contaminación es la cuenca del río Nalón, además de mencionar las áreas mineras de zonas de cabecera del suroccidente asturiano (municipios de Degaña, Ibias y Cangas del Narcea) y el tramo medio de la cuenca del río Nalón en Asturias (ríos Aller y Caudal a su paso por los municipios de Mieres y Aller, o el río Nalón a su paso por San Martín del Rey Aurelio y Langreo). También se destaca la incidencia ambiental en el medio hídrico y sus ecosistemas asociados que están provocando las explotaciones de mineral de oro en la cuenca del Narcea.

Suelos contaminados de origen industrial y vertederos en la Demarcación Hidrográfica del Cantábrico Occidental
Suelos contaminados de origen industrial y vertederos en la Demarcación Hidrográfica del Cantábrico Occidental

Una segunda fuente de contaminación es la producida por los suelos contaminados o zonas industriales abandonadas que suman un total de seis masas de agua sometidas a presiones significativas por vertidos puntuales y contaminación difusa generada en estas zonas, así como la existencia de vertederos peligrosos o no peligrosos, mal sellados, que a largo plazo pueden contaminar las aguas superficiales y subterráneas incorporando a sus aguas componentes contaminantes como nitrógeno, fósforo, cadmio o cobre.

También se menciona la producción intensiva de peces por generar «grandes cantidades de restos orgánicos que pueden reducir la calidad de los ríos, bahía o zona costera donde estén situadas las instalaciones de cría», recordando que en los ríos de la demarcación existen hasta 36 piscifactorías y cinco zonas de acuicultura y marisqueo en las aguas de transición y costeras, como la ría del Eo en Asturias.

Otro tipo de contaminación difusa son los residuos generados durante el servicio y mantenimiento de los buques que se llevan a cabo en zonas portuarias como las de Gijón y Avilés, además de nuevas fuentes contaminantes que «no están ampliamente estudiadas» como la presencia de microplásticos que no se eliminan en los procesos de depuración en el medio marino y en el medio fluvial. Sobre estos residuos, que cada vez son más visibles en las playas asturianas, no existen datos pero la CHC se menciona que un estudio de la Universidad de Barcelona identificó alrededor de 2.200 millones de microplástcos vertidos al mar Mediterráneo.