Cuatro de los siete partidos con presencia en la Junta General se encuentran inmersos en procesos congresuales o direcciones interinas
27 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.El año nuevo arrancó con la formación de un gobierno en coalición que permite pensar, al menos a medio plazo, en un horizonte sin elecciones en el ámbito nacional. Con los ejecutivos autonómicos ya formados desde el verano, con los gabinetes de ambos niveles de la administración en plenas funciones, todo parecería apuntar a un cierto grado de estabilidad política.
Sin embargo, al menos en Asturias, buena parte de las formaciones con representación en la cámara autonómica se encuentran inmersos o bien en procesos congresuales, en situaciones de interinidad prolongada en sus órganos directivos o, incluso, en graves crisis internas. De los siete grupos parlamentarios en la Junta General, sólo PSOE, Podemos y Vox han comenzado 2020 con una previsión de solidez y tranquilidad interna de cara a los próximos meses.
Hacia la refundación de IU
De forma inmediata, el partido que va a determinar más pronto su nuevo modelo de organización es Izquierda Unida de Asturias. La coalición tiene marcado en el calendario los días 31 de enero y 1 de febrero para la celebración de la asamblea en la que elegirá a su Coordinadora, el órgano colegiado de dirección. Tras un último año muy convulso, marcado por la marcha de su anterior portavoz parlamentario la pasada legislatura, Gaspar Llamazares, la renuncia de su anterior coordinador, Ramón Argüelles, tras perder las primarias a candidato autonómico, y constantes e intermitentes choques con la dirección federal, IU de Asturias afronta este proceso con vistas a elegir un nuevo líder en un momento muy delicado para la coalición tras los malos resultados de mayo que le dejaron con dos escaños en la Junta General. La tensión interna aún se prolonga dado que el sector crítico (partidario de la integración con Podemos) ha tratado de impugnar la asamblea reclamando que se decida por voto directo de los militantes. Sin embargo, la Federal no ha estimado esta demanda y las fechas previstas para la asamblea se mantienen. Sí se decidirá por una consulta de todos los afiiados a la figura del nuevo coordinador, en una convocatoria que se celebrará a mediados de febrero, y para la que se barajan nombres como los del diputado Ovidio Zapico; el del alcalde de Morcín, Maximino García, y el Juan Ponte, número dos en la lista común con Podemos en las elecciones generales y que representaría al sector crítico. Con toido ninguno de ellos lo ha anunciado de forma oficial y las corrientes internas están a la espera de medir sus fuerzas en la asamblea previa.
El PP en piloto automático
Donde no hay perspectiva a corto plazo de que se resuelva la situación de interinidad es en el Partido Popular. La formación se encuentra sin presidenta desde la renuncia, el pasado mes de septiembre, de Mercedes Fernández, ahora en el Senado, y tras meses de una durísima tensión interna con la portavoz parlamentaria Teresa Mallada, a quien Génova designó como candidata desplazando a Cherines. En la dura pugna interna que vivió el partido una de las bajas fue la de su secretario general, Luis Venta, acusado de enviar una carta con amenazas al entonces concejal gijonés, Pablo González, y luego fue absuelto. En todo caso, y desde antes de la repetición de las elecciones generales, el PP asturiano se encuentra sin dos de sus principales cargos orgánicos, ni presidente ni secretario general, y Génova ha ido posponiendo indefinidamente su decisión sobre la celebración de un congreso que resuelva esta situación de interinidad. Tampoco ha nombrado una gestora. Descartada a comienzos del invierno la posibilidad de que Paloma Gázquez, una de las dirigentes más fieles a Pablo Casado, asumiera el cargo dado que es incompatible con su escaño en el Congreso, Mallada pareció recobrar ventaja ya que su salto a la presidencia terminaría con la situación de bicefalia en la organización, y cuenta además con el respaldo expreso del alcalde de Oviedo Alfredo Canteli. Pero el primer edil de la capital no es afiliado del partido, y Mallado podría no ser capaz de conciliar a todos los sectores tras largos meses de duro enfrentamiento. Mercedes Fernández movió ficha al terminar esta semana proponiendo que Génova designara directamente a una persona para la presidencia, sin pasar por ningún congreso, argumentando que, en todo caso, el cónclave ordinario tendría que celebrarse en dos años. La respuesta de Teresa Mallada llegó apenas un día después señalando que cualquier decisión de la dirección «será bienvenida».
Nuevo equilibrio de poder en Ciudadanos
Los pésimos resultados de las generales de noviembre, en los que Ciudadanos obtuvo diez escaños en el Congreso, abocaron al partido a una búsqueda de redefinición de su espacio. Los naranjas se encuentran regidos por una gestora tras la dimisión de Albert Rivera y aunque todos los augurios parecen favorables a que Inés Arrrimadas le suceda el camino se ha encontrado con más de un obstáculo. De forma paralela en Asturias se ha producido el relevo de su hasta ahora portavoz, Ignacio Prendes (que no logró representación en el Congreso) por el teniente de alcalde de Oviedo, Ignacio Cuesta. Un cambio relacionado con la representación institucional pero también con diferentes orientaciones sobre las estrategias de alianzas que debe tener el partido más enfocado hacia el conservadurismo en el presente (algo que se hizo especialmente evidente con la imposición por parte de la dirección nacional de un cambio de criterio respecto al respaldo de los presupuestos asturianos) . El proceso de renovación de los naranjas, tanto a nivel estatal como regional, se extenderá entre finales de enero y y mediados de marzo. El reglamento de la asamblea se aprobará el 25 de enero, y arrancará un calendario que se extenderá a lo largo de todo el mes de febrero para el debate de ponencias y la elección de compromisarios. El 26 de febrero termina el plazo para presentar las candidaturas a presidir el partido y la votación tendrá lugar el 8 de marzo, el vencedor se ratificará en la asamblea general que se celebrará entre el 14 y 15 de marzo.
El desgarro de Foro
Foro llegó a los comicios de mayo también casi sin aliento. Sus dos escaños no le permitían formar grupo parlamentario en la Junta General, y los malos resultado de abril de la coalición con el PP le dejaron sin representación en el Congreso abocando al partido a un problema económico importante y con deudas. Sin embargo, la reforma emprendida en la cámara asturiana para reducir a dos diputados el número mínimo para formar grupo propio le dio un primer respiro que aumentó con la repetición electoral de noviembre que le permitió, ahora sí, renovar el escaño de Isidro Martínez Oblanca. Pero sus problemas sólo acababan de empezar, las decisiones de la presidenta Carmen Moriyón para buscar una mayoría más favorable a sus postulados dentro de los órganos internos del partido, y el escándalo sobre los gastos cargados a la formación por parte de su fundador, Francisco Álvarez-Cascos, hicieron que la formación se topara con una crisis al borde de la ruptura. Oblanca se posicionó a favor de Cascos y con los fondos de la cámara nacional sufragan una página web para difundir su actividad al margen de la oficial del partido. También lo ha hecho así el diputado autonómico Pedro Leal que afronta ahora un expediente abierto por parte de la dirección tras semanas de descalificaciones constantes hacia la presidenta. Queda fiel a Moriyón el diputado y secretario general Adrián Pumares. Pero si el conflicto terminara en la expulsión de Leal se abocaría al partido a regresar al grupo mixto, con una consecuente mengua de recursos financieros.