«Solo falta que se junten Las Pelayas, la Catedral y San Tirso para montar una fiesta ilegal de Nochevieja»

Carla Vega REDACCIÓN

ASTURIAS

Noche de fiesta en una discoteca
Noche de fiesta en una discoteca

La asociación de discotecas y salas de fiestas de Asturias advierte del «boom» de los cotillones ilegales

29 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Cada año la oferta de fiestas de Nochevieja se expande a lo largo y ancho del Principado. Fiestas privadas para las que hay que pagar entrada, fiestas en carpas al aire libre, agrupaciones de pubs y bares que se unen para dar una fiesta única… Se cuentan por cientos los locales que abren sus puertas la madrugada del 1 de enero para dar la bienvenida al año por todo lo alto. Entre tantos anuncios, panfletos y posibilidades, distinguir qué es legal y que no lo es suele ser complicado para un ojo inexperto, un ojo que suele ser joven y que se vende al mejor postor. La línea entre lo correcto y lo ilegal se desdibuja, y la Nochevieja «se transforma en un día en el que parece que todo vale», o al menos eso cree Tino Trapiella, presidente de la patronal de discotecas y salas de fiestas en Asturias, que denuncia un crecimiento exponencial de celebraciones que no se ciñen a la normativa y, sobre todo, en Oviedo.

Y es que desde hace unos años la oferta de cotillones pirata se multiplica a tal velocidad, que tanto para la patronal como para la policía es imposibles controlarlas todas. Restaurantes, bares y pubs organizan sus propias fiestas privadas para las que hay que abonar una entrada, algo ilegal si no se cuenta con la licencia de discoteca­, o incluso grupos de amigos alquilan un local vacío para celebrar su propia entrada de año a lo grande. La gran mayoría lo hacen sin contar con la licencia pertinente y sin cumplir la normativa de horario de apertura, seguridad o capacidad de aforo del local. Actualmente, la patronal pide la colaboración de sus asociados para detectar estas celebraciones. «Cada uno de ellos puede enterarse más fácilmente de las que se organizarán en su entorno y nos avisan, así podemos dar constancia de ello a las fuerzas policiales», aseguran desde el colectivo.

Una de las modalidades que se está practicando más en los últimos años se basa en la unión de varios locales para hacer una fiesta conjunta. En este caso, dos o tres locales deciden poner a la venta una entrada común para todos ellos sin respetar la capacidad de aforo de cada uno. «Si se juntan dos locales con un aforo de 200 personas, y otro de 100, entre todos tendrían una capacidad de 500 personas, pero venden 1.000 entradas presuponiendo que la gente estará en las calles, algo muy común en estas fiestas. Esto supone un peligro, porque puede pasar cualquier cosa. Imagínate que 800 personas quieren entrar a un local con aforo para 200, eso es una locura», explica la patronal.

Este año, Oviedo es la ciudad asturiana en la que se organizan más cotillones pirata, tantas que la asociación de discotecas y salas de fiestas no da crédito. «Si es que sólo falta que se junten Las Pelayas, la Catedral y San Tirso y den su propia fiesta», asegura Trapiella. La asociación denuncia que esta actividad supone una competencia desleal para las discotecas que durante todo el año sufren las inspecciones y redadas pertinentes, y de la cual el resto de los locales se libran durante la Nochevieja. «Somos nosotros los que pagamos el pato. Todo el año luchamos por mantener nuestros locales con las condiciones legales en regla, pero en Nochevieja parece que no pasa nada. Es una noche importante, donde puedes hacer una caja mejor que cualquier otro fin de semana, porque el ocio nocturno está en horas bajas, y este tipo de fiestas nos hunden», afirma.

Según aseguran los dueños de las discotecas del Principado, a quienes organizan este tipo de fiestas pirata les sale rentable, ya que las represalias no son muy grandes. Ellos mismos aseguran que para los organizadores de estas fiestas salen bien parados en la gran mayoría de los casos, llevándose mucho dinero en una sola noche si no pasa nada grave. Por ejemplo, la venta de alcohol a menores es un tema muy controlado para los gerentes de las discotecas y salas de fiesta, algo que en Nochevieja parece pasarse por alto. «En fiestas de 1.000 personas en las que admiten menores a los que supuestamente no venden alcohol, no se cómo se las arreglarán para controlar quién bebe y quién no. A nosotros, sin embargo, con ver dentro a un menor un sábado cualquiera se nos puede caer el pelo. Luego somos nosotros los malos, pero somos quienes más nos jugamos», explican.

La situación de las fiestas ilegales de Nochevieja en Asturias está desbordada. La patronal asegura que ni en ciudades tan grandes como Madrid o Barcelona se dan estas situaciones, y asegura que sus compañeros de otras comunidades se quedan boquiabiertos con el panorama asturiano, porque hay algo que debería estar claro: «Lo que es pub es pub, y lo que es discoteca es discoteca, incluso en Nochevieja».

Uno de los casos que mas repercusión está teniendo es el del megacotillón que se pretende celebrar en el Castillo de San Cucao, en Llanera. El negocio se dedica a la organización de banquetes nupciales, pero para esta Nochevieja está organizando una macrofiesta con capacidad para 1.500 personas en sus instalaciones. La patronal ha pedido la intervención de la Consejería de Hacienda mediante un escrito ya que afirman que el establecimiento no posee la licencia para organizar este tipo de eventos, ni puede garantizar la seguridad de los asistentes. El evento, para el cual ya se habían vendido entradas, también se encuentra en manos del abogado de la asociación, Pedro Fanjul, quien se ha puesto en contacto con el ayuntamiento de Llanera para que tome cartas en el asunto.