Esto son unas paperas: guía para que no cunda la alarma entre los padres

S.D.M.

ASTURIAS

Educación difunde un sencillo manual elaborado por Salud que responde a las dudas de las familias

25 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Las paperas está siendo, junto con la gripe, la enfermedad de la semana en Asturias. La noticia de que alumnos de varios colegios privados y concertados del entorno de Oviedo se habían contagiado con la enfermedad corrió como la pólvora entre los grupos de Whatsapp de los padres. Los centros incluso remitieron comunicaciones a las familias. Sin embargo, la Consejería de Salud todavía está investigando lo que ha sucedido, si se trata de un foco o de casos aislados. Incluso, al principio dijo no tener conocimiento de que hubiera diagnósticos en estudiantes. Ahora la Consejería de Educación acaba de difundir un sencillo manual elaborado por el departamento de Salud que responde a las dudas básicas de las familias. Son apenas cuatro folios que dejan claro desde los síntomas a cómo actuar.

Lo primero que hace es explicar qué es la parotiditis. Se trata de una enfermedad contagiosa, causada por un virus, cuyos primeros síntomas son fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, cansancio y pérdida de apetito. Luego, en la mayoría de los pacientes, llega la característica inflamación de las glándulas que producen la saliva, situadas entre la mandíbula y el oído. Esa es la imagen que siempre se asocia a las paperas. Así que si un padre observa que su hijo tiene fiebre y una hinchazón dolorosa en el cuello superior, que se inicia en un lado y que termina afectando a los dos, es muy probable que se haya contagiado. Es probable pero no definitivo. Hay otros virus diferentes con síntomas similares. De ahí que sea importante la confirmación en el laboratorio. Por eso, la administración analiza las muestras de los posibles infectados.

¿Qué deben hacer los padres que sospechan que sus hijos tienen paperas? Deben ir a su centro de salud para tener una confirmación. Si el facultativo ratifica el diagnóstico entonces debe permanecer en casa y no acudir al centro escolar ni estar en espacios públicos durante los cinco primeros días. Esto no tiene nada que ver con la cura de la enfermedad. Se trata de una medida de precaución para no propagar el virus. Mientras tanto debe tratarse con analgésicos y antitérmicos. Los expertos recomiendan eliminar de la dieta alimentaria productos que favorezcan la salivación, como los ácidos, y beber abundantes líquidos. No son necesarios los antibióticos. 

Esta guía básica también explica el modo de contagio. Se transmite por la saliva o por secreciones respiratorias que se diseminan por el aire, por ejemplo mediante la tos. Si alguien toca esas secreciones o toca un objeto en el que se haya depositado puede ser una víctima del virus. El periodo en el que esto puede suceder es desde dos días antes del inicio de los síntomas a cinco días después. Las personas que no han desarrollado la enfermedad pero que son portadores también pueden transmitir la enfermedad. El periodo habitual de incubación es de 16 a 18 días pero puede llegar a las tres semanas.

¿Es una enfermedad grave? Las autoridades sanitarias insisten en que se trata de una patología leve que se cura en una o dos semanas. Es molesta por los síntomas y en algunos casos puede generar dolor de mandíbula que dificulta el acto de masticas. No es habitual que se presenten complicaciones. En los chicos adolescentes puede producir hinchazón testicular y en las chicas, de ovarios. En los vacunados es más leve y es menos frecuente que aparezcan esas complicaciones.

La vacuna es la mejor manera de evitar el contagio. Su dosis forma parte de la combinada triple vírica, que protege del sarampión, rubeola y paperas. Se divide en dos dosis diferentes, la primera a los 12 meses y la segunda a los tres años. Los médicos explican que la enfermedad no se ha llegado a eliminar por completo porque no funciona tan bien como los componentes que previenen el sarampión y la rubeola. En los últimos 20 años, en el Principado se han registrado tres brotes diferentes. En las dos primeras, se concentró en pacientes vacunados pero en los que no funcionó. El tercero fue en personas que no fueron bien vacunadas o en personas mayores que habían recibido la dosis correspondiente hacía muchos años.

¿Hay una edad tipo para padecer las paperas? El documento difundido por Educastur precisa que puede pasar a cualquier edad pero que la mayor proporción se concentra en adolescentes de 15 a 19 años de edad, seguido del grupo de 20 a 24 años.