César Iglesias: «La memoria debería ser parte de una asignatura»

La Voz REDACCIÓN

ASTURIAS

J.Casares

El periodista y escritor asturiano presenta su último poemario en León

29 ene 2020 . Actualizado a las 20:24 h.

El escritor y periodista asturiano César Iglesias (Mieres, 1961), que presenta en León su poemario Suena la nieve, ha llamado a un «deber de memoria» que, en su opinión, «es más perentorio ahora que nunca» porque «parece que nos han inoculado una vacuna contra ella» y ya casi nadie se poner «en el lugar del otro». «Debería ser parte de una asignatura», ha confesado en una entrevista a Efe respecto a un concepto que explica muy bien el filósofo español Manuel Reyes Mate.

«Saber de dónde venimos y lo que nuestros antepasados han sufrido es importante para evitar el error de volver a caer en las mismas circunstancias», ha recordado Iglesias en el marco del 75 aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz. No en vano, su nuevo trabajo, editado bajo el sello La Isla de Siltolá, aborda la gran tragedia del siglo XX, el Holocausto. Y lo hace con una reflexión sobre el sufrimiento a través del testimonio de tres personas que tienen «una visión compartida de un mundo en el que el prójimo está presente». Se trata del filósofo lituano Emmanuel Lévinas, del fotógrafo húngaro Nicolás Muller y del compositor francés Olivier Messiaen. A ellos les dedica una atención especial en Tríptico de las alambradas, uno de los cinco bloques en los que se divide su nuevo libro junto a Retorno a Lluveces, El cielo usurpado, Tan necesario dolor y La soledad de los conmovidos.

Pero Iglesias que en León está acompañado de los escritores leoneses Tomás Sánchez Santiago y Avelino Fierro en la Biblioteca Municipal Padre Isla, también le ha concedido un espacio en Suena la nieve a esa España vaciada que lucha por descolgarse de su apellido. El escritor, que despliega con maestría una mirada desolada sobre un paisaje rural en vías de extinción, ha admitido sentirse «partícipe» de ese «desmoronamiento territorial» del noroeste ibérico. «Como asturiano tengo muchos vínculos emocionales con otros territorios de la región de poniente, como así se refería a la zona el berciano Antonio Pereira», ha explicado al hablar de «apocalipsis cotidianos cuya suma va generando una tragedia».

Iglesias, que asiste con preocupación a la «alarmante despoblación» del medio rural, ha hecho hincapié en la necesidad de buscar medidas a una «geografía del abandono» consecuencia de un «neoliberalismo reaccionario». «Los problemas pasan por soluciones materiales pero, más allá de unas infraestructuras que permiten que la gente venga pero también que se vaya, es importante crear entornos agradables y con oportunidades laborales», ha considerado un asturiano que es firme defensor del equilibro medioambiental. En este sentido, ha rechazado el «centralismo urbanita» que «anula a aquellos territorios donde el poder político y económico es más débil».

Sus obsesiones

Suena la nieve profundiza en las obsesiones de su escritura: el dolor de la ausencia, las amputaciones que provoca el paso del tiempo y las amenazas del olvido. No obstante, si en sus anteriores publicaciones había un acercamiento al sufrimiento propio, ahora esta aproximación se materializa en un plural autobiográfico y en un anhelo de reivindicar una comunión ética con nuestros semejantes y la naturaleza que nos rodea, lo que Lévinas definía «ser para los otros». «La función de la poesía o de cualquier manifestación artística es la de generar un espacio moral que plante cara al mal causante del dolor», ha precisado sobre una experiencia vital que, como aseguraba en una entrevista su paisano Nacho Vegas, se corrompe cuando uno solo habla del sufrimiento para «mirarse el ombligo». «En la escritura poética uno debe aspirar a hablar por todos aunque sea a través de sus propios pesares», ha apostillado

Evidentemente, Iglesias ha señalado que «no hay que caer en una apología del masoquismo, enclaustrarse en el dolor, pero tampoco olvidar ese deber de memoria». Porque, en sus propias palabras, «la historia es una crónica del sufrimiento». En esencia, según ha remarcado, «somos homo dolens». En palabras del también poeta Álvaro Valverde, Suena la nieve es «fiel a su poética» y «muestra al lector una suerte de cartografía de la desolación que se apoya, sobre todo, en la memoria».

El perfil

Licenciado en Filología Española por la Universidad de Oviedo y periodista de profesión, Iglesias ha encontrado en la poesía un refugio en cuyas inmediaciones sobrevuelan pájaros. «Las aves están presentes en cualquiera de los grandes poemas grecolatinos, pero soy un ornitólogo aficionado porque mi padre, que se sabe el nombre de todos los pájaros en asturiano, les ponía subtítulos cuando era pequeño», ha explicado. Algunos representan la libertad, otros, como los estorninos, la tristeza. Pero, en cualquier caso, esa herencia familiar ha virado a obsesión particular al ayudarle, según ha destacado, a «articular metáforas». «Los géneros literarios nos han servido para diferenciarnos, pero hay novelas que son pura poesía como las de Julio Llamazares», ha indicado asimismo.

Iglesias es autor de Las casas pechadas (2011), Lengua del duelo (2016) y Piazza del bacio (2016), este último en colaboración con el artista plástico Federico Granell. Además, es miembro del consejo de redacción de la revista El Cuaderno (elcuadernodigital.com) y publica habitualmente ensayos, artículos y poemas en diferentes suplementos culturales de periódicos.