El Principado tendrá que tejer una red de alianzas para que los requisitos de las ayudas coincidan con los intereses de la región
17 ene 2020 . Actualizado a las 11:19 h.El Mecanismo de Transición Justa, un fondo de alrededor de 7.500 millones de euros (con el propósito de movilizar hasta 30.000 sumando a la iniciativa privada y ayudas nacionales) destinado a acompañar a las regiones más afectadas por la descarbonización, dio sus primeros pasos esta semana con la presentación oficial del proyecto por parte del vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, en Estrasburgo. El programa se encuentra en un fase muy preliminar, y todavía tendrá que pulirse en innumerables reuniones en el mismo parlamento europeo y en el Consejo de la UE que representa a los estados miembros, hasta comenzar a funcionar, según los plazos convenidos, en el periodo entre 2021 y 2027. A lo largo de 2020, Asturias deberá desplegar toda una serie de esfuerzos «diplomáticos» dirigidos tanto hacia instituciones comunitarias como hacia el mismo gobierno español, que tendrá voz cantante como estado miembro. El Principado cuenta, eso sí, con una ventaja y no menor, por el hecho de que el mismo Timmermans citara a Asturias como la primera región mencionada en su discurso de presentación.
Es la hora de hacer labor de lobby, una palabra, que según destacó el director general de Asuntos Europeos del Principado, Javier Vila, «en España la palabra suena mal pero en Europa se utiliza en un sentido positivo como grupo de presión, cada uno con sus intereses lícitos». Y la comunidad tiene un año por delante para tejer una red de alianzas lo más amplia y cerrada posible a la hora de lograr presentarse como una región capaz de cumplir los objetivos que se marquen para acceder a esos fondos.
Una parte del trabajo, dentro de las competencias que le corresponden a una región, está medianamente adelantado. Asturias forma parte desde hace años de la plataforma de regiones de carbón en transición y el programa START, que celebrará en el Principado su reunión anual a comienzos del próximo diciembre, en la víspera de que empiecen a hacerse efectivas las ayudas del fondo. «Asturias lleva mucho tiempo trabajando en la plataforma, cuenta con respeto y aprecio en las instituciones y no es casualidad que haya sido elegida la sede de la plataforma para este año, viene de mucho trabajo previo»; recalcó Vila quien insistió en todo caso en que «la intención no es sólo conseguir fondos, que es importante, sino también posicionarse y presentarse como una región capaz de hacer una transición».
En el juego de equilibrios de poder y decisión de la UE tendrán su peso muchas cuestiones. A la hora de repartir los fondos, países como Polonia, que todavía tienen no sólo un gran número de térrmicas activas sino muchas explotaciones mineras abiertas, aparece como el país más necesitado. Pero políticamente su gobierno es muy reacio al proceso de transición energética, mientras que Asturias llegará con muchos deberes hechos y «nosotros tenemos que demostrar que soimo capaces de usar esos fondos» en la misma línea que se marque la comisión, con las directrices que se vayan acordando para desplegar las iniciativas de apoyo.
Entre los instrumentos que puede usar Asturias para ejercer esta labor de lobby, Vila apuntó que están su participación en el Comité de las Regiones, que es un órgano consultivo en que la comunidad puede expresarse directamente pero también y de forma muy relevante, con sus relaciones con el Ejecutivo central. «Al Consejo llegamos a través de Madrid, de nuestro estado miembro, y por eso deben conocer nuestra situación, que la asuman y la respeten y que en las batallas democráticas del Consejo lleven las propuestas que a Asturias le estén interesando».
La búsqueda de alianzas se complementa con las reuniones que puedan mantener con los eurodiputados, hay dos asturianos, Jonás Fernández, del PSOE y, Susana Solís, de Ciudadanos. Además, con todos aquellos que representen a regiones con situaciones similares a la de Asturias y cuyos objetivos sean coincidentes. En todo ello, el Principado quiere servirse como carta de presentación de las palabras de Timmermans. «Es un espaldarazo muy potente para los años que vienen por delante», señaló Vila ya que Timmermans tiene mucho peso por ser vicepresidente de la comisión y haber sido ya comisario, y porque «cuando tengamos reuniones, incluso con el propio Timmermans podremos decir 'somos esos que citaste en tu discurso inicial'; igual que se lo podremos decir a tros grupos, a comisarios o diputados».
Con todo el proceso para que lleguen a concretarse no sólo los fondos, sino los criterios con los que se distribuirán sólo acaba de empezar. La UE cuenta con una nueva Comisión Europea, con Ursula von der Leyen como presidenta y Frans Timmermans como vicepresidente. Este acuerdo verde, el Green Deal recién lanzado, es una de sus apuestas estrella para este nuevo mandato y se negociará de forma paralela al presupuesto de la UE, el denominado marco financiero plurianual que también se extiende por 7 años, hasta 2027. Pero sólo acaba de dar su primer paso, la propuesta de la comisión deberá debatirse ahora por un lado en el parlamento europeo (que surge del voto directo de los ciudadanos) y por otro en el Consejo (que es la representación de los estados miembros). Ambos harán una contrapuesta de vuelta a la Comisión y después tendrá que pactarse en reuniones a tres bandas, en los llamados trílogos, para tratar de definir un documento final.
«Ahora nos toca a nosotros hacer el lobby correspondiente para ver qué indicadores nos convienen, y analizar y presionar a las instituciones europeas, con los cauces que tenemos, para que esos indicadores sean los mejores para barrer lo máximo para Asturias», señaló Vila.